El Granada 74 acabará la Liga con 6 millones de déficit y sin liquidez

El proyecto de Carlos Marsá en el Granada 74 tiene visos de acabar en desastre, no sólo deportivo, sino también económico. A la complicada situación del equipo en el campeonato de la Liga BBVA se une una delicada coyuntura financiera que hace temblar los ya débiles cimientos de la sociedad anónima deportiva y su supervivencia. El club debe a sus jugadores la nómina correspondiente al mes de abril y el propio Marsá comunicó ayer a la plantilla que, posiblemente, la entidad no disponga de liquidez suficiente para hacer frente a los pagos de mayo y junio, así como las fichas de los futbolistas, que suelen finiquitarse al final de cada temporada. Además, el '74' debe también a sus empleados los meses de marzo y abril.

En total, a corto plazo, Marsá necesita cinco millones de euros para hacer frente a todos los pagos, tanto de nóminas y fichas como de facturas de proveedores, Hacienda y Seguridad Social. De esos cinco millones, tres corresponden a los salarios de futbolistas y trabajadores. Así, el Granada 74 SAD puede acabar su primer año de vida con seis millones de euros de déficit, a los que hay que sumar otros seis que la entidad arrastra del extinto Ciudad de Murcia, deuda que Marsá asumió al adquirir el 100% de las acciones, que en principio ascendía de ocho millones de euros y de la que ya ha hecho frente a dos millones a lo largo de esta campaña.

«No creen en él»

Fuentes del club señalaron a IDEAL que los jugadores están muy molestos con Marsá porque consideran que los ha engañado, ya que muchos de ellos tampoco han cobrado ciertas cantidades que les adeudan de la temporada anterior, cuando el '74' aún era Ciudad de Murcia, dinero que el presidente se comprometió en su día a abonarles durante esta temporada cuando adquirió la SAD y les renovó sus contratos. Muchos de ellos firmaron confiados en que Marsá cumpliría con su compromiso, sin embargo, se han encontrado con que no ha sido así.

Las mismas fuentes señalaron que los futbolistas «han perdido la confianza» en el dirigente y que ya «no creen en él». Un buen número de ellos, alguno incluso con contrato en vigor para la próxima temporada, ha asegurado en círculos privados que no seguirán en el equipo si Marsá sigue al frente de la nave. En este sentido, muchos han pedido a sus representantes que les busquen destino para la próxima temporada.

Las circunstancias no son muy diferentes en el plano directivo y administrativo, donde ha cundido el desánimo ante la nefasta gestión de Carlos Marsá, no sólo en el apartado económico, sino en el del funcionamiento propio de la entidad, que califican de excesivamente personalista. De hecho, según ha podido saber IDEAL, recientemente se produjo una reunión entre el propio Marsá, el mánager general, Quique Pina, y el directo deportivo, Juan Carlos Cordero, en el que los dirigentes murcianos propusieron al presidente una serie de medidas para atajar la crisis. Entre otras, que Marsá abandonase la nave. Ambos también han perdido la confianza en el empresario de Almanjáyar y consideran que la mejor solución pasa porque venda el club.

Marsá no se ha quedado quieto en ese sentido y ha intentado vender la SAD o efectuar un nuevo traslado. Tres han sido las opciones. La primera, que implicaba la venta, fue Cartagena. Posteriormente surgió al posibilidad de realizar un traslado a Toledo, propuesta en la que Marsá seguiría siendo propietario y también se 'mudaría' con el equipo. Por último, un empresario gallego vinculado al Lalín se puso en contacto con Marsá para negociar la venta, pero tampoco hubo acuerdo.