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Libro que se salvó de la quema de Bib-Rambla.
Granada se cubre de humo y olvido, otra vez

Granada se cubre de humo y olvido, otra vez

El incendio en la biblioteca de la Facultad de Derecho trae a la memoria la famosa quema de libros por parte del cardenal Cisneros en 1502

Juan Ramón Olmos

Lunes, 8 de septiembre 2014, 01:30

"Hoy el cielo de Granada ha sido borrado por el humo. Vuestro poder ha derrotado la belleza de los poetas y la razón de los filósofos. En esta noche de hogueras, hemos quemado su pasado, sus palabras y sus pensamientos. Las cenizas de sus libros cubren la humillada frente de sus habitantes, para siempre ya súbditos de la Reina Católica. Granada se cubre de humo y olvido". Con estas palabras describía la escritora Blanca Álvarez la carta con la que el cardenal Cisneros habría informado a la reina Isabel de la famosa quema de libros en la plaza Bib Rambla que tuvo lugar en el año 1502. El relato es ficticio, aquel fuego no lo fue.

También fue muy real el doble incendio de la biblioteca de la Facultad de Derecho entre el miércoles y el jueves, que calcinó un indeterminado número de ejemplares -la UGR evitó dar una cifra de los libros que se quemaron- y que cubrió a la capital de humo y de olvido, como más de 500 años antes, aunque desde la institución universitaria destacaran que lo que ardió fue la parte de la biblioteca más "obsoleta". Una pérdida menos valiosa que la que fue propiciada por la quema del cardenal Cisneros, que sí que mutiló el legado cultural de lo que había sido hasta poco años antes la Granada nazarí y que se fue preparando en octubre de 1501, cuando fue publicado un decreto que obligaba a entregar a las autoridades todos los libros escritos en árabe.

Según el biógrafo de Cisneros, Alvar Gómez de Castro, fueron unos 5.000 los volúmenes apilados que acabarían abrasados en la plaza Bib Rambla y, en un artículo en IDEAL, Javier López Gijón, profesor de la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la UGR, opinaba que "parte de esos ejemplares procedían de la biblioteca de la Madraza, que debía estar bien provista pues fue creada en la época de Yusuf I, que junto a la de su sucesor Muhammad V son de esplendor en el reino nazarí". Si bien no hay dudas sobre el hecho de que existió esa quema, documentada en diversos escritos, sobre lo que no existe total acuerdo es en cuánto ardió entonces. El historiador Carlos Asenjo Sedano, también en las páginas de IDEAL, dudaba de que tantos libros árabes -ya que algunos relatos han hablado incluso de un millón- se quemaran en Granada y afirmaba que "eso de que todas las familias granadinas tenían sus libros y bibliotecas, de que fueron despojadas por Cisneros, no deja de ser una hipérbole. La quema de libros del enemigo, generalmente tenido por hereje, era práctica usada lo mismo por católicos que por protestantes; lo mismo por cristianos que por moros".

Los libros fueron calcinados ante la figura de esta cardenal durante todo el día del 23 de febrero de 1502. Eran ejemplares cuya destrucción tuvo mucho que ver con la desaparición de la literatura andalusí de los siglos XIV y XV. Eso sí, de aquellas hogueras se salvaron 4.000 volúmenes de medicina y botánica, que fueron trasladados a Alcalá de Henares. Desde hace más de diez años, diferentes instituciones y partidos en la provincia han solicitado que esos libros, ahora conservados en el Monasterio de El Escorial, sean devueltos a Granada, sin que por ahora esa petición haya tenido respuesta. Sí que quedan algunos ejemplares salvados de la quema en la Abadía del Sacromonte, como recuerdo de la tragedia que siempre supone ver arder la cultura. Ya sea en 1502 o 2014, ya sea por motivos religiosos o por puro accidente, cuando los libros se queman el cielo se llena de humo y olvido.

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