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Cultura-Granada

Santos Zunzunegui: «España también necesita películas comerciales pero bien fabricadas»

«Un premio con el nombre de Francisco Ayala es una gran responsabilidad», afirma el catedrático de la Universidad del País Vasco

INÉS GALLASTEGUI

Viernes, 25 de enero 2008, 04:08

El catedrático de la Universidad del País Vasco y crítico de cine Santos Zunzunegui (Bilbao, 1947) recibió ayer el I Premio Francisco Ayala que conceden el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) y la Obra Social de Cajasur, por su obra 'La mirada plural', un ensayo sobre el cine y los cineastas a lo largo del siglo XX.

-Francisco Ayala es un gran cinéfilo y uno de los primeros críticos de cine españoles. ¿Qué significa para usted recibir este premio?

-Es una enorme satisfacción, pero también un compromiso: hay que estar a la altura del patrocinio, y un premio que lleva el nombre de Francisco Ayala no es un premio cualquiera. Ayala fue, junto con Valle Inclán, uno de los primeros en reflexionar de manera sustancial, ya en los años veinte, sobre el cine como arte del siglo XX. Conozco su obra que tiene que ver con el cine y buena parte de su obra literaria. Algunos de sus relatos, como 'El jardín de las delicias' o 'El hechizado', forman parte de mis textos predilectos.

-«La imagen no se contempla con los ojos sino con el cerebro». El presidente del CAA, Manuel Ángel Vázquez-Medel, citaba esta frase de su libro 'Pensar la imagen' hace unos años. ¿Qué significa?

-Las cosas no son necesariamente lo que parecen en el primer golpe de vista. Para entender el sentido de muchas imágenes necesitamos un momento de reflexión, para ver si ese primer golpe de vista es confirmado por el pensamiento.

-A su juicio, ¿hay directores de cine en activo comparables a los grandes clásicos?

-Uno de los problemas que tenemos los que escribimos sobre cualquier arte es colocar la frontera del clasicismo en los antiguos maestros y no estar atentos a lo que se hace ahora. Estoy convencido de que ahora hay cineastas tan importantes como los que había en el cine mudo o los primeros años del sonoro. La crítica juzga con mucha mayor tranquilidad sobre aquello que está a distancia, porque el poso del tiempo ha dejado claro quiénes son los grandes. Es más complicado juzgar a los contemporáneos. Pero una de las tareas importantes de la crítica es mojarse y señalar qué merece la pena.

-Mójese: ¿qué nombres de ahora se recordarán dentro de 50 años?

-Jean Luc Godard: está en activo, pero lleva 50 años haciendo películas y es una referencia para entender el paso del siglo XX al XXI. Manoel de Oliveira: su primera película es de la época del mudo y con 99 años sigue haciendo una o dos películas al año, con una vitalidad fantástica y siempre de manera innovadora. En el cine español, Víctor Erice, Pere Portabella, Pedro Almodóvar...

-Cuando habla en clase de cine clásico, ¿qué dicen sus alumnos? ¿Lo conocen?

-Nunca ha habido tanta posibilidad como hoy de ver películas tanto actuales como clásicas, gracias al DVD y a Internet. Cuando yo tenía 17 años y me formaba como cinéfilo, fantaseaba con películas que no había manera de ver, como 'La regla del juego' (1939), de Jean Renoir, o 'Nanouk el esquimal' (1922), de Robert Flaherty, que hoy en día se encuentran fácilmente.

-¿Hacia dónde va el cine?

-Hacia una reubicación en el mundo del audiovisual. Y en el futuro todo pasará por Internet. Se han multiplicado las formas de exhibición: la sala oscura quizás ya no sea el lugar de celebración cuasirreligiosa de la experiencia de ver una película. El cine se ha contaminado, en el buen sentido de la palabra: antes había una 'muralla china' entre el cine y las artes y hoy muchas fronteras se han roto. Ahí esta la obra de Portabella, que tiene un pie en el museo de bellas artes y otro en el cine.

-¿Y el cine español? ¿Saldrá algún día de su eterna crisis?

-En términos creativos, el cine español es muy pobre. Hay una contaminación, en este caso negativa, del universo de las comedias televisivas. Hay preguntas que un cineasta tiene que formularse y pocos cineastas se las hacen.

-¿Qué le parece 'El orfanato', que 'salvó' el año 2007 al cine español?

-Es un producto comercial, bien fabricado, que ha tenido un cierto éxito merecido de público. No ofrece ninguna novedad en el género, pero también tenemos necesidad de este tipo de productos: comerciales pero con dignidad. Un contrapunto interesante es otra película de terror, 'Rec', de Jaume Balagueró.

-¿Por qué en Francia triunfa el cine francés y en España apenas se ve el español?

-Estas cosas no se improvisan de la noche a la mañana. El divorcio entre el público español y su cine viene de antiguo. El cine francés ha tenido una larga tradición de grandes cineastas y muy buena relación con su público. Los franceses siempre han visto su propia cultura como un patrimonio a conservar y ampliar. Nosotros hemos sido más distantes.

-¿Existen el cine vasco, el andaluz, el catalán...?

-No merece la pena perder mucho tiempo en ese tipo de querellas, que es lo que son en el fondo. Sólo sirven para afianzar localismos excluyentes. Y yo no soy muy partidario...

-En Granada se inauguró en 2007 el Festival Cines del Sur, con el objetivo de dar a conocer las cinematografías de países pobres...

-Me parece estupendo. Hemos descubierto hace relativamente poco que fuera de Europa y de Hollywood hay otros cines, y algunos muy notables. Hasta 1989, cuando emerge la figura de Abbas Kiarostami, ¿qué sabíamos nosotros de una cinematografía como la iraní? Absolutamente nada. Un festival de este tipo nos permite ver que no sólo hay un cine posible, la llamada 'monoforma' americana. Hay centenares de películas interesantes que no alcanzan al espectador.

igallastegui@ideal.es

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