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JUAN ENRIQUE GÓMEZ
Domingo, 15 de septiembre 2013, 02:44
Ha recuperado su caudal. El agua vuelve a surgir en Fuente Fría, uno de los manantiales más conocidos de la sierra de la Alfaguara. Lo hace a una temperatura que se mantiene por debajo de 10 grados durante los meses más cálidos del año. Es el punto clave de un paraje natural que se sitúa en pleno corazón de los bosques altos de la sierra de la Alfaguara, formados por enormes masas de pinares de repoblación, pero también por vegetación autóctona y melojares con robles, servales y especies caducifolias. El agua, a pesar de que no es constante y depende de la abundancia de lluvias y las filtraciones al subsuelo, genera un ecosistema casi de ribera. Los grandes árboles que crecen junto a la fuente, encinas que se ven cubiertas de una gran masa de hiedras, y el matorral típico de las zonas sombreadas de media montaña, favorecen la presencia de numerosas aves que utilizan como bebederos los regueros de agua y el pequeño abrevadero que hace décadas se construyó para el ganado.
Fuente Fría, que hace años contó con una pequeña alberca y una zona recreativa con sus bancos para descansar, es también el punto medio de un recorrido que se interna en los bosques de la Alfaguara y que, de forma circular, conecta con las trincheras del cerro de la Encina y con el antiguo sanatorio antituberculoso que creo y mantuvo Bertha Wihelmi, un lugar sobre el que parapsicólogos y aficionados a los fenómenos paranormales aseguran que se pasean los fantasmas de quienes habitaron en el viejo sanatorio: pacientes, enfermeras, un cura, e incluso un perrito que vivía con ellos. Una leyenda que ha convertido estos parajes en uno de los más concurridos de la sierra de Huétor, a través de la ruta de Fuente Fría, las trincheras y el camino de los espectros.
Fácil acceso
Hacer la ruta completa es asequible para todos. Son solo 3,8 kilómetros ida y vuelta si se hace la totalidad del recorrido, que se puede reducir hasta casi la mitad si se accede únicamente a Fuente Fría o al Sanatorio. Hay que iniciar la ruta desde el campamento de la Alfaguara, al que se llega en coche desde la localidad de Alfacar y por una carretera asfaltada. Es el lugar donde dejar el vehículo y tomar un carril forestal que sube a la izquierda del campamento y a través de un área recreativa. Después de ascender unos 100 metros, el carril, que en realidad es el que conecta la Alfaguara con Puerto Lobo y también con la Cueva del Agua, llanea hasta encontrarse con una bifurcación. El camino hacia Fuente Fría y al Sanatorio parte a la izquierda, cerrado a los coches con una cadena (está a solo 500 metros del campamento).
Merece la pena disfrutar del paisaje. El carril desciende de forma suave entre pinares, encinas y quejigos, con jarales y matorral mediterráneo, un buen lugar para la búsqueda de setas en el otoño. 700 metros después del cruce, se encuentra un nuevo camino que surge a la izquierda y que no hay que tomar. A menos de 50 metros después está la bifurcación que conduce, a la izquierda a Fuente Fría y a la derecha al sanatorio. Es el verdadero inicio del camino de los espectros. (...)
Reportaje completo, galería fotográfica, vídeo y datos de biodiversidad en la revista de naturaleza de IDEAL, Waste Magazine, en la dirección http://waste.ideal.es/fuentefria-sanatorio-alfaguara.htm
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