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JOAQUÍN TAPIA
Sábado, 26 de julio 2014, 00:44
El coronel Carlos Laborie, reiteró la idea de que la seguridad no puede entenderse solo desde un punto de vista militar o policial, sino en la conjunción de las llamadas 'Tres Des', es decir, defensa, diplomacia y desarrollo.
Consideración que expuso durante su intervención en los cursos de verano de la Universidad de Almería donde se refirió a las operaciones militares en África en las que participan las Fuerzas Armadas españolas.
EN BREVE
En el Sahel, una enorme franja de terreno de gran complejidad geográfica y humana, la debilidad de los estados ha abierto oportunidades al crimen organizado, al tráfico ilícito y a grupos radicales islamistas, entre ellos los yihadistas. El origen de estos últimos surge cuando el conflicto en Argelia desborda sus límites por la presión del gobierno de Argel y el antiguo Grupo Islámico Armado se transforma en el Ejército Salafista para la Predicación y el Combate, que termina derivado en Al Qaeda en el Magreb islámico entre 2006 y 2007.
«El origen fundamental de los procesos de radicalización que se están produciendo en estos países hay que buscarlo en la pobreza y en el subdesarrollo. Si eso no se ataja, si no se lucha contra la corrupción endémica, la falta de gobernanza eficaz, la seguridad humana y alimenticia, será muy difícil solucionar los problemas que plantean los grupos radicales» asentados en la zona.
De otra parte Laborie, que es Jefe de Estudios de la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra, entiende que «el radicalismo islámico, el tráfico ilícito y el crimen organizado están tan profundamente implicados en el Sahel que es difícil saber dónde acaba uno y empieza otro».
En su lucha, indicó, está siendo fundamental la presión que ejercen los países occidentales y el papel desempeñado por Marruecos, que está sirviendo de último freno del yihadismo.
Laborie, uno de los ponentes del seminario sobre seguridad en la orilla sur del Mediterráneo, de la universidad almeriense (UAL), explicó que el reino alahuíta está actuando como filtro a las rutas de los traficantes de seres humanos o de la droga, que tendrían el campo mucho más libre si no fuera por la acción de la policía y el ejército marroquí.
Asimismo ha explicado que donde no llega la acción de un gobierno habrá siempre otro grupo, de la ideología que sea y con la motivación que sea, que ocupará este espacio. «Si es el crimen organizado, tendrá una serie de objetivos y utilizará todos los medios a su alcance. Y lo mismo pasará con los yihadistas. Lo que ocurre es que la interrelación entre ellos es tal que es difícil separar cuál es uno y cuál es otro».
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