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D. R.
Martes, 11 de noviembre 2008, 03:10
La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas rindió un sentido homenaje a uno de los mitos vivientes de la escena española. María Isbert, hija de don José, recibió ayer lunes el nombramiento de académica de honor. Un galardón que rinde tributo a su trabajo en más de 200 películas durante ocho décadas. También se proyectó un vídeo, rodado por los hijos de la actriz, en el que se hacía un repaso a su trayectoria, y recogía palabras de la propia Isbert. Madre de siete hijos, presentes en el acto junto a algunos de sus nietos, María Isbert se dedicó al cine porque su padre «también era actor». «Salir y vivir el papel, es lo que hay que hacer», confesaba la actriz en el vídeo proyectado, apuntando que ella «nunca» ha quitado un papel a nadie, «que yo recuerde». «Yo adoro a la gente», enfatizó Isbert, quien desveló el secreto de su felicidad: «Para ser feliz hay que hacer felices a los demás». La actriz de 91 años, rodeada de numerosos familiares y de compañeros como Álvaro de Luna, Pepe Sancho, Tito Valverde, Silvia Tortosa, Emma Ozores o Manuel Alexandre (otro 'joven' que ha superado la barrera de los 90), sólo pudo articular unas pocas frases debido a la emoción. «¿Viva España!», enfatizó Isbert sobre el escenario, reconociendo que el teatro siempre le ha hecho feliz. «Ahora ya soy muy vieja y lo sigo echando de menos», afirmó. «Lo leo (el teatro) y me aplaudo», bromeó una mujer que dijo estar viviendo de nuevo otra vez su vida, «pero de memoria», indicó, apoyada en su hijo Tony, tan emocionado como su madre. Alabanzas María Isbert confesó que todavía recita papeles en casa porque «de memoria ando muy bien». La protagonista de 'Viridiana', 'El verdugo' o 'La guerra de papá' terminó su alocución con un «os quiero a todos», que hizo saltar las lagrimas en algún veterano actor. Antes, había escuchado sólo palabras de agradecimiento por parte de sus compañeros. Su hijo Tony, también actor, recalcó que la Isbert actriz es «incomparable, irrepetible, inimitable e inmejorable». Pepe Sancho recordó que María fue la primera persona que le ofreció un plato de comida y una cama. «Y eso con siete hijos y en una época muy mala para todos», apostilló. Álvaro de Luna le dio las gracias por su gran capacidad cómica pero «sobre todo, por ser una actriz de gran dignidad». Pero el momento más emotivo fue cuando Alexandre le habló de las películas que filmaron juntos como 'El bosque animado' o 'La duquesa roja'. «Cuando he trabajado contigo he estado en un aprieto por temor a que me borraras», le dijo con sorna, antes de fundirse en un abrazo. La raíz del cine En el plano más institucional, la presidenta de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, Ángeles González-Sinde, aseguró que este galardón es un reconocimiento «a la raíz de todos nosotros». «La familia Isbert es el origen del cine español», apuntó la presidenta, que destacó el magisterio realizado por la artista. «Es una maestra en ponerse en la piel de otro», apuntó. Además, recalcó la fragilidad del actor, que realiza un «trabajo expuesto». «Pero es especialmente sacro cuando ese oficio se transmite de padres a hijos y nietos», comentó González-Sinde. Y es que hay familia Isbert en el cine para mucho tiempo.
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