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El centro se llenó de almerienses para asistir al homenaje que la jerarquía eclesiástica brindó a la imagen mariana.
Derroche de solemnidad y fervor en la coronación de la Virgen del Carmen

Derroche de solemnidad y fervor en la coronación de la Virgen del Carmen

Cientos de almerienses homenajean en la plaza de la Catedral la imagen mariana de la parroquia de San Sebastián

Javier García Martín

Domingo, 31 de mayo 2015, 00:37

Setenta y cinco años después de ser recogida en la capital almeriense de las manos de un escultor valenciano, la imagen de la Virgen del Carmen de la parroquia de San Sebastián recibió ayer su corona regada de agua bendita del obispo de Almería, Adolfo González Montes, en una misa al aire libre organizada por la tarde a las puertas de la Catedral.

Cientos de almerienses quisieron acercarse a la céntrica plaza del Casco Histórico para participar en la ceremonia católica, presidida por González Montes y el obispo de Guadix, Ginés García Beltrán, originario de Huércal-Overa, y a la que también asistieron la plana mayor del Gobierno municipal más algunas caras nuevas de la política local.

Acompañados de una tarde agradable, seminaristas, mujeres tocadas con mantillas, vendedores de golosinas, carmelitas descalzos y calzados, turistas y varios grupos de niños de pantalones cortos se arremolinaron durante la ceremonia frente al amplio altar construido para la ocasión, centro alrededor del que se dispuso una docena de hileras de sillas de plástico para contemplar la cita religiosa.

Además de los representantes de la jerarquía eclesiástica, sobre el escenario, destacados miembros de la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen y monaguillos con incienso desfilaron ante la talla mariana, conocida como 'reina de las huertas' entre sus acólitos y protagonista de unos festejos que la capital no vivía desde que fuera coronada la Virgen del Mar en 1951.

La liturgia, aderezada con las notas de un coro con acompañamiento musical, comenzó con la lectura del decreto de coronación por el que la Iglesia concedía esa gracia a la imagen almeriense debido en buena medida a la devoción profesada por sus fieles y la permanencia de esta en el tiempo.

Tras la lectura de varios pasajes bíblicos centrados en la loa mariana, el obispo coronó primero la imagen del niño y después la de la madre antes de que una sonora traca estallara en el cielo entre aplausos, golpes de música y vítores proferidos por espontáneos.

Donaciones de oro

Una vez terminada la celebración religiosa, la imagen fue transportada hasta su parroquia a través de las calles del centro, engalanado con guirnaldas, banderones rojigualdas con frases de devoción inscritas y retratos de la virgen colgados de algunos balcones.

La virgen carmelita regresaba así a su templo después de pasar la víspera en la Catedral y tras una primera procesión celebrada este viernes, un eslabón más de la secuencia ascendente de celebraciones que la hermandad que porta su nombre lleva realizando desde que en 2012 presentara el proyecto de coronación canónica en el obispado.

Durante estos últimos días, la hermandad ha recibido regalos de otras agrupaciones de la capital, como rosarios, escapularios, galeones de plata (el culto carmelita está muy ligado a la tradición marinera), peinas, túnicas con bordados o la mantilla de chantilly dorada que lució ayer. Más aun, desde diciembre, la hermandad, que a punto estuvo de desaparecer a mediados del siglo pasado, ha estado recogiendo oro y plata de entre los devotos a la Virgen del Carmen para construir la nueva corona que ahora porta la talla del niño Jesús y enriquecer la de la imagen mariana, unos trabajos contratados al orfebre y dibujante José Manuel Bernet Cabeza.

Siglos de devoción

Así las cosas, la capital vivió ayer una jornada de celebración que sirvió, en su contexto religioso, para homenajear la devoción entregada desde hace varios siglos de los almerienses hacia esta virgen.

Aunque la imagen ayer laureada sea posterior a la Guerra Civil, cabe recordar que se esculpió muy similar a la que adoraba el culto carmelita en la capital antes de que los estragos de la contienda del 36 obraran su pérdida. La antigüedad de la presencia de este tipo de fervor mariano, de hecho, ha fundamentado la distinción ofrecida por las autoridades eclesiásticas.

Hasta la fecha, la provincia contaba con otras imágenes marianas coronadas canónicamente como las patronas de Berja, Vera, Huércal-Overa, Albox, Roquetas de Mar o Serón. La costumbre de representar a la virgen ceñida con una corona regia data de los tiempos del Concilio de Éfeso del siglo V. Es, además, un privilegio concedido por la Santa Sede y está acompañado de una importante labor religiosa en nombre de la virgen que recibe el homenaje.

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