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Ángel Iturbide
Lunes, 4 de agosto 2014, 03:01
Una de las cosas que más me reventaban de mi época de estudiante (fui por Ciencias) era cuando llegaba el típico profesor insensato de matemáticas y decía aquello de: «De Madrid a Barcelona hay una distancia de 600 kilómetros. Un tren sale de Barcelona con destino Madrid a las 10 de la mañana a 60 kilómetros por hora y otro parte de Madrid en dirección contraria a las 12 de la mañana a 75 kilómetros por hora. Díganme a qué hora se cruzarán y cuantos kilómetros habrán recorrido cada uno». A partir de ahí ya me había amargado la vida y por supuesto nunca, nunca di la respuesta correcta. Lo primero que me preguntaba era que a quién importaba donde se cruzaran los trenes, que lo importante era llegar a su destino sin incidencias; y lo segundo que me venía a la cabeza era que si tenía tanto interés en saberlo que hiciera el viaje él mismo. Con el tiempo me he dado cuenta de que no era yo solo el único al que reventaban esos problemas absurdos. Al Partido Popular también y lo lleva a la práctica. Así se entiende su empeño en que las obras del AVE se hagan de un punto a otro de manera progresiva, en vez de hacerlas a la vez desde los dos puntos a unir y terminar allí donde se junten. Pero todo en la vida es cuestión de cómo se mire y las cosas se pueden cambiar. Hasta ahora nuestros dirigentes estaban satisfechos llevando el AVE hasta Murcia y Cartagena y esperando plácidamente a que las obras se reanudasen en territorio almeriense, pero sin prisas no les fuera a dar estrés. Bastó con que los empresarios se reunieran y dijeran que estaban hartos de esperar para que los populares reaccionasen. Asempal y Cámara de Comercio van a impulsos y lo mismo se enfrentan a la Junta de Andalucía que al Gobierno central. No saben ellos el poder que pueden tener si planificasen un poco porque fue decir que convocaban un acto empresarial para exigir al Gobierno las obras del AVE en Almería para que los cimientos del PP se resquebrajaran. La placidez a la que aludía antes se quebró y al diputado Rafael Hernando le faltó tiempo para fechar la llegada del AVE a Almería en 2018. Aunque la fecha no importa y lo mismo podría haber dicho que llegaría en 2108 que en 2081, dado que para Hernando y para el PP los números y su orden no es su fuerte. Algún ministro ya vaticinó que el Euromed entraría en la estación de Almería en 2005. Para partirse. Y tras el anuncio de los empresarios nos enteramos por boca del presidente del PP, Gabriel Amat, que (como si del Club de la Comedia se tratara) no hay un solo día que Rajoy no piense en el AVE a Almería. Y luego Cristóbal Montoro anunció que antes de fin de año se licitarían los 100 millones presupuestados. Es decir, que si los empresarios no dicen o no hacen nada el Partido Popular no mueve ficha y seguiríamos como hasta ahora mirando al horizonte para ver si las obras del AVE en la región de Murcia se acercan a Almería. Pura desfachatez.
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