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Alfonso Salazar, ante uno de sus poemas visuales. / LUCÍA RIVAS
Esculturas de versos
Cultura

Esculturas de versos

El poeta Alfonso Salazar presenta en la Biblioteca de Andalucía una exposición de más de sesenta 'aforismos visuales'

JUAN LUIS TAPIA

Martes, 10 de febrero 2009, 10:48

El poeta Alfonso Salazar presenta hoy una sesentena de sus poemas visuales en la sala de exposiciones de la Biblioteca de Andalucía. Confiesa que lleva «lo que va de siglo» con estas 'esculturas del verso'. Sigue la estela del genial poeta Joan Brossa, uno de los últimos representantes de las vanguardias artísticas y referente en lo que se refiere a la lírica visual. «Sigo la línea de Brossa -explica Salazar-, porque a través de sus obras conocí la poesía visual, pero luego me han interesado autores como Madoz, la estética de Marcel Duchamp y las vanguardias de comienzos del siglo XX».

Este zaidinero de San Fernando de Cádiz, cómo el mismo se considera, señala que a este género artístico «se han incorporado las técnicas digitales». Alfonso Salazar utiliza material de reciclaje y «objetos de este mundo contemporáneo que no estaban al alcance de Brossa, como una casa que construyo con tarjetas de crédito en mi obra titulada 'Hipoteca'».

La impronta y referente del artista catalán se encuentra en la misma exposición de Salazar «a través de un texto de Brossa pero al revés, porque me gusta como le daba la vuelta a las cosas, ese juego que tenía».

De poetas y objetos

El poeta-artista afirma haber realizado más de 160 poemas visuales, pero en esta exposición presenta un total de sesenta piezas, «de las cuales unas catorce son en dos dimensiones y cuarto, porque son enmarcadas, y hay miradas a versos de Bécquer, García Lorca y San Juan de la Cruz, entre otros muchos autores».

Le interesan los objetos, «como la serie de cajas de cedés que he utilizado para llevar a cabo mis obras, unas cuatro series de poemas».

¿En qué consiste esto de la poesía visual? Alfonso Salazar contesta que es «como mirar un objeto de otra manera y hacer un guiño con el lenguaje, que puede llevar a hacer un gesto hacia una ideología determinada». En sus versos visuales está presente «un punto de vista humorístico y poético, porque son objetos que buscan la sonrisa, la complicidad, la sorpresa y, a veces, la incomprensión del objeto». El poeta insiste en que «los objetos sin el título no son nada, porque es lo que da sentido al objeto». Los visitantes no se encontrarán con el tópico del 'sin título' tan frecuente en las obras contemporáneas, «porque esas cosas pertenecen más a las artes plásticas que a la poesía y en ese campo yo no entro», indica Alfonso.

Este 'juego' le sorprende al poeta al escribir versos y darse cuenta de que «a través de una de estas piezas podía expresar fácilmente algo para lo que necesitaría tres estrofas».

El resultado son «aforismos visuales, que tienen mucho de ideología y crítica a la sociedad actual, de perplejidad ante la realidad, especialmente con aspectos sociales relacionados con la memoria, el consumo, las finanzas, los horarios y la crisis». El juego está en la relación entre la palabra y el objeto, en el doble sentido, en el uso de un buen título.

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