«Es una tradición que se hereda de padres a hijos»

Pertenecer a una cofradía de la Virgen de la Cabeza supone una fuerte fe y devoción a la Virgen de la Cabeza y supone también respeto a una tradición que, en muchos casos, se hereda de padres a hijos. El hermano mayor de la cofradía de Arjonilla, la sexta más antigua de todas, Juan Antonio Ruiz, lo explicaba de una manera muy clara. «Hoy sentimos una alegría muy grande porque esta es una tradición que se hereda de padres a hijos». En su caso, él ha llegado a este cargo de la mano de su mujer, cuyos padres y abuelos, tanto maternos como paternos, han sido hermanos mayores de la misma.

Por diferentes razones, la cofradía de Arjonilla es peculiar. Cuenta en total con mil cofrades, lo que supone un 25 por ciento de toda la población de Arjonilla, que suma 4.000 vecinos. «Estos días en el Cerro del Cabezo se juntan esos mil más otros muchos más», dice el hermano mayor. Esto supone que el pueblo de Arjonilla se queda prácticamente vacío cuando llegan estas fechas.

Por su parte, la hermana mayor de la cofradía de Bailén, Lidia Aranda, explicaba que el encuentro con La Morenita «se siente con mucha alegría, con fe y con ganas de renovar el espíritu cristiano». El más de un centenar de acompañantes de esta cofradía, ayer, a diferencia de otras, no tuvo que madrugar mucho por la proximidad con Andújar, pero antes de salir de su municipio habían recibido a la cofradía de Sabiote con la que están hermanados desde el año 1570.

Como está dispuesto, la última en llegar a Andújar fue la de la Colomera, la más antigua de todas. Su hermana mayor, Silvia Camarero, explicaba que el acto más importante estos días es siempre presentarse ante la Virgen y que este año tenían la oportunidad de hacerlo nada más comenzar la romería, con lo que «la viviremos de manera diferente».