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COSTA

Los niños que jugaron a respetar

El programa de la 'Ludoviajera' cumple sus objetivos de divertir a los pequeños a la vez que conocen otras culturas

MERCEDES MARCOS

Sábado, 26 de julio 2008, 03:54

En el corazón del castizo barrio de San Antonio se sitúa la ludoteca 'Cachivaches', que en honor a su nombre es todo un universo de cacharros, juegos, colores y formas que se mezclan con el griterío y la energía de los casi 40 niños que cada día visitan sus instalaciones.

Ángeles López y Teresa Morales, concejalas de Acción Social, e Inmigración, clausuraron ayer el programa la'Ludoviajera', una actividad que se enmarca dentro de la Escuela de Verano y en la que se ha pretendido fomentar la interculturalidad y el respeto por otras costumbres. Este año, aprovechando la celebración de los Juegos Olímpicos en Pekín, la temática del proyecto ha sido 'Asia' y los niños han podido disfrutar aprendiendo a saludar en chino, fabricando banderolas de papel y ubicando en el mapa los países a través de sus banderas.

«¿Ni hao!», saludan en chino los niños al ver llegar a una de las educadoras. Sin embargo, no todo son alegrías, porque a veces con tantos niños de edades tan diferentes -entre siete y catorce años- lo más difícil es que 'jueguen a respetarse' y negociar con sus impulsos.

Eso es algo que sabe muy bien Carmelo Cabrera, uno de los monitores de la 'Ludoviajera', que mientras que una niña se engancha a su pantalón reclamando cuidados, explica lo increíble de su labor. «Ahora que hablamos con ellos de China les hacemos comprender que todos somos iguales, los sensibilizamos con el tema de la inmigración y derrocamos estereotipos».

Hoy en la ludoteca están haciendo manualidades. Silvia, que tiene diez años, busca con la mirada a su profesora para que adule su minucioso trabajo. El marcapáginas tiene escrito su nombre en letras chinas y ha ribeteado todo el borde con purpurina azul, además «a mí me gusta leer y después me sirve», sentencia. Son niños muy despiertos que se dan cuenta de todo. Edgar Santiago, de ocho años, está también hoy en los talleres. Viene todos los días porque «papá está en el paro y mamá trabaja en el invernadero». Cuando la profesora le dice que aún no es hora de bañarse con los globos de agua Edgar resopla: «¿Estamos en crisis!».

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