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JUAN JESÚS GARCÍA
GRANADA
Sábado, 9 de septiembre 2017, 02:18
La Noche Mestiza de los festivales del Zaidín, el Zaidín2 comenzó el fin de semana 'grande' de las fiestas del populoso barrio granadino, que en el caso de los festivales, bien podían ser ya llamados 'de Granada', porque estos tres días el Zaidín es Granada, ... pero la provincia entera, ya que numerosos espectadores se desplazan al barrio para asistir a sus actuaciones multitudinarias desde todos los puntos de nuestra geografía. Es un clásico de septiembre.
Si algo tiene la música 'mestiza' es su aspecto lúdico por encima de otras consideraciones, así el buen ambiente y las ganas de pasarlo bien cunden en conciertos como estos, presididos anoche por el positivismo vital de La Mari y sus Chambao ya enfilando el final de la denominación. Rematando la madrugada Son de Nadie y su ventilador de ritmos del mundo.
Hay un bastante de encuentro de emociones entre los asistentes al Zaidín, de un lado la melancolía del fin del verano y por otro alegría del reencuentro con con los iguales, todos tostados y repletos de vitamina D y energía solar. Si el Granada Sound es la fiesta del comienzo del curso, los del Zaidín son los festivales del final de las vacaciones, y se nota ese plus de optimismo acumulado durante estos meses en las miradas y la disposición de la gente a pasárselo bien.
Y su ayer veíamos a miles de personas con camisetas de magos de Oz por el recinto festivalero anoche llamaban la atención algunas personas con brazaletes morados. Eran las referencias, las 'patrullas' como se autodenominan de 'Granada sin acoso' por si sucede algún caso de agresión machista en las multitudinarias fiestas y festivales de estos días. Según se le en las 'instrucciones de uso' de este equipo, pegadas en carteles por la paredes, son las personas a las que acudir, física o virtualmente a través de la conexión del móvil si se sufre (o se presencia) alguna agresión. 'No' sigue siendo 'No' también en el Zaidín.
Las actuaciones comenzaron ajustadas a horario con El Extraño Caso de Carmen Dorado, que es el nuevo grupo de la rockera tatuadora Aída Ortíz, mucho menos 'Arisca' que hace algunos años, y con Mario Peluki José Luis García Puche son un simpático trío de blues mariachi 'a bola' con todo el encanto del minimalismo, un punto naïf, que es capaz de solucionar simbólicamente medio siglo de 'guerra fría' haciendo slide sobre el mástil ¡de una 'balalaika!'. De su curiosa dieta digamos que comen igual de Moterhead ('Ace of sapdes') que de Perales ('Por qué te vas')... y que del micro cuelga una reducida cabeza jibara. No se los pierdan la próxima vez aunque sean los primeros.
De aquella noche en este mismo recinto, La Ambulancia Irlandesa volvían 'al lugar del crimen'. El recinto actual ahora mucho más optimizado ha mejorado en paralelo a la evolución de este grupo de exquisitos tañedores de música atlántica «con un refinamiento de auditorio, educado, y un virtuosismo de cámara» como se leyó en la crítica de entonces. Cualidades que mantienen (y más sin comparamos con la hipertrofia de Mago de Oz) pero han crecido en todas direcciones hasta el punto de que - y es la primera vez en el Zaidín- el mismo público pidió silencio para la intro acústica de 'Haciendo Migas'. Unos arreglos estudiadísimos, una paleta de audio colorista (del punk al country, balcanes o flamenco) y una exuberante riqueza tímbrica fueron contagiando al público que pidió más, completamente seducido, aunque los horarios estrictos no permitieron complacer peticiones.
Blanca, la Rita del grupo es la alegría de la huerta. Esa suerte de mezcla entre Amparanoia y Bebe con la vitalidad del la primera y la voz golosa de la segunda es todo un crack. En directo sonó fresquísima y llena de ganas de comunicar, con una banda que no se intimidó por el escenario grande y gente hasta donde llega la visión. Con la mano derecha del acordeón no hay cumbia/rumba ni ritmo que se les resista, llegue de Rusia o el Sacromonte. Hasta el equipo de Chambao estuvo pendiente en camerinos de este debut. Fueron los grandes triunfadores de la noche y con toda seguridad el futuro es suyo, siendo el coro de «¡oh Rita!» la banda sonora de la noche.
A la hora casi de cerrar esta edición salía la Mari con sus Chambao a escena, ella y sus invitados porque fue un regalo de despedida compartir escenario con Jorge Pardo -que se marcó una jam en el entreacto animando los camerinos-, Vinila Von Bismark y Amparo Sánchez. La autora del himno oficioso de Andalucía, aquel 'Ahí estás tú' que ya es patrimonio de «España y de la humanidad», salió al escenario con muchas ganas y una banda sencillamente perfecta. Reforzado el grupo por dos voces y metales (de Tabletom) se redimensiona considerablemente la uniformidad de Chambao dándole el brío de la tracción manual y la vida de los sonidos naturales a sus canciones de siempre, hizo varios pupurrís como las de sus discos más recientes. Dedicó varias piezas a Camarón señalando al cielo y se salió del escenario literalmente caminando por los altavoces para estar más cerca del público. Fue de menos a más y a la hora de cerrar la edición tenía al público comiendo en su mano. El punto final de la madrugada llegaría con Son de nadie.
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