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Los malos hábitos en el bebé
Padre primerizo

Los malos hábitos en el bebé

Fomentarles el consumo de golosinas o usar el tacatá son acciones con muchos inconvenientes

R. LAMELAS

Domingo, 16 de junio 2013, 02:34

Mi hijo todavía no va a la guardería y mi mujer suele sacarle a pasear por las tardes para que se despeje, observe cosas nuevas y se relacione con los niños que vea, de manera que se vaya socializando. El otro día se encontró con una niña unos pocos meses mayor que mi peque, pero con bastante más peso. Su sorpresa vino al verla comer, con enorme deleite y soltura, un paquete de gusanitos. Los devoraba como si fuera una lima. Mi 'santa', extrañada, le preguntó a su madre que desde cuando le daba de merendar el contenido de esa bolsas adornadas siempre con colores llamativos. Desde los seis meses, le contestó, ante la cara estupefacta de mi esposa. La niña, sin hablar aún, ya se jalaba un paquete diario, lo cual empezaba a explicar que estuviera tan rellenita. Pero las sorpresas no terminaron ahí, porque para trasladarse la bebé se movía con un tacatá. Se desplazaba con dinamismo, pero el problema venía cuando salía del aparato y era incapaz de mantenerse en pie, algo que sí consigue ya, con apoyos, mi hijo, que jamás ha utilizado andador alguno.

Esta escena nos demuestra lo que puede ocurrir cuando no se vela por rechazar ciertos malos hábitos o costumbres que se creen positivas y que pueden acabar conduciendo a situaciones preocupantes, como la obesidad infantil y la diabetes. Lo de las golosinas me pareció lo más sangrante, por el exceso de calorías y de sal que presentan en sus diferentes formas, desde los 'snacks' a las propias gominolas. La cuestión no es la restricción absoluta. Es que esa niña ni siquiera tenía capacidad para reclamar eso que ahora es casi una adicción para ella. Se convierte en algo extravagante que se le ofrezca a un bebé algo que quizás algún día nos pida cuando crezca y aparezca el convencionalismo en fiestas y celebraciones con otros nenes, pero mientras se le pueda ofrecer alimentos sanos correspondientes a su edad, creo que no es necesario ser médico para saber qué es lo mejor.

En cuanto al tacatá, francamente pensaba que era una moda superada, pues son reiterados los informes de los expertos que lo censuran como una herramienta adecuada para aprender a caminar. Cuadriplica el riesgo de que se caiga por una escalera y duplica el de fractura por una caída. En distintos estudios realizados se ha visto que cuadriplican el riesgo de caída del niño por escalera y duplican el riesgo de fractura por caída a esta edad. Además, ni siquiera agilizan el proceso, pues los estudios confirman que los niños necesitan tener visión de sus piernas en el movimiento. Eso sí, al parecer es un mito que produzca deformación en las extremidades inferiores.

La educación de los hijos es algo personal, pero a veces me da la sensación de que queremos precipitar situaciones que llegan con su mera evolución. Les quedan mucho tiempo para abrasarnos con sus demandas de 'porquerías'. No veo lo de ponérselas en la boca si no las piden. Ni por hacer la gracia.

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