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ideal.es
Martes, 21 de octubre 2014, 15:43
Actualidad: Más de la mitad de la vigente energía que se genera ahora en México es toda por combustión, un proceso concreto que genera gases de efecto invernadero, como el conocido dióxido de carbono (CO2). Una forma de controlar todas las emisiones de este gas, sería a través de tecnologías con la capacidad de capturarlo en su totalidad.
Así las coas, el grupo de investigación del doctor Ignacio Alejandro Figueroa Vargas, del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, se centra en ello.
Y es que estos investigadores trabajan en el desarrollo de espumas con base de magnesio, que son una especie de estructuras metálicas altamente porosas.
De esta forma, al ser utilizadas en calderas de procesos industriales, se busca que estas contribuyan a la mitigación del calentamiento del planeta Tierra.
A la pregunta de sus caracerística: Las espumas metálicas pueden ser de entre 10, 15, 20 centímetros o hasta de un metro.
Además, existen de dos tipos: de poro abierto y de poro cerrado, y pueden ser producidas mediante el proceso conocido, en la ciencia de los metales, como metalurgia de polvos y de procesos en estado líquido.
También en México dicho grupo de investigación se encuentra a la cabeza en la producción de este tipo de materiales.
Sin embargo, entre las dificultades que enfrentan al producir estas espumas de magnesio, es que este material es muy reactivo y se evapora con facilidad.
No solo eso sinoq ue además de que los procesos que existen para controlar la infiltración en su forma líquida y producir las espumas, son sumamente dificultosos.
En este punto, con financiamiento del CONACyT, la Secretaría de Energía y el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica de la UNAM, los integrantes del Laboratorio de Materiales Metálicos Avanzados están avanzando.
Hasta el punto de que desarrollaron una tecnología para generar espumas de poro abierto, con una porosidad de hasta 75% y un tamaño de poro que oscila entre 0.5 y 3 milímetros, en global.
En este sentido, Figueroa Vargas explicó que el mecanismo de captura del dióxido de carbono a través de espumas, consiste en que el magnesio pasa por un proceso de oxidación para formar óxido de magnesio.
Este, luego al reaccionar con el CO2 forma un carbonato que al ser muy frágil puede caerse con una pequeña vibración sostenida.
Hay que señalar que este proceso se repite hasta que se consume por completo la espuma metálica que -de acuerdo con el investigador- debe tener una alta área superficial.
Los investigadores lo dicen así: "Estamos trabajando en conseguir altas áreas superficiales por esta metodología":
Y añaden: "No es sencillo, la viscosidad del metal en estado líquido tiene que ser lo suficientemente baja para que ocupe los espacios vacíos que genera el material de sacrificio, de tal forma que se propicie la conectividad entre poro y poro".
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