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MÍRIAM BUIL
Jueves, 28 de septiembre 2006, 04:26
Un tomate sin semillas y de gran sabor, cuyo consumo puede reducir las posibilidades de sufrir patologías cancerígenas, es el resultado de los estudios llevados a cabo por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), en colaboración con la Universidad de Almería (UAL), el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).
El nuevo tomate, creado mediante técnicas de manipulación genética, tiene el mismo peso y tamaño que los del cultivar original, según ha informado la universidad valenciana mediante un comunicado. Sin embargo, los nuevos frutos son «más sabrosos», presentan «más carne y menos pulpa» y no tienen semillas. El peso de los frutos, en torno a unos 90 gramos, hace que los tomates sean «totalmente adecuados para su comercialización», a juicio de los investigadores.
Además, la carga genética de estos tomates permite «adelantar la floración y abaratar el cultivo de las plantas, ya que presentan una estructura más compacta y, por tanto, precisan menos labores de sujeción de las ramas y poda».
Método
El nuevo método, que ha sido patentado tras diversas pruebas realizadas en laboratorio e invernadero, se basa en la transferencia y expresión en plantas transgénicas de tomate del gen 'leafy' (LFY) de la 'Arabidopsis thaliana', una planta con flores blanquecinas que suele aparecer al borde de los caminos, y que es muy utilizada en biotecnología por la 'sencillez' de su genoma.
Los frutos obtenidos a través de este nuevo método presentan, según sus creadores, un mayor contenido en azúcares y en licopeno, una sustancia con propiedades antioxidantes que «reduce las posibilidades de sufrir patologías cancerígenas».
Esta sustancia también «previene las inflamaciones de la próstata, así como el síndrome de degeneración macular, principal causa de ceguera en las personas mayores de 65 años».
Por otra parte, este nuevo método, además de aplicarse para la obtención de tomate, podría extenderse a otras variedades hortofrutícolas como la sandía, «con resultados previsiblemente similares».
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