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Granada-74

El gol del deuvedé

Tapia alerta a sus jugadores de que el portero del Eibar juega adelantado y Luque da una justa victoria al '74' con un tanto desde su campo

MANUEL PEDREIRA

Domingo, 16 de marzo 2008, 04:37

No lo marcó el poniente, no, aunque algo ayudó. El gol que le dio la victoria al Granada 74 lo marcaron, al alimón, Antonio Tapia y José Juan Luque. El entrenador demostró que los partidos comienzan a ganarse durante la semana y el sevillano volvió a sacar el cañón a paseo para dar lustre a una lista de goles que desde ayer cuenta con uno desde campo propio. El tanto llegó al principio, con ochenta minutos por delante, pero bastó para dar los tres puntos a un '74' metido en líos después de una racha demasiado larga de malos resultados.

Tapia acostumbra a utilizar el vídeo en sus sesiones preparatorias. Esta semana, entre otras observaciones, apuntó a sus jugadores que el portero del Eibar suele situarse varios metros por delante del área cuando su equipo maneja el balón, animado por la defensa de cinco que lo blinda como norma de la casa. Si el mensaje debía prender en algún futbolista rojillo, ése era Luque. Además, el viento de poniente ayudaba. El sevillano lo llevaba entre ceja y ceja desde el principio del partido. «Los centros igual se me van todos largos, pero como vea al portero adelantado, se la armo», debió pensar en el calentamiento. Vaya si la armó, y bien gorda.

Corría el minuto nueve cuando al susodicho, al de la zurda de oro, le cayó un balón mientras deambulaba unos seis o siete metros dentro de su campo, en plena salida del Eibar. Luque ni siquiera miró por dónde andaba Cuéllar, bombeó la pelota con saña y el poniente hizo el resto. Golazo.

El partido se puso de cara muy pronto para el Granada 74, que saltó al campo decidido a llevarse los tres puntos como fuera. Los granadinos se mostraron más paciencia que otras veces para tocar la pelota, emplearon las bandas con generosidad y dominaron el ritmo del encuentro los noventa minutos. El Eibar cumplió con el papel de equipo aguerrido que se le supone pero en ningún momento dio sensación de peligro, lastrado por el inesperado gol y la ausencia de jugadores con calidad suficiente para desbordar a una vigorosa defensa rojilla. Sólo en la última jugada del encuentro pudo amargar la noche a los granadinos con una embarullada jugada en el área chica que sacó Jaime providencial con los pies.

Determinación

El '74' ganó el partido en un ejercicio de determinación que abarcó todas las facetas del juego. Sus zagueros se anticiparon siempre a los tímidos atacantes armeros. El centro del campo, con un Gibanel imponente que se bastó para jugar lo suyo y lo de Torrecilla, de capa caída, se impuso con solvencia a la medular eibarresa. En los costados, Luque amenazó y trabajó en la recuperación, mientras que Elvis se destapó con una brillante actuación cuajada de desborde y verticalidad.

Arriba, Falcón cumplió con su habitual labor de zapa y Javi Guerra, liberado por el notable despliegue de sus compañeros, tuvo más poso para el fútbol combinativo que le caracteriza. El '74', además de poner el ritmo, puso el gol y el tanto reforzó aún más su voluntad de llevarse los tres puntos. Si de algo pecaron los de Tapia fue de falta de ambición para aumentar la distancia ante un adversario romo y sin apenas fútbol. Llevaba tanto tiempo el equipo sin adelantarse en el marcador que empezó a gustarse y reculó un pasito, pero ni así.

El '74' salió inesperadamente valiente en la segunda parte y gozó de una ocasión para subir el dos a cero pero Cuéllar mandó a córner un tirazo de Luque. Ruz y Elvis comenzaron a dar profundidad a su equipo, Gibanel siguió con su escoba sacando lustre al círculo central y un par de ataques llevaron la zozobra al área visitante.

Traspasada la hora de partido, Mandiola movió el banquillo y el Eibar soltó amarras en busca de un empate. Adelantó las líneas, aumentó su presencia en las cercanías del área de Jaime y a fuerza de córner y centros llegó a sembrar una duda, acrecentada por la incapacidad rojilla de sentenciar el choque. El árbitro concedió cuatro minutos y en ese alargue pudo marcar el '74'... y dejarse dos puntos. Ni lo uno ni lo otro.

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