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IVÁN ALONSO
Sábado, 24 de enero 2009, 03:05
Un enigmático autor que desveló los misterios ocultos de las catedrales, el obispo que ocultó la piedra filosofal en París, secretos nucleares y sociedades de sabios que desafían incluso al paso del tiempo. Con estos materiales, el escritor y profesor de Historia José Luis Corral (Daroca, Zaragoza, 1957) ha escrito la novela 'Fulcanelli. El dueño del secreto', con la que se aparta de su vena más realista para adentrarse en la ficción.
«Es verdad que me he alejado de novelas anteriores mías como 'El Cid', que partía de un personaje histórico, pero yo escribo ficción a partir de la realidad. No tergiverso la realidad para hacer fábula», afirma en clara referencia a fenómenos editoriales como 'El código Da Vinci', que el escritor aragonés reprueba.
«Se me ocurrió escribir la historia del enigmático Fulcanelli a raíz de un viaje a París. Conocí de cerca cómo habían sido los entresijos de la reconstrucción de Notre Dame y las leyendas que corren. Por ejemplo, la que dice que el obispo Guillermo de Auvernia dio con la piedra filosofal y la escondió allí».
¿Pero quién fue Fulcanelli? La historia lo considera un oscuro personaje nacido a finales del siglo XIX que pudo fallecer en torno a 1933. Eso contando que fuera una persona real y no un seudónimo o, incluso, una sociedad secreta.
Un fracaso de ventas
«Se le considera el último alquimista. Escribió 'El secreto de las catedrales', que en los años veinte fue un fracaso de ventas, sólo vendió 300 ejemplares, pero treinta años más tarde fue leído junto a 'El retorno de los brujos' y vendió millones de ejemplares en todo el mundo», desvela Corral. En ese libro Fulcanelli revelaba los secretos herméticos de estos templos que, según él, habían sido construidos para perpetuar la transmisión de los símbolos.
La fascinación por las catedrales parece arraigada en los últimos años en la literatura histórica. «El arte clásico es horizontal. El Partenón es maravilloso, pero sus líneas te aplastan. Sin embargo, con el invento de los contrafuertes y el arco ojival el gótico consigue representar la misma esencia de la teología: la arquitectura se alza al cielo buscando la luz».
Curiosamente, la novela arranca el 11 de septiembre, una fecha que parece propicia para especular sobre conspiraciones ocultas de todo tipo. «Las Torres Gemelas eran las catedrales de nuestra época. Quería que su destrucción impactara a mi personaje y fuera un motivo alegórico para que abandonara Estados Unidos y fuera en busca de los auténticos referentes», aclara Corral.
Una novela para Obama
Define este su último trabajo como un 'thriller contemporáneo' «donde hay fantasía, realidad, sexo, política y semiótica medieval».
José Luis Corral es consciente de que sus obras levantan las suspicacias tanto de literatos como de historiadores. «Pero una buena novela histórica es una reflexión sobre la vida y permite entender mejor procesos históricos como el funcionamiento de las potencias imperialistas o los Estados Unidos en el siglo XIX», incide.
Y cita a este respecto las obras de Gilbert Haefs y Gore Vidal 'Anibal' y 'Juliano, el apóstata'. «No se me ocurre ninguna novela histórica que se pueda aplicar a Barack Obama», reconoce, pero deja entrever que cualquiera que citara al filósofo medieval Abelardo «un hombre que luchó por un mundo nuevo, abierto, donde imperara la razón», sería acertada.
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