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Cultura-Granada

Cultura imaginaria

Escritores, profesores, pintores y magos conforman en Granada el Instituto Patafísico, un delirante foco de pensamiento que cuenta con Umberto Eco entre sus socios

FERNANDO VELASCO

Lunes, 2 de junio 2008, 04:22

AUNQUE la palabra patafísica, creada por el francés Alfred Jarry (1873-1907), no figura en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, ésta se refiere a la disciplina o ciencia paródica dedicada al «estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones», según se puede leer en Wikipedia, que añade que es una contracción de 'epi ta meta ta physika' que se refiere a aquello que se encuentra «alrededor» de lo que está «después» de la física.

Y es que en la patafísica todo suceso del universo es una excepción, y las leyes de la física no son más que excepciones que se producen más frecuentemente. «Nada es extraño a la patafísica puesto que en la vida todo son excepciones», «A lo fácil por lo difícil» o «La existencia no es todo, es incluso lo mínimo», son algunos de los postulados de esta disciplina arbitraria pero rigurosa, que tiene como emblema la espiral, que representa el conocimiento perpetuo.

Cuenta, además, con su propio calendario (de trece meses, cuya era actual empezó el 8 de septiembre de 1873, día del nacimiento de Alfred Jarry), santoral laico, organigrama, innumerables cátedras, departamentos y subcomisiones, cargos y dignidades de críptico nombre así como publicaciones internas de alto valor bibliográfico.

La creación de Jarry, autor también de 'Ubú rey', obra que se considera antecesora directa del teatro del absurdo y que se estrenó en París en diciembre de 1896 con un gran escándalo, ejerció una considerable influencia en las vanguardias literarias, plásticas, teatrales, filosóficas y hasta científicas del siglo XX. De su semilla crecieron el dadaismo, el surrealismo, el futurismo, el situacionismo, el teatro del absurdo, el Art brut, el Grupo Cobra, el Movimiento Pánico, etc.

Esta 'ciencia increada' o 'ciencia de todas las ciencias', que está más allá de la metafísica, de igual manera que la metafísica está más allá de la física, ve la luz con la obra póstuma de Jarry 'Hechos y dichos del doctor Faustroll, patafísico' que, aunque escrita en 1898, se publicó en 1911.

Institutos y seguidores

En sus últimos años, Jarry contaba con un buen número de jóvenes seguidores, entre los que se encontraban Max Jacob, Apollinaire, André Salmon, Enrico Baj o Picasso. El 11 de mayo de 1948, como contrapunto irónico a los colegios profesionales o las academias del arte y las ciencias, Mélanie Le Plumet, Oktav Votka y J-H Sainmont fundaron el Colegio de Patafísica, que se define como «una sociedad docta e inútil dedicada al estudio de las soluciones imaginarias». A lo largo de los años, numerosos artistas fueron cooptados ('captados' en lenguaje patafísico) como 'sátrapas' (la organización otorga títulos rimbombantes a sus miembros) del Colegio de Patafísica, entre ellos Raymond Queneau, Boris Vian, Eugène Ionesco, Jean Genet, Jacques Prévert, los hermanos Marx, Joan Miró, Umberto Eco, Fernando Arrabal o Darío Fo.

No obstante, de 1975 a 2000, el Colegio se ocultó, pero el testigo fue recogido por los Institutos de Altos Estudios Patafísicos fundados en numerosos lugares de todo el mundo, como Milán, Buenos Aires, Budapest, Estocolmo, Quebec, Londres (que cuenta también con un museo patafísico) y, últimamente, Granada.

Ángel Olgoso fue el fundador del Institutum Pataphysicum Granatensis (IPG), «organismo dependiente e independiente del Collège de Pataphysique francés, que en el número 25 de 'Viridis Candela', revista trimestral del Collège, fue reconocido oficialmente por el Proveedor Editor General y Representante Hypostático de Su Magnificencia, Monsieur Thieri Foulc», señala este escritor granadino.

Durante diez años, Olgoso, que ostenta el cargo de Proveedor-Propagador y Rector Magnífico Perezoso, además de Regente de la Cátedra de Brevidoxología y Heurística de lo Epifantástico y Secretario del Departamento de las Nubes, los Silencios y los Eremitas, fue el único miembro del IPG sin importarle que la patafísica no suscitara el menor interés en Granada y «por pudor no hice nada para consolidar o extender la acción de esta 'ciencia de lo particular' hasta que, espoleado por el escritor Miguel Arnas, decidí dar un paso adelante y desocultarlo».

Periodo creativo

A tal efecto, su conferencia 'Aproximación imposible a la patafísica', pronunciada el 25 de enero de 2007 en el Centro Cultural CajaGranada, con motivo de las jornadas sobre 'Las letras en la ciudad soñada' que ese año versaban sobre mundos imaginarios, se reconoce como acto fundacional-público del IPG. Según Olgoso, «aquella fue una velada inolvidable y brillante, adobada por los sátrapas (miembros) granadinos con declaraciones entrañables, entrega de diplomas, imposición de insignias, lectura de comunicados y fotografías pataphistóricas».

Desde entonces, el instituto granadino vive un feliz período creativo, con encuentros, conferencias, un blog propio -al que puede accederse a través de ideal.es- a cargo de José Vicente Pascual, la convocatoria del Premio Internacional Antonio Fernández Molina al Espíritu Patafísico, la supervisión y presentación del volumen 'El siglo Ubú', y la continua elevación a rango de sátrapa trascendente de nuevos y numerosos miembros, nacionales e internacionales, el último de ellos el italiano Umberto Eco.

Como aportaciones teóricas a la ciencia, el IPG ha hecho más de una docena, como 'Consideraciones sobre el levantamiento de cadáveres entre los capadocios', 'Sobre la representación de la aspiradora o el carrito de la compra como voluntad', 'Tesis sobre la calidad excrementicio-perruna del Más Allá y la Patria', 'Cómo amaestrar, distraer y convencer a una sardina' o 'Solución patafísica a la problemática del diagnóstico médico'.

Y es que, como señala Ángel Olgoso, la patafísica en realidad «tiene como tarea principal huir de la banalidad circundante, de la losa muerta de una cultura adquirida durante 50 siglos y de una ciencia constreñida a preferir la solución que conviene a los hechos. A la luz del razonamiento, del humor y del azar, la patafísica constituye una crítica de las costumbres capaz de sustituir con ventaja al conocimiento y a la moral convencionales».

Respecto al ingreso en el IPG, Olgoso afirma que «los sátrapas son cooptados por iniciativa propia si muestran un interés genuino hacia la patafísica, dándose por entendido que se trata siempre de seres creativos, con inquietudes intelectuales y artísticas. No están sometidos a ninguna regla, actúan patafísicamente con su sola presencia o incluso con su ausencia; sin embargo, todos son miembros catalizadores, muy activos, incluso cuando también se abstienen de toda actividad».

Himno y comunicaciones

Como dato curioso destacar que el IPG cuenta con un himno oficial, que en su día presentase el sátrapa transcendente Andrés Sopeña (Monsalve) y que fue aprobado por la «Subcomisión Gestora de Emblemas, Anagramas, Gallardetes, Lábaros y Blasones, en uso de las atribuciones que le confería el Reglamento Inorgánico para la Diligenciación de Asuntos que Tienen su Miga».

Dicho himno, que lleva por título: 'Ya está!!', única letra del mismo y música de Beethowen (Sinfonía nº·3, Heroica.- IV Finale.- Allegro Molto), «se entonará al final de cada una de las reuniones oficiales del IPG. Todo ello sin perjuicio de que la Altísima Institución recomiende el uso de otras piezas musicales, con música o sin ella, con letra o careciendo de la misma, a los efectos de amenizar actividades públicas, no sujetas a preceptiva iconostasis. Lo que se comunica en Granada, a 23 de Descerebramiento de 134, festividad de San Talk, animal».

El sentido irónico de esta sociedad puede apreciarse también en su blog, donde se dice que para dirigirse al instituto «es preciso enviar una instancia redactada a mano, en letra aldina o, en su defecto, gótico-merovingia, en papel Galgo Parchemín de 80 grs., a la Subprocuradoría Regimental de Peticiones Varias y Resoluciones Sobre la Marcha, sita en 234B Avda. Faustroll, esquina Piazzetta dei Cagalibri, 18008 -Ciudad de México (Venecia). «Los curiosos, metesillas y cazoleteros -añade- también pueden dirigirse por correo alectrónico a diasdeoctubre@telefonica.net».

fvelasco@ideal.es

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