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Crímenes bajo el sol literario
Cultura-Granada

Crímenes bajo el sol literario

Un rincón idílico puede convertirse en un lugar terrorífico en manos de los escritores de novela negra. Damos un repaso a las mejores obras en las que los asesinos no descansan ni en verano

JESÚS LENS

Sábado, 12 de julio 2008, 06:00

CUANDO escuchamos hablar de novela negra y criminal, automáticamente pensamos en ambientes grises, brumosos y oscuros. Noches de lluvia cerrada, gabardinas y sombreros. Pero el género policíaco también puede irse de vacaciones (ahora mismo está en Gijón, en la Semana Negra) y acontecer en veranos calurosos, ciudades turísticas y épocas vacacionales como esta. A fin de cuentas, sabido es que el mal no descansa.

Así, en su más reciente novela, 'Matar y guardar la ropa', el argentino Carlos Salem lleva a sus personajes a la costa del Mediterráneo, en pleno verano, para alojarlos en un lujoso cámping nudista donde, por haces del destino, el protagonista de la historia se reunirá no sólo con sus hijos sino también con su ex mujer, el nuevo novio de ésta y un amigo de la infancia. Lo que no tendría nada de particular si no fuera por el detalle de que Juan Pérez Pérez es un asesino a sueldo al que han encargado vigilar, muy de cerca, a alguien relacionado con su pasado.

Baños de agua salada a la luz de la luna, excitantes noches de fiesta y diversión organizadas por los responsables del cámping; sexo al amanecer, aprovechando el frescor matutino y largas siestas a mediodía, en la oscuridad de los bungalows, excelentemente acondicionados. Y todo ello, sin ropa sobre el cuerpo. Lo malo es que, a la parte lúdica de todo verano en la costa mediterránea, Carlos Salem le incorpora las sevicias de una profesión tan ingrata como la de sicario. Porque se trata de uno de esos trabajos que, obligatoriamente, has de llevar a casa por las noches y que, en verano y con la familia, se va de vacaciones contigo.

Dotada de un gran sentido del humor y haciendo una ácida e irónica crítica social a muchos de los males que aquejan a la sociedad española contemporánea, 'Matar y guardar la ropa' es una novela estupenda que está dando mucho que hablar.

Otro famoso personaje de novela negra, un detective privado en este caso, se refugió durante una temporada en un balneario, huyendo de los excesos culinarios cometidos en los últimos tiempos. Pepe Carvalho se alejó de su Barcelona negra para internarse en un remanso de paz y tranquilidad... en que sólo servían hierbajos para comer. Y, sin embargo, el detective no pudo tener unos días de total tranquilidad, al cometerse un crimen que requirió de su intervención.

La sola mención de la palabra balneario, en los tiempos de los spa, wellness e hidromasajes, suena a rancio, antiguo y viejo. Y Manuel Vázquez Montalbán se ampara en la sólida tradición literaria europea de los balnearios, cuya obra maestra es 'La montaña mágica' de Thomas Mann, según la cual estas casas de reposo serían un reflejo de toda la sociedad, albergando un microcosmos de personajes que servirían para retratar toda una época.

Y por eso, durante su investigación, Carvalho hace lo que mejor se le da: observar. Pero sin juzgar. Porque Carvalho siempre se mantiene apartado de juicios éticos y morales. Él junta pruebas, cumple con el encargo para el que le han contratado y se marcha a cocinar, tranquilamente.

La rusa Alexandra Marinina, reputada autora de novelas negras y criminales y cuyas primeras obras se publicaron con pseudónimo, ya que la escritora era por entonces miembro activo de la policía de su país, también recluyó en un balneario a su personaje más conocido, la agente Nastia Kaménskaya, con el fin de que se tomara un respiro en su ajetreada vida.

Y, sin embargo, allí mismo, en el enigmático pueblo en que está situado un balneario de enrarecido ambiente, se vio envuelta en un turbio asunto de trata de blancas y pornografía que termina derivando en muertes y asesinatos que Nastia deberá resolver.

Vacaciones en Tailandia

Es lo que tienen la globalización, las líneas aéreas de bajo coste y el boom del turismo de masas. Que las malas costumbres, los vicios y la corrupción se propagan tan rápidamente y con tanta virulencia como las siete plagas de Egipto. Por ejemplo, John Burdett nos cuenta en 'Bangkok tatoo' el periplo de un puñado de jubilados americanos que, bien pertrechados de Viagra, gustan de pasar largos períodos de tiempo en la capital de Tailandia, disfrutando de los dudosos placeres de la carne que se pueden pagar con dólares.

Burdett sumerge al lector en la irrespirable atmósfera de una de las capitales más corruptas del mundo, mostrándole los bares de copas, los barrios y los ambientes más peligrosos. Esos que, por lo general, nunca aparecen en los folletos que te enseñan en la agencia de viajes cuando estás planeando las vacaciones. Es lo que le pasó a los tres turistas españoles que, por meterse en asuntos de drogas en la Cuba castrista, acabaron con el cuello rebanado, tal y como nos cuenta Amir Valle en 'Largas noches con Flavia', recientemente galardonada con el Premio Ciudad de Carmona de Novela Negra.

Una historia dura y sin concesiones sobre la que los medios de comunicación, tanto españoles como caribeños, corrieron un tupido velo, al no interesar a nadie que la truculenta historia de los tres jóvenes turistas españoles asesinados trascendiera. Porque 'Largas noches con Flavia' está basada en hechos reales, contrastados y documentados por un Amir Valle que, antes que novelista, fue y sigue siendo un extraordinario periodista de raza.

Pero volvamos a Europa. George Simenon nos lleva de vacaciones a la costa, de la mano de su célebre inspector Maigret, al que observamos ir a comer, junto a su esposa, a un restaurante de pescado. Y como suele suceder en las zonas costeras y en temporada alta, les pusieron un plato de mejillones en mal estado que dieron con la señora Maigret en el hospital.

Su marido iba a visitarla con puntualidad prusiana, todos los días y una de las monjas que trabajaban en el hospital le deslizó una nota en el bolsillo, rogándole que ayudara a una de las pacientes... que morirá poco después, lo que llevará a Maigret a iniciar una investigación que le conducirá a descubrir a personas intrigantes y misteriosas. 'Las vacaciones de Maigret', por tanto, serán de lo más ajetreado, como hemos podido ver.

Lo mismo le pasará al detective griego Costas Jaritos, en 'Defensa cerrada', novela que arranca con el célebre personaje de Petros Markaris disfrutando de unas idílicas vacaciones en las islas Griegas, alojado en la casa de su cuñada. Un terremoto viene a sacudir el plácido discurrir de unos días de sol y playa que, por desgracia para Jaritos, se tornarán tormentosos y turbulentos cuando un conocido empresario aparezca muerto y todas las pistas apunten a su tan amada como detestada Atenas, en una trama de corrupción política y blanqueo de dinero que tiene al mundo del fútbol como escenario de fondo.

Con sangre fría

Y es que no tiene suerte la familia Jaritos con eso de las vacaciones. Porque 'El accionista mayoritario' arranca con la hija del detective disfrutando de un crucero por la isla de Creta, en un caluroso mes de junio. De repente, el barco en que viaja es secuestrado por un comando terrorista del que no se sabe nada, obligando a Jaritos a mantener la sangre fría si quiere salvar a su hija.

La escritora italiana Donna Leon, por su parte, en 'Un mar de problemas' hace que el personaje de la misteriosa signorina Elettra cobre todo el protagonismo en la resolución del asesinato de un padre y un hijo, ambos pescadores de almejas en la isla de Pellestrina, al sur de la laguna de Venecia. Aunque parecía ser un crimen de sencilla resolución para el comisario Brunetti, el tener que enfrentarse a un dialecto que no entiende y, sobre todo, el chocar con el hermetismo de la comunidad de pescadores de la isla hará que tenga que improvisar un plan: convencer a Elettra de que se vaya de vacaciones a la isla, a la casa de unos familiares, sirviéndole de llave maestra con la que abrir las herméticamente cerradas puertas de la singular cofradía de pescadores que la habita.

Por el origen de los autores y personajes tratados hasta ahora, pudiera parecer que los norteamericanos están reñidos con las vacaciones. Al menos, desde la perspectiva del crimen y el delito. Sin embargo, Rex Stout nos contará cómo Nero Wolf, el orondo, cervecero, tacaño y malhumorado detective, una vez se dejó convencer para abandonar el asfalto de la Gran Manzana, en 'Muerte de un veraneante'.

Por su parte, la historia de 'El crimen de Amagansett', de Mark Mills, se desarrolla en una de esas pequeñas comunidades costeras que, tras la II Guerra Mundial, aún se debatían entre la recia tradición pesquera y la invasión de turistas que buscaban su paz para huir del trajín del día a día.

Una intensa historia que acaece en uno de esos pueblitos idílicos que pueden ser terroríficos. Y es que el sol es fuente de vida, pero, en verano, puede resultar abrasadoramente letal.

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