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El oficio no sabe de edad
ALMERÍA

El oficio no sabe de edad

El jovencísimo Rubén Pinar abrió la puerta grande del coso almeriense tras demostrar su experiencia, la que les faltó a Carmona y Curro García

EN LA PLAZA... JUANJO AGUILERA

Lunes, 20 de agosto 2007, 11:53

EL oficio no entiende de edades, aunque sí de años de experiencia o, en este caso concreto -el del mundo de los toros-, de actuaciones. Y, en este sentido, el reflejo de lo sucedido ayer en el coso de la Avenida de Vilches, en el festejo que servía para abrir la feria taurina en honor de la Virgen del Mar en 2007, fue simple y llanamente lo que trasluce después de ver el currículum de los tres actuantes y, también, tras observar el trabajo con novillos con peso y cara de toro. Y es que 'La Quinta' era un duro examen para los tres actuantes que, desgraciadamente para los almerienses, sólo pasó con nota el albaceteño Rubén Pinar, placeado hasta más no poder y con pinta de torero.

En este oficio es difícil pronosticar qué puede pasar en un futuro próximo y si un novillero llegará a ser un gran torero o no. Lo cierto es que Rubén Pinar tiene años por delante para pulir defectos -que los tiene- y no tener que 'mendigar' pidiendo oportunidades. A Alejandro Carmona y Curro García la falta de oportunidades se vuelve en esa 'pescadilla que se muerde la cola' y la experiencia impide, de momento, pensar en cosas mayores.

Director y compañero

Rubén Pinar, que pasaba por ser el más joven de la terna, llegaba con los números del escalafón como aval y el paso de los lances fueron confirmando que la treintena de novilladas picadas con las que cerró 2006 y que los triunfos en la presente temporada, la de su presentación en España, no son fruto de la casualidad. Lo demostró con su actuación, pero también con lo que hizo 'entre bambalinas'. Como director de lidia ayudó a sus dos compañeros de terna y, en concreto, con Carmona -que fue el que peor lo tuvo en el quinto- le acompañó tras la barrera y hasta le aconsejó.

Ayer, con un buen lote -sobre todo el cuarto novillo- supo hacer las cosas para ir 'construyendo' su triunfo, dejando destellos de esa experiencia. Tras lucirse con lances a la verónica y un galleo para llevarle al encuentro con el caballo, el de Tobarra cumplió con las banderillas en el primero que salió por el 'portón de los sustos', al que ni tan siquiera probó para 'recibirlo' con la franela en la mano izquierda.

Con la derecha propinó dos tandas templadas y llevó a su enemigo muy toreado, siempre 'entretenido' en la muleta -la primera máxima para este encaste-, enseñándole el camino que para él era el del triunfo.

Éste pudo ser sonado si no falla con los aceros con el cuarto, de sobra, el mejor del encierro, con el que estuvo torero. Tras recibirle muy bien con toreo de capa y lucirse con un tercer par de banderillas por dentro, fue creador de una faena con muletazos hondos y con mucho temple, generalmente por el pitón derecho.

Intentó matar recibiendo e impidió, por dos veces, que su propósito se cumpliera, con lo que perdió la ocasión de haber desorejado a su enemigo. Sin embargo, sí logró la oreja para abrir la puerta grande.

La inexperiencia

El resto de lo sucedido en el primer festejo de abono de la Feria de la Virgen del Mar fue fruto de la inexperiencia. Tanto a Alejandro Carmona como a Curro García les pesó la responsabilidad de las pocas oportunidades que han tenido con caballos. Y el veratense Alejandro Carmona puede 'llorar con un ojo', que está más cerca de la decena que un Curro García que ayer, en la Plaza de Toros de Almería, llegaba a su tercera experiencia con caballos.

De lo sucedido al joven novillero veratense, el epílogo de sus faenas fue la consecuencia de una lidia inadecuada, en la que sus dos novillos aprendieron y mucho a cada golpe de muñeca, en cada lance, en cada muletazo que daba.

A Carmona, que ciertamente no tuvo suerte con los dos de su lote, le faltó soltura con su primero. Se le observó atenazado con el capote y algo más centrado con la muleta, pero con el novillo de La Quinta 'sabiendo ya latín' para 'emborronar' aún más la faena.

Ésta apenas si existió con el quinto de la tarde, que terminó rajándose, aunque también como consecuencia de ese 'mal aprendizaje' al que fue sometido en los lances de recibo. Suelto, llegó al caballo y consiguió descabalgar al picador, que se salvó de una cornada porque 'Soguerito' se quedó enganchado en el peto.

Luego, el novillero veratense sólo pudo dedicarse a 'seguir' a su enemigo por la plaza, sin fortuna para poder 'exprimir el nulo jugo' que aquel tenía.

Digno

Curro García llegaba a su compromiso en el centenario coso almeriense con escaso bagaje de oportunidades, pero el novillero del barrio Los Ángeles estuvo digno en su primero, donde destacó la brega de Antonio Navarro, 'El Niño de Osuna', que se llevó al novillo a una mano al burladero sin tener que darle un pase. Curro cumplió con la capa y con el quite por delantales. Luego, con la muleta puso mucha voluntad.

Lo mejor lo hizo el almeriense con su segunda tanda de derechazos y su vuelta a ese pitón tras un fallido intento en el toreo al natural.

Con el que cerraba plaza encontró más dificultades. El novillo, que apretó de salida en los lances de capote, trató de hacer faena por ambos pitones, sin encontrar la fortuna deseada.

Esa fortuna que sí tuvo Rubén Pinar, que consiguió abrir la puerta grande en el primero de los festejos de abono de la Feria de la Virgen del Mar. A veces, también la fortuna tiene mucho que ver con las formas. Éstas acompañaron al novillero que, pese a ser el más joven de los que componían la terna, fue el que, analizando lo ocurrido, tuvo más experiencia.

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