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ISABEL FERNÁNDEZ
Viernes, 10 de septiembre 2010, 03:57
La investigación en torno a la lucha integrada nunca cesa y, de hecho, junto a los nuevos proyectos para detectar y combatir las plagas secundarias que comienzan a renacer en el campo, los investigadores de las distintas empresas de la provincia se afanan en identificar nuevas plantas refugio. Estas plantas refugio son lugares que, en principio, atraen a la plaga y que, en segundo lugar, suponen un hábitat adecuado para el depredador natural que, en ellas, puede iniciar su reproducción para, desde ahí, trasladarse al resto del invernadero.
Entre los proyectos que, de momento, se están llevando a cabo en este sentido destaca el puesto en marcha por la empresa almeriense Agrobío y el centro IFAPA La Mojonera. Éste es un proyecto de investigación industrial Cenit-Mediodía y, dentro de él, los investigadores de ambas entidades trabajan en el subproyecto 'Selección de plantas refugio para conservación y aumento de enemigos naturales en cultivos hortícolas'. En este marco, los participantes están analizando qué plantas del entorno natural de la provincia son las más adecuadas para servir de huésped a las chinches depredadoras, así como qué otras podrían ser una fuente de virus peligrosa para los cultivos. Hasta la fecha, los investigadores han trabajado con Dittrichia viscosa, una planta que, según explicó Enric Vila, miembro del Departamento de I+D de Agrobío, «ha facilitado el establecimiento del Nesidiocoris tenuis en el cultivo».
De este modo, están consiguiendo resolver, precisamente, los problemas de instalación del Nesidiocoris, ya que este depredador necesita de un período quizás demasiado prolongado para adecuarse a su nuevo hábitat dentro del invernadero.
Pero, por si esto fuese poco, los investigadores implicados en el proyecto también están barajando la posibilidad de emplear esta planta refugio, la Dittrichia viscosa, para establecer parasitoides de pulgones. «En esta planta sabemos que hay un pulgón específico en el que se reproduce muy bien un parasitoide, el Aphidius matricariae» explicó Vila y añadió que «ya en 2003 hicimos ensayos donde vimos que en todos los invernaderos en los que se soltaba otro parasitoide de pulgón, el Aphidius colemani, al final del cultivo, era A. matricariae. Por lo tanto, nos dimos cuenta de que este segundo podría funcionar mejor en nuestra zona». Si, finalmente, se consiguiera que la planta Dittrichia viscosa funcionara bien para ambos auxiliares, ésta sería una opción muy «interesante» para cultivos como la berenjena, en el que la incidencia de pulgón va en aumento.
Junto a todo esto, también desde Agrobío trabajan en el uso de la albahaca como planta refugio. De momento, esta planta se ha mostrado como una buena opción para la instalación del Orius laevigatus en los cultivos de pimiento. Sin embargo, desde esta empresa netamente almeriense siguen trabajando en su desarrollo.
Así pues, la introducción de la fauna auxiliar ha supuesto una reactivación de la investigación, si es que alguna vez cesó. Tanto que los investigadores de la provincia trabajan en la búsqueda de nuevas soluciones a problemas que, posiblemente, hace apenas cuatro o cinco campañas eran impensables. Una nueva forma de producir, aún en fase experimental, por decirlo de algún modo, necesita de muchos cambios y mejoras y, precisamente en ello, trabajan los departamentos dedicados a la Investigación y Desarrollo de las empresas provinciales.
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