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Cultura-Granada

Paul Collins: el precio de los peines

J. J. G.

Domingo, 18 de mayo 2008, 05:02

El verdadero lujo de este mes no ha sido intuir a Roger Waters a 200 metros del escenario, sino tener a Paul Collins en la Telonera al alcance, literalmente, de la mano. El responsable con The Beat del, para muchos, mejor disco de power de la historia: el homónimo de 1979, se ha recuperado para la música en directo tras una larga etapa de indecisión. El año pasado volvió a grabar y a actuar en una magnífica forma y hace unas semanas publicó un nuevo disco, 'Ribbon of gold', motivo por el que apareció por aquí.

Antes que asomara el americano lo hicieron los Esclavos y su manual de estilo del power pop con muchos párrafos subrayados en amarillo fluorescente. Excelente formación con regusto a clásico, una voz que engancha y temas tan meritorios como 'El rey del mundo'.

A Collins le hemos visto por aquí en diferentes formatos: solo, en la presentación del 'libro del pop en Granada'; con mercenarios de lujo (medio Burning), pero ya el año pasado asomó con una potente formación dirigida por Octavio Vink, de Los Protones, inyectando energía a un Paul pletórico y entusiasmado. De aquel equipo queda el bajista, Juancho López (The Crépitos, Bummery también Thunderbodts), teniendo a sus diestra a un no menos alcalino Manuel Espinosa, y tras él, al batería americano Chris Bongers. Unos compañeros no menos empujadores que los otros. ¿Y él? Perfecto bajo su gorra negra, de voz y talante, y con el espíritu contagioso de unas canciones que cuadra. Acaso con un sonido más duro que el año pasado. Y da igual que casi nadie hubiese escuchado las nuevas, ya que resultan tan perfectas que entran al primer estribillo.

Descubrimos que ahora se interesa por el francés, por los tonos fronterizos e incluso se pierde por el swamp a los SuzieQ. Y, junto a estas novedades, piezas instantáneas con un paquete memorable: 'Rock and roll girl', 'Hanging on the telephone' (que prestó en su momento a Blondie), 'Don't wait up for me', 'I don't fit in' material por el que muchos grupos matarían. Usa ya poco peine, pero conoce perfectamente su precio.

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