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Trinidad Gan, una de las autoras locales que se subió al escenario. E.T.
Mujeres para quitarse el sombrero

Mujeres para quitarse el sombrero

La segunda velada de Poesía en El Laurel contó con la chilena Marina Tapia y el cantautor Paco Damas, que reivindicaron la voz femenina en la cultura

EDUARDO TÉBAR

GRANADA

Miércoles, 15 de agosto 2018, 00:49

Lo dicen los números: el sonrojo estadístico. Durante siglos, la mujer ha estado oculta, desplazada del foco, relegada allí donde terminan los anaqueles. Un día, las artistas e intelectuales de la Generación del 27 se quitaron el sombrero. Lorca y Dalí se unieron al gesto, en plena Puerta del Sol. Ellas eran Maruja Mallo y Margarita Manso. Pagaron la osadía con pedradas e insultos. Corrían otros tiempos. Pequeñas células como el Lyceum Club Femenino de María de Maeztu o la Residencia de Señoritas ejercían una elitista aunque revolucionaria dinámica de cambio en una sociedad profundamente machista. A ellas, a las que quedaron al margen de los manuales de arte y literatura, dedicó anoche un emotivo recital el cantautor andaluz Paco Damas. Arropado en melancolía por el violín de Lidia Molina -el mismo que se escucha en el último álbum de Los Planetas-, el de Torredonjimeno presentó su reciente trabajo 'Las Sinsombrero', «un proyecto musical y educativo donde la poesía es la protagonista. Este repertorio está pensado en femenino», anunciaba Damas, un apellido que parecía destinado a encarar este reto en algún momento.

Los versos de María Zambrano, María Teresa León, Concha Méndez, Josefina de la Torre, Ernestina de Champourcín, Carmen Conde, Rosa Chacel y Ángela Figuera sonaron con el empaque de lo que no se ha manoseado mucho. Letras de mujeres deseosas, que no objeto de deseo. Y así palpitaba el patio de butacas, lleno en los jardines del convento San Luis El Real de La Zubia. Cuentan que Isabel La Católica se escondió de un ataque musulmán en sus alrededores mientras encomendaba sus rezos al santo. Antes del turno de Paco Damas, dos poetas granadinas, una gallega y una chilena protagonizaron la segunda noche de este festival internacional, que alcanza ahora décimo quinta edición y que mira con ansiedad la fecha del próximo martes, 21 de agosto, cuando el expresidente uruguayo José Mujica recogerá el séptimo premio Poesía en El Laurel.

Las autoras locales que se subieron al escenario fueron Trinidad Gan y Rosa Sanz. Beatriz Hernanz nació en Pontevedra y dirige el Instituto Cervantes de Palermo. Por su lado, Marina Tapia aterrizó en España en el cambio de siglo, desde la ciudad portuaria de Valparaíso, en Chile, y se instaló en Granada en 2012. Había expectación por escuchar de viva voz obras tan excitantes como 'El relámpago en la habitación', '50 Mujeres desnudas' y, sobre todo, 'Marjales de interior', volumen con el que ha obtenido el XVII Premio del Certamen de Poesía Paco Mollá 2018. «La poesía para mí es una forma de ver el mundo, de llenar de significado los instantes», confesó Tapia, defensora de la libertad formal, del despojo de corsés estéticos, y del arrojo léxico y sintáctico de sus colegas latinoamericanos. «Granada es un sitio mágico, donde la naturaleza, el campo y la montaña se entremezclan con lo urbano», explicó.

Trinidad Gan aprovechó para desglosar 'El tiempo es un león de montaña', que recibió en 2017 el XX premio Generación del 27 y ha sido publicado por Visor. La granadina arrancó con 'Carretera 50', un poema que comienza a su vez con una cita de Ángeles Mora. Asegura Jorge Edwards en el prólogo de 'Habitarás la luz que te cobija', el volumen más inmediato de Beatriz Hernanz, que sus composiciones son «como poemas de la memoria, del tiempo, del instante: tiempo detenido y tiempo desaparecido». Cada noche de martes en agosto, el tiempo se detiene en La Zubia.

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