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El tomate es, aún así, el cultivo con mayor número de hectáreas. :: IDEAL
Menos tomate en las 'pasarelas'
Agricultura

Menos tomate en las 'pasarelas'

Su superficie ha caído en las tres últimas campañas, sobre todo en las especialidades

ISABEL FERNÁNDEZ almeria@ideal.es

Domingo, 31 de octubre 2010, 04:44

Diez mil doscientas cincuenta, diez mil ciento cuarenta y siete, nueve mil novecientas treinta y nueve... No, no son las combinaciones para abrir una caja fuerte, ni siquiera son los números que saldrán premiados en la lotería de Navidad de este año, predichos por tal o cual adivino. Éstas son las hectáreas que, en las últimas tres campañas, se han destinado al cultivo de tomate en la provincia de Almería. Unas cifras que, desde la campaña 2007/2008 hasta la pasada, la 2009/2010, no han parado de descender, aunque sea poco, según los datos facilitados por la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca.

De este modo, si hace tres campañas la superficie destinada a este cultivo en la provincia ascendía a esas 10.250 hectáreas, ya el año pasado, caía hasta las 9.939 hectáreas, un 3'1% menos. Aunque, de momento, las cifras no son muy abultadas, lo cierto es que, año tras año, en los últimos cuatro, se han perdido, de media, unas 100 hectáreas por campaña y la tendencia parece tener continuidad. Tanto es así que, a falta de los datos de la campaña de primavera, las estimaciones realizadas por la Delegación Provincial del ramo apuntan que la superficie de tomate podría descender en otras 100 hectáreas más, aproximadamente.

En este sentido, el secretario provincial de Coag, Andrés Góngora, comentó que, aunque hasta la pasada campaña fueron «relativamente pocas» las hectáreas que se perdieron, en este ejercicio agrícola, las cifras podrían incrementarse de forma considerable. «Sólo en Níjar -la zona tomatera por excelencia en la provincia- hay bastantes menos», apuntó y añadió que «en general, en esta campaña, podemos hablar de un descenso de la superficie de tomate de entre el 8% y el 9%», o lo que es lo mismo, en torno a 700 hectáreas menos.

La tendencia

La campaña 2007/2008 marcó, sin lugar a dudas, un punto de inflexión en el desarrollo de este cultivo. Entonces se alcanzó la mayor superficie de tomate en Almería (10.250 hectáreas) y se ponía fin, a su vez, a una etapa de crecimiento progresivo y que había tenido su punto de partida en la campaña 2003/2004, cuando en la provincia se cultivaban 8.700 hectáreas.

Con respecto a los porqués de este cambio de tendencia, el secretario provincial de Coag apuntó, al menos, dos: «los precios y la falta de financiación». En las últimas campañas, los tomates no se vendieron a precios, ni mucho menos, rentables para los agricultores que, en la mayoría de los casos, tuvieron que afrontar pérdidas importantes. No hay que remontarse muy lejos para encontrar una racha de malas cotizaciones en este producto. Simplemente, hay que volver la vista hasta los meses de noviembre a enero de 2009, cuando esta hortaliza llegó a cotizar, incluso, a 0'03 euros el kilo. «Los precios han sido muy bajos y hay gente que lleva mucho tiempo arrastrando esta situación».

En lo que se refiere a la falta de financiación, el máximo responsable de Coag en la provincia lamentó el alto grado de endeudamiento de muchos productores. Algo que, en ocasiones, los lleva a apostar por cultivos menos costosos y que, además, generan ingresos mucho antes. Entre estos cultivos alternativos, el calabacín se sitúa como uno de los preferidos por todos los agricultores. Tanto es así que el concejal de Agricultura de Níjar, José Requena, comentó que, aunque «el tomate sigue siendo el cultivo mayoritario en esta zona, ocupando entre el 60% ó el 62% de la superficie, otras plantaciones como el calabacín van ganando terreno poco a poco». Un 5% más de calabacín un año, otro 5% al siguiente. Al final, todos estos porcentajes son agricultores que han abandonado el tomate para convertirse en productores de calabacín.

Pero esta situación no sólo se da en zonas como la de Níjar, sino también en lugares más al Levante. En zonas como, por ejemplo, Palomares, donde el tomate no se hace bajo plástico, sino bajo malla, la necesidad de reducir costes también se ha traducido en un cambio de cultivos. Así, Pascual Soler, vicepresidente de Asaja-Almería, indicó que «este año hay entre un 10% y un 15% menos de tomate en relación a la campaña pasada» y explicó que esto se debe a que «hemos tenido varias campañas malas». «Aunque en los dos últimos ejercicios los precios mejoraron a partir de enero, para esas fechas, aquí ya hemos terminado la cosecha», matizó. Ante esta situación, «hay agricultores que han plantado menos y quienes ni siquiera han plantado», al menos tomate. Calabacines o habas son los cultivos preferidos para sustituir esta hortaliza.

Estrategias

La búsqueda de cultivos alternativos más baratos no es la única respuesta a un problema de costes excesivos. De hecho, el presidente de Asaja-Almería, Francisco Vargas, señaló que, más que una reducción de hectáreas, en las últimas campañas, lo que se ha producido realmente ha sido «un cambio de tendencia». En este sentido, explicó que «se ha pasado de poner dos ciclos cortos de tomate a poner sólo un ciclo largo para, de este modo, reducir gastos». Con este ciclo largo, el agricultor pone la plantación en agosto, la prolonga hasta bien entrado el mes de mayo y, con ello, se ahorra algún dinero. En esta misma línea, y para seguir apretándose el cinturón, los productores optan por variedades tipo rama o tomate suelto, mientras que «las especialidades están desapareciendo».

El secretario provincial de Coag, Andrés Góngora, afirmó que «las especialidades ayudan a ganar mercado», pero, a su vez, «dan más problemas». Y es que si el cultivo de tomate, en general, tiene unos altos costes de producción, «en el caso de las especialidades, los gastos se disparan», puesto que requieren, por ejemplo, más mano de obra.

En los últimos años, los productores de la provincia han ido abandonando especialidades como el tomate cherry, más allá de por los gastos que su cultivo implica, «por la competencia de Marruecos». Pese a todo, el secretario provincial de Coag está convencido de que Almería debe seguir apostando por estas especialidades, por tomates como el Raf o el cocktail que, entre otras cosas, marcan la diferencia. «Hay que incidir en estos productos para que se vuelva a diversificar la oferta», afirmó Góngora, pero hay que hacerlo con cautela.

En el caso del tomate Raf, es un emblema de la provincia y, por ello, insistió en que «hay que cuidar mucho la calidad del producto que llega al mercado». En lo que se refiere a otras especialidades como el cocktail, Góngora señaló que Almería tiene mucho que ganar, entre otras cosas porque «Marruecos no es competencia».

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