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ANTONIO ORDÓNEZ
Domingo, 20 de diciembre 2009, 06:05
Jaén. No sólo con siglos de historia luce la urbe, sino que el patrimonio de los últimos siglos es igualmente interesante, poderoso y goza del suficiente interés como para poder disfrutar de su valía. Así, la capital de Jaén atesora, junto a esos grandes monumentos como la Catedral, Baños Árabes, Castillo de Santa Catalina, San Ildefonso... un importante legado arquitectónico más reciente que muchas veces pasa desarcibido entre el esplendor de esas construcciones más antiguas. Toda la ciudad cuenta con edificios de interés, más o menos recientes, pero que dentro de su contexto y movimiento son muy valorados y que, sin duda, ofrecen una ruta muy distinta, pero igualmente interesante, a las que normalmente realizan los turistas o incluso los propios jienenses. Es un patrimonio mudo que desde su silencio demanda una mirada, un vistazo y un reconocimiento dentro del conjunto de la ciudad. Son también muestras de la genialidad de proyectos emblemáticos en su día, que han servido para dibujar la fisonomía de la capital. Son los retazos del Jaén de ayer.
Justo a las puertas del casco antiguo, en la Calle Martínez Molina, se muestra majestuoso y altivo el edificio de la Escuela de Arte José Nogué, edificada en el solar que antiguamente ocupó el convento de Damas Nobles de Nuestra Señora de los Ángeles y que fue sede de la Escuela desde 1921. El proyecto actual data del año 1965 y es obra de Luis Berges, En su fachada a la calle Martínez Molina desarrolla un amplio jardín y una escalinata de acceso con la que se salva la fuerte pendiente respecto a la fachada posterior. En esta parte destaca el empleo del ladrillo y la madera, así como de motivos decorativos de inspiración mudéjar, que también se repiten en el interior. Los talleres se disponen en una fachada trasera a la calle Almendros Aguilar;están orientados al sur y poseen grandes ventanales seriados que contrastan con el historicismo del proyecto.
Muy cerca de allí el paseante se debe detener en el edificio de la Caja de Ahorros de Córdoba, frente a la Plaza de Rosales. El proyecto fue iniciado por J. A. Eyriés en 1918; éste fue arquitecto municipal entre 1918 y 1923 y los expertos lo consideran el introductor del estilo regionalista en la capital, aunque sus diseños no dejan de lado el modernismo. Este proyecto en cuestión lo concluyó posteriormente Luis Berges Martínez. En el cuerpo interior, de sillería, confluyen el regionalismo neobarroco con el empleo de gruesas molduras y motivos heráldicos, además del modernismo secesionista con el modelo de corte de los vanos; ese eclecticismo se mantiene en los pisos superiores.
Plaza de la Audiencia
Volviendo unos pasos hacia atrás, es obligado detenerse en las Plazas de la Audiencia y Cervantes. Como se indica en la Guía de Arquitectura de Jaén (obra de los autores José Gabriel Padilla Sánchez, Rafael Casuso Quesada y Amelia Ortega Montoro, editada por la Junta de Andalucía en 2008), respecto a la de la Audiencia, se trata de un altozano irregular, más que plaza, que constituye un enclave estratégico en la comunicación de los barrios altos de la ciudad. Su nombre se debe a que en ella se ubicaba la Audiencia del Corregidor. A la plaza se abren edificios representativos de la arquitectura doméstica de los siglos XIX y XX, muchos de los cuales salieron de la mano de Justino Flórez, como el que hace esquina con la calle Maestra. En la Plaza de Cervantes se encuentran restos de la antigua cárcel del siglo XVI.
En este enclave llama la atención el edificio del Teatro Darymelia, hasta hace sólo un par de años único espacio escénico cubierto de la capital tras la demolición del Cervantes. La obra fue proyectada por Justino Flórez Llamas, aunque actualmente sólo queda la fachada del edificio original. Es sin duda otra apuesta por la estética regionalista desde la versatilidad de la arquitectura decimonónica del ladrillo. Tres arcos monumentales con soportes y claves de piedra constituyen la portada, sobre la que se dispone un panel de cerámica trianera donde se inscriben la fecha de acabado del edificio y su función originaria, Cine Darymelia. Este original nombre lo ideó el autor, como homenaje a sus dos hijas: Daría y Amelia. En 1992 se sometió el edificio a una gran restauración que dirigió Isicio Ruiz Albusanc, que se encargó de vaciar el antiguo cine potenciando nuevamente la entrada principal.
Atravesando la señorial Calle Maestra, el camino está franqueado por interesantes edificios como el Palacio Municipal de Cultura, la Peña Flamenca... pero es parada obligada levantar la vista y contemplar la Casa de las Heras, en el número 1. Realizada en 1906 por el arquitecto Antonio Merlo, se acerca a las propuestas del eclecticismo modernista y neomudéjar de Domenech y Montaner, con la alternancia cromática del ladrillo rojo y ocre. También introduce el azulejo en algunas partes del paramento, contribuyendo a la resolución decorativa del conjunto. Ocupa una diminuta esquina y se divide en dos plantas;la cornisa presenta una decoración de pináculos en torno a un cuerpo ático reservado originariamente a un reloj (su antiguo uso comercial como relojería se anuncia gráficamente en la fachada).
Muy cerca de allí, en el número 1 de la calle Álamos, aparece otra interesante obra cuyo artífice fue también Luis Berges Martínez. Consiste en un proyecto del año 1927 realizado originariamente como vivienda unifamiliar. La planta baja se destina a servicios comerciales y las tres superiores a viviendas, retranqueándose sobre la azotea un cuerpo de menor tamaño. Alterna en la fachada el ladrillo de paramento con la piedra de esquinas y molduras, en una composición cromática de grato efecto. Como se indica en la Guía de Arquitectura de Jaén, la versatilidad ecléctica es característica del arquitecto, quien también proyectó la vivienda ubicada frente a este edificio en la calle la Parra, esquina Cerón, en el año 1919, dando muestras de un primigenio racionalismo.
Casa Almansa y sede PSOE
Y recibiendo actualmente a los visitantes de la ciudad, donde se ubica actualmente la Oficina de Turismo, destaca Casa Almansa. Según los expertos esta edificación constituye la manifestación más elocuente del Movimiento Moderno en la ciudad de Jaén. Fue proyectada en 1936 por y aparece otra vez Luis Berges, después de una larga trayectoria proyectista que fue evolucionando desde los presupuestos tardoeclécticos del regionalismo, hasta la secesión vienesa o el art decó.
Y si nos dirigimos hacia la calle Hurtado, en su número 6, aparece el único ejemplo del modernismo gaudiano que existe en la ciudad, la sede del PSOE. Se cree que el proyecto fue obra del arquitecto Antonio Merlo, que ejerció como tal entre 1904 y 1918. Fue concebida como casa particular, con tres plantas y desarrolla en la principal un mirador de fábrica articulado lateralmente desde el juego de curvaturas que ocasiona la ornamentación vegetal.
Éstos son son sólo algunos ejemplos de las interesantes construcciones que se pueden contemplar en el centro de la ciudad. Faltarían muchos más, como el edificio de Almacenes el Pósito, el entorno de Deán Mazas, el Paseo de la Estación (con interesantes edificaciones, como la actual sede de la Caja Rural, la oficina del Banesto...) y otras cercanas como Cubero o Casa Calzados Antón. Y si nos alejamos del centro continúa dibujándose una arquitectura de gran calado, como en Arquitecto Berges, Plaza de las Batallas, Coca de la Piñera, Museo Provincial, Ruiz Jiménez, el Banco de España, etc. Son muestras de la esencia más profunda de esta ciudad e historia viva de su crecimiento y evolución.
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