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Jueves, 6 de enero 2011, 02:14
La globalización, a la que la televisión en blanco y negro aportó hace ya años sus primeros granitos de arena, ha provocado que el Concierto de Año Nuevo de Viena se haya copiado prácticamente en todo el mundo. Almería no iba a ser menos y quedarse sin esta actuación especial, sobre todo al contar con un escenario propio y una orquesta también propia y poder presentar un programa asimismo propio sin olvidar, no obstante, las composiciones que ha popularizado el concierto vienés, incluso con la participación del público como acompañamiento rítmico en para determinadas interpretaciones.
El Auditorio Municipal Maestro Padilla ocupó todo su aforo para seguir la actuación, bajo el título de Concierto de Año Nuevo, de la Orquesta Ciudad de Almería (OCAL) y la Orquesta Joven de Almería (OJAL), bajo la batuta de su director oficial Michael Thomas. Para esta ocasión la 'nueva' formación musical contó con la participación como solistas de María Jesús García (soprano), Soledad Pedrosa (contralto) y Román Barceló (tenor).
Aplausos
El 'Vals de las Flores' de 'El Cascanueces', de Tchaikovsky, abrió un concierto que se prolongó durante casi dos horas y en el que se interpretó un repertorio variado con polkas, marchas y valses que han popularizado hasta el extremo las retransmisiones desde Viena, pero también con danzas y números líricos de distintas óperas. Soledad Pedrosa levantó los primeros aplausos cerrados e incluso algún bravo con su 'Voi lo sapete', de 'Cavalleria Rusticana', de Mascagni, y volvió a sorprender con la 'Habanera', de 'Carmen', de Bizet, ya en la segunda parte, en la que también cantó con María Jesús García 'Sous le dôme épais', de 'Lakme', de Leo Delibes. Muy aplaudido, e incluso palmeado rítmicamente como parece pedir la misma composición, fue el brindis 'Libiamo, libiamo', de 'La Traviata', de Verdi, que interpretaron Ramón Barceló y la misma soprano, que tuvo su momento más estelar con 'O mio babbino caro', de 'Gianni Schichi', de Puccini . Y para aplaudir rítmicamente, a imagen y semejanza de Viena, nada mejor que la 'Marcha Radetzky', de Johann Strauss, con la que la OCAL y la OJAL clausuraron este Concierto de Año Nuevo. Y, a esa imagen y ejemplo, no pudieron faltar números tan vieneses y tan straussianos, o al revés, tan straussianos y tan vieneses, como las polkas 'Truenos y Relámpagos', 'Perpetuum Mobile' y 'Pizzicato', y el vals, tal el vals de todos los valses, 'El Bello Danubio Azul'. En el repertorio también figuraron 'En un mercado persa', de Ketelbey, 'Danza de las horas', de 'La Gioconda', de Ponchielli, 'Rapsodia rumana número 1', de Enescu, y 'Danza eslava número 9', de Dvorak.
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