90 años sobre la misma almohada

«Envejeced con vuestras cabezas sobre una sola almohada», se dice en las bodas tradicionales de Anatolia, versión occidental de «Hasta que la muerte os separe». Abdullah Adigüzel y su esposa, Elif, lo han cumplido a rajatabla. Esta pareja turca, de 112 y 110 años, llevan 90 casados y no se imaginan la vida el uno sin el otro. «Si uno muere, el otro irá detrás», confiesan con sincera complicidad. Nacieron con el imperio otomano, han sufrido guerras y cambios de fronteras. Su vida ha transcurrido en un pueblecito de la península de Anatolia, la zona asiática de Turquía. Fueron testigos de la caída de los sultanes y del nacimiento de la República, en 1923, con Atatürk. Pero los avatares de la historia -él luchó en la Primera Guerra Mundial- no han hecho mella en un amor que nació con la juventud, que ha superado siglos y catástrofes y que fructificó en 10 hijos. Siete viven aún y la gran familia de nietos y biznietos se compone de 113 miembros que logran reunirse en ocasiones especiales.

Estos viejecitos han dado un valor añadido a la pareja, no sólo por compartir tan larga vida juntos, sino porque en tantos años ha prevalecido un amor que no sabe de riñas ni desencuentros. Dice Abdullah que ama a Elif y que ambos se han apoyado en todo a lo largo de su tránsito por este mundo. Atribuyen su longevidad y buen estado de salud a las bondades de una alimentación natural que en los últimos años va cambiando de sabores. La única gotera que le ha traído la edad a Elif es su sordera pero el paladar sigue intacto y alerta sobre los cambios de sabor de las verduras porque «ahora saben a medicinas». Larga vida a Abdullah y Elif que han batido el récord de las bodas de plata, oro y diamante. Habrá que inventar otro.