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Traslado de uno de los detenidos en la redada de Le Corbier, donde cayeron los etarras Aitzol Etxaburu, Alberto Machain y Andoni Sarasola./ AP
ETA remodela su estructura organizativa para resistir la presión de la Policía
ESPAÑA

ETA remodela su estructura organizativa para resistir la presión de la Policía

Dos nuevas divisiones de 'militantes' y 'servicios' redistribuyen las funciones con los aparatos militar, logístico y político La reserva, o Harrera, acoge e instruye a los activistas huidos a Francia

FERNANDO ITURRIBARRÍA

Lunes, 28 de septiembre 2009, 03:45

El análisis de documentos internos descubiertos en Francia revela que ETA ha emprendido un proceso de reorganización estructural con el fin de blindar sus aparatos y resistir a la atosigante presión policial. Los servicios antiterroristas galos han constatado la aparición de dos nuevos departamentos, uno dedicado a los militantes desde su captación y otro a los servicios indispensables al funcionamiento clandestino. Estas estructuras, que incluyen un brazo armado específico para la extorsión económica, suponen una redistribución de funciones y tareas con los tres aparatos tradicionales: militar, logístico y político.

Un documento de síntesis elaborado por expertos franceses en la lucha contra el terrorismo vasco establece la frontera cronológica de la evolución orgánica en 2004, año en el que ETA aparcó su actividad armada a raíz de los macroatentados islamistas del 11-M en Madrid. Como antes de esa fecha, la organización sigue estando dirigida de forma colegiada por un comité ejecutivo formado por los jefes de los principales aparatos. Denominado Zuba (acrónimo de Zuzendaritza Batzordea), este órgano supremo se encarga de definir las orientaciones políticas y militares, de asegurar la cohesión interna y de mantener la disciplina en sus estructuras.

«Gudaris secuestrados»

La cúpula se reúne en formación restringida o Zubatto cuando es necesario aportar respuestas rápidas a cuestiones vitales. Existe un órgano asesor (Zubahitu) integrado por «gudaris secuestrados en manos del enemigo» que antes de ir a parar a la cárcel desempeñaban funciones dirigentes en la clandestinidad.

Hasta la reorganización interna el aparato militar (Ekintza Saila o Esa), además de los comandos armados (Taldeak), se encargaba de la recogida de información (Info), la logística operativa (Ataka). los cursillos (Aizkolari) y la captación (Endalahar). El logístico (Lohi) comprendía los subaparatos de falsificación de documentos (Fal), electrónica (Biga), compras (Eroski) e Investigación y Desarrollo (Iga).

Del político (Poltsa) dependían la gestión de los presos (H-Alboka), de la propaganda (Zabalkundea), los exiliados (Bikingoak), las relaciones internacionales (Nasa) y las negociaciones con el Gobierno (Hanes). Estrechamente ligada a ese entramado se encontraba la estructura financiera controlada por la tesorería general (Diru Batzordea o Diba), supervisora de la oficina de recaudación del impuesto revolucionario (Gezi).

El organigrama se completa con un departamento aglutinador de competencias transversales a los demás aparatos. A caballo de las divisiones militar y logística se encuentra la reserva (Harrera), que se ocupa de la acogida, el alojamiento y la formación de los activistas huidos en Francia. En ese apartado también se engloban la comisión disciplinaria de conflictos (Gatazka Batzordea o Gabatz), el departamento de seguridad (Segursasun Saila), editor de boletines internos como 'Argi Ibili' (Andar con cuidado) y 'Sasiak Begiak' (Las paredes oyen), y un servicio de correos interno denominado Euskal Gudari Posta (EGP).

A partir de 2004 dos nuevos departamentos remodelan progresivamente la estructura orgánica de ETA: el de militantes y el de servicios. El primero (Burkide Saila o Bursa) tiene el cometido de ocuparse del seguimiento del militante desde su ingreso ya esté en libertad, preso, huido o exiliado. Incluye los subaparatos de captación (Erakundetze Saila), acogida (Harrera) y cárceles (H-Alboka).

Este último se desglosa a su vez en varias células: Iketa, para investigar las causas de las detenciones; Bita, que recibe y analiza las propuestas de evasión; Makartxi, archivo de los informes brindados por los presos; y Barka, cuyas misiones se desconocen, lo mismo que ocurre con Betxe. La función del departamento de servicios (Zerbitsu Saila) consiste en garantizar la financiación, el suministro de documentos oficiales falsificados y la colecta de informaciones. Por consiguiente a su seno pasan la tesorería (Diba), la extorsión (Gezi), la falsificación (Agiri Dokumentugintza Imprimakiak o Adi) y la información (Info).

También asume la propaganda (Zabalkunde), que se subdivide en redacción y edición (Xakea), producción y distribución (Baikoia) y compra de material (Labar) para la publicación de boletines como 'Zutabe' o 'Zuzen'. Una última estructura debe servir de puente con el entorno civil de la izquierda independentista, pero los especialistas franceses no han podido establecer hasta la fecha una conexión orgánica.

Los investigadores indagan si Ekaitz Sirvent, detenido el 10 de abril en París, tenía responsabilidades en este nuevo departamento. Además de material relacionado con la falsificación de carnés, llevaba varias versiones de uno de los últimos comunicados de ETA y documentos sobre la estrategia de Batasuna. Los expertos desconocen si la banda ha ultimado su reorganización interna, aunque sospechan que los golpes policiales han podido trastocar en parte sus planes. No obstante, tienen constancia documental de que algunas novedades ya son operativas. Es el caso del grupo especial de fugas (Bahituen Ihesaldi Taldea o Bita), que se había propuesto liberar a dos presos en Huelva.

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