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FAMILIA. Los dos primos de la víctima, a la izquierda, junto a la concejal de Mujer, el alcalde de Vícar y el subdelegado. / V. B
El presunto asesino de la mujer en Vícar estuvo en prisión en Rumania por violación
ALMERÍA

El presunto asesino de la mujer en Vícar estuvo en prisión en Rumania por violación

La familia decide incinerar el cuerpo de la joven, de 21 años, que llevaba unos meses en Almería y un año casada con Ion R., al que llevarán hoy ante el juez

ANA LÓPEZ OTERO Y VICENTE BERMÚDEZ

Martes, 22 de mayo 2007, 11:25

El último caso de violencia de género que ha acabado con la vida de una mujer en Almería no dejó indiferente a nadie durante la jornada de ayer. La investigación sobre lo sucedido fue arrojando a la luz más detalles sobre los hechos y, entre ellos, tal y como avanzó IDEAL ayer, que el presunto asesino tenía antecedentes penales. En concreto, Ion R., de 27 años, había estado en prisión en Rumania antes de venir a España por un delito de violación.

Algunos de los miembros de la familia lo confirmaron, al mismo tiempo que fuentes de la investigación, todavía conmocionados por el triste suceso. Mientras que la Guardia Civil seguía con las diligencias del caso y con el hombre detenido en la Comandancia de Almería a la espera de que hoy se le ponga a disposición del juzgado número 4 de Almería, los allegados a Nicoleta I. R. -nombre de la fallecida- decidían lo que hacer con el cuerpo sin vida de la joven, de 21 años.

Uno de sus primos, Sergio Mussina, explicó a los medios que, aunque en principio se estaban debatiendo entre repatriar el cadáver o incinerarlo, finalmente la madre tomó la determinación de esta última opción porque podría «conservar las cenizas junto a ella». Esta mujer, de 38 años, fue dada de alta pasadas las 16.30 horas del Hospital de Poniente, en El Ejido, donde tuvo que ser ingresada con cortes en varios dedos que el presunto agresor le realizó cuando, al parecer, intentó mediar en la agresión que estaba sufriendo su hija. Tras abandonar el centro sanitario, tuvo que acudir a declarar ante la Policía Judicial sobre los acontecimientos que vivió como testigo directo.

Rito ortodoxo

Fuertemente sedada por parte de los servicios sanitarios, comenzó junto a su familia a preparar los detalles de la misa funeral por Nicoleta I. R. que se tiene previsto realizar por el rito ortodoxo y que oficiará el único sacerdote rumano de esta confesión en la provincia almeriense, que reúne a sus fieles en Roquetas de Mar.

El primo de la fallecida asistió, precisamente, a una concentración de repulsa al asesinato convocada por el Ayuntamiento de Vícar, y fue en el transcurso de este acto, donde calificó a Nicoleta I. R. como una persona «cariñosa y alegre» y dio a conocer que estaba trabajando de camarera en un bar.

Pronto encontró un empleo ya que la pareja llevaba apenas unos tres meses residiendo en el país, donde entró con un visado de turista. Ella estaba empadronada en Vícar desde marzo pese a vivir en la capital con su presunto asesino que, según las investigaciones, llevaba un tiempo, haciendo cosas como quitarle el móvil y agobiarla. El hecho de que estuviera censada en el municipio del Poniente responde a que, precisamente, es allí donde vive su progenitora que, según los vecinos del inmueble que presenciaron la brutal agresión, se volcaba con ella para apoyarla en la ruptura de la relación.

Eso sí, ninguno de las dos comunicó lo que ocurría ni al centro de atención a la mujer del municipio ni la víctima interpuso denuncia por malos tratos. El alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, dio a conocer que la madre reside desde hace años en Vícar junto con su compañero sentimental y trabajaba en explotaciones agrícolas como temporera. «Sucesos como estos siembran la desolación y la tristeza y más aún cuando su madre era una persona muy conocida entre la comunidad rumana que habita en el municipio», comentó Bonilla.

El primer edil se ofreció a la familia de la fallecida a colaborar con ellos en todo lo posible y, de hecho, la responsable del área de la Mujer contactó con ellos entrada la noche para analizar donde querían velar a la joven. La intención era llevarla a los servicios funerarios de Vícar. En la concentración de repulsa -a la que asistió un centenar de personas-, el subdelegado del Gobierno en Almería, Miguel Corpas, no pudo dejar de señalar «el rechazo del Gobierno a esta lacra que a pesar de los medios que ponemos en marcha sigue cobrándose vidas como la del pasado domingo».

Las manifestaciones de rechazo no quedaron sólo en eso. Por la tarde, a las ocho, la Plataforma contra la Violencia de Género se concentró en el Mirador de la Rambla como viene siendo habitual cada vez que se produce el asesinato de una mujer en la provincia. Desde el Instituto Andaluz de la Mujer, Adela Segura, lamentó este suceso y recordó que es el primer caso que se produce en Almería desde que en septiembre del pasado año un hombre marroquí acabara con la vida de su esposa en Roquetas de Mar. Se da la circunstancia de que la detención de este hombre, que fue en Vïcar, se llevó a cabo por una pareja de Policía Local -entre la que se encuentra una mujer- que es la misma que llegó la tarde del pasado domingo a la calle San Mateo de La Gangosa, donde murió Nicoleta I. R., y arrestó al presunto agresor. La responsable del IAM señaló que en estos momentos es fundamental prestar apoyo psicológico a la madre de la víctima, además de la atención jurídica necesaria para llevar el caso a los tribunales. Ella es la que se queda ahora con la peor parte ya que pudo ver, sin poder impedirlo, al hombre asestar varias puñaladas a su hija cuando intentaba huir de él bajando por las escaleras de casa de su madre. Había acudido allí el pasado viernes, precisamente, para protegerse de la reacción de su marido del que pretendía separarse.

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