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POTENCIA. El defensa central Martí Crespí se impone en el salto a su oponente y despeja el balón con la cabeza, aunque con su codo apoyado en el hombro del rival.
La tenacidad no basta
Granada-74

La tenacidad no basta

El '74', que fue capaz de adelantarse por dos veces, una de ellas en inferioridad, rompe su sequía goleadora pero no la de victorias

JOSÉ LUIS DEL CAMPO (GECA SPORT)

Lunes, 25 de febrero 2008, 08:44

EL Granada 74 sumó un trabajado empate a dos en su vista a Vitoria que puede ser interpretado de diferentes maneras en función del minuto en que se tome como referencia el duelo jugado ayer en Mendizorroza. De un simple vistazo el punto sirve para cortar la mala racha de resultados que atravesaba el Granada 74 durante las últimas jornadas con 278 minutos de sequía anotadora. Además, el punto se puede dar también por bueno ya que, durante 40 minutos, en el segundo tiempo, los de Antonio Tapia jugaron en inferioridad numérica. Sin embargo, teniendo en cuenta que en esa situación fueron capaces de ponerse por delante el empate sabe a poco.

Los de Antonio Tapia se presentaron en Vitoria para sacar el máximo rendimiento a la angustia de un Alavés que ve mucho más cerca los puestos de descenso de categoría cada jornada que pasa. El equipo vitoriano cesó el pasado lunes al técnico Josu Uribe y todos sus intentos por encontrar a un inquilino para el banquillo han resultado baldíos. En esta situación, Julio Bañuelos tuvo que hacerse cargo del equipo de manera interina y fue el encargado de dirigir ayer a un Alavés que apenas dispuso de tiempo sobre el terreno de juego para asimilar los acontecimientos vividos durante los últimos siete días.

Cuando apenas se habían disputado 4 minutos de partido y en la primera aproximación seria a una de las porterías, el Granada 74 hizo el primer tanto. Crespí disparó desde la frontal del área y el balón se estrelló en el poste. El rechace cayó a los pies de Elvis que, de un potente derechazo, superó al portero vitoriano y adelantó así al Granada 74.

El gol granadino fue protestado por el Alavés, al entender que el Granada 74 debió haber enviado el balón fuera del campo para atender a Mateo que, en esa misma jugada, fue retirado del campo en camilla. Los granadinos supieron encarrilar el partido y comenzaron desde el minuto 5 a ceder espacio y metros al Alavés, con la imperiosa necesidad de tomar las riendas del partido para remontar el marcador adverso.

Sin sobresaltos

El Alavés, a pesar de gozar de más posesiones que el Granada 74, era también incapaz de crear jugadas de peligro ante la portería de Jaime. Los de Antonio Tapia aguantaron sin agobios las acometidas de un Alavés con más corazón que cabeza a la hora de intentar crear peligro, pero sin olvidarse de buscar la portería contraria. Rebasada la media hora de juego, volvió a presentarse de nuevo ante la meta vitoriana con disparos lejanos que no encontraron su destino final al rebotar en la nutrida y desordenada defensa vitoriana. En la recta final del primer tiempo el Alavés tuvo su mejor ocasión en una jugada a balón parado que el centrocampista Tony Moral estrelló en el larguero.

Tras el paso por los vestuarios y como sucedió en el arranque del partido los minutos iniciales volvieron a concentrar la máxima emoción. Apenas habían pasado tres minutos cuando llegó el claro agarrón de Fagoaga a Sergio Rodríguez con la consiguiente expulsión y el penalti que Aganzo transformó en el empate a uno. Con 40 minutos por delante y un jugador menos el Granada 74 estuvo a merced del Alavés durante muchos minutos y resistiendo el acoso ofensivo del equipo vitoriano que, poco a poco, comenzó a encontrar con claridad los caminos de llegada al área y provocó los peores minutos visitantes.

Dando el punto por válido los de Tapia se olvidaron del ataque. Todo lo contrario que el Alavés. Sin embargo fueron los visitantes los que encontraron primero premio en el penalti provocado por el agarrón a Javi Guerra que Luque se encargó de transformar para el 1-2. Poco duró la alegría para los de Antonio Tapia porque apenas 2 minutos después el Alavés volvía de nuevo a establecer la igualad gracias a un certero testarazo de Raúl Sánchez que ganó la posición a toda la defensa andaluza al saque de una falta.

Con el partido de nuevo igualado y en inferioridad numérica el Granada 74 dio el punto por bueno de manera definitiva y supo manejar y congelar el partido mediante protestas al colegiado y faltas tácticas que cortaron el ritmo de juego de un Alavés que necesitaba los tres puntos para eludir las plazas de descenso a Segunda B.

El tramo final se caracterizó por un exceso de protagonismo por parte del colegiado Martínez Francio que primero equilibró numéricamente por la expulsión de Gabri y ya en el tiempo de descuente devolvió al Granada 74 la superioridad.

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