Un orgullo difícil de explicar

Solo bastaba caminar por las calles adyacentes de la sede de la Subdelegación de Defensa a eso de las 8.30 horas para sentir que la I Gala de Turismo y Mediterráneo de la ciudad de Almería iba a ser un éxito. Gentes se agolpaban en la puerta para esperar la llegada de la que era una de las estrellas de la noche, David Bisbal. La otra sería La Alcazaba, que acompañó a todos con su mágica presencia, la que dibujaba de fondo en el Patio de los Naranjos, que lució como en sus mejores noches.

Tras la llegada de los premiados se dispararon los primeros flashes, se escucharon las tradicionales palmas y comenzaron los saludos largos y agradecidos. Ya estaba todo el mundo, y en el precioso patio al aire libre no cabía un alfiler.

El Alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, hospitalario, agradecido, expresó su amor por la tierra que lo vio nacer en un sentido discurso en el que quiso compartir con los presentes el orgullo de sentirse almeriense. Ajeno a todo aquel que no conoce este maravilloso lugar.

Pilar Crespo, de Booking.com, la primera web de reservas on-line, recibió el primer premio de manos del presidente de la Diputación, Gabriel Amat. Con ella se abrió la entrega, que continuaría con el cuevano periodista Carlos Herrera, quien se llevó los primeros vítores de la noche. Con el premio en la mano, que lo agarró como si fuera la oreja de un miura, decidió brindar al público el trofeo, que le correspondió con un hondo «¡ooole!». Cuando le tocó hablar, gustó, como acostumbra. Su voz fue la impronta que quedó en la noche. Como los acordes de Michael Thomas y Juan Francisco Padilla, como así los bailes de Anabel Veloso con su cuadro flamenco. Todos ellos fueron el contrapunto necesario a la gala. El chispazo de arte que merecía el patio y La Alcazaba.

Fue la antesala al momento álgido de la noche: el premio a David Bisbal, quizás el mejor embajador que por aquí se ha tenido jamás. «Necesito a esta tierra, necesito volver para nutrirme del amor y el cariño de mi gente», explicó el artista, quien quiso ser breve. Hecho que no le impidió hacer gala de almeriensismo y agradecer devolviendo todo el cariño recibido. «Gracias, os quiero muchísimo», se despidió.

La secretaria de Estado, Isabel Borrego, fue la última galardonada. Con ella se cerró una gala en la que se pudo palpar el orgullo de pertenecer a una tierra tan diferente y bella como lo es Almería. La de los dos llantos.