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Inés Gallastegui
Lunes, 19 de enero 2015, 00:41
De cero a cien, en poco más de una década. La capital malagueña, que nunca se caracterizó por sus especiales inquietudes artísticas, pisó el acelerador hace unos años para convertirse en una ciudad cultural, capaz de atraer a los visitantes más allá de su tradicional oferta de sol y playa.
El germen fue su pintor más universal, Pablo Ruiz Picasso. La casa natal del artista se abrió al público en 1988, por iniciativa municipal, y recibe unos 130.000 visitantes al año, sumando los que visitan la casa de la Plaza de la Merced, 15, con los de la sala de exposiciones temporales, en el número 13 de la misma plaza. La Fundación Pablo Picasso, que gestiona esta infraestructura, posee más de 4.000 obras de arte, muchas de ellas del propio pintor malagueño, pero también de otros muchos artistas.
Pero el auténtico acelerón comenzó hace poco más de una década. El Museo Picasso de Málaga abrió en 2003, pero tuvo su embrión en los años cincuenta del siglo pasado, cuando el pintor aún vivía e inició contactos para que su obra estuviera presente en la ciudad en la que había nacido en 1881. Las donaciones de Christine y Bernard Ruiz-Picasso, nuera y nieto del artista, constituyen el núcleo de los fondos del museo, integrados por unas 280 obras. Además, organiza exposiciones temporales, unos atractivos con los que ha acumulado en este decenio más de 3 millones de visitantes, unos 410.000 el último año. El museo tiene un presupuesto de unos 10 millones de euros, de los que la Junta de Andalucía aportaba más de la mitad, hasta este año, en el que ha dejado su contribución en 4,3 millones.
Iniciativa municipal fue la creación del Centro de Arte Contemporáneo, un ambicioso espacio que acoge una colección permanente -unas 400 piezas de artistas de los siglos XX y XXI-, exposiciones temporales y diversas actividades, en un edificio de más de 6.000 metros cuadrados. El CAC, que presume de atraer a 400.000 visitantes anuales, es una de las apuestas más caras para el Ayuntamiento malagueño, ya que cuesta 3,4 millones de euros anuales.
El Museo Carmen Thyssen de Málaga, con un presupuesto de 3,3 millones de euros en 2014, cuenta con una subvención de 2,1 del Ayuntamiento e ingresa más de 800.000 por venta de entradas y la tienda del museo. Más de 150.000 personas visitaron el año pasado su colección, integrada por 267 pinturas españolas del siglo XIX, con especial atención a los artistas andaluces. El acuerdo entre la baronesa y el municipio estará vigente hasta 2025 y es prorrogable.
Otro foco cultural es, desde hace dos años, La Térmica, un centro de creación y producción cultural contemporánea financiado por la Diputación Provincial de Málaga con un presupuesto de 400.000 euros. Este contenedor cultural y social arranca el año con una exposición con obras de Bruno Vagnini en torno a la protesta pacifista que John Lennon y Yoko Ono realizaron en 1969 en un hotel de Montreal. Un ciclo sobre la moda en el cine y la publicidad, una muestra sobre Mafalda y charlas con personajes como Concha Velasco, Lolita Flores, Juan José Millás o Carlos Boyero, son algunas de las actividades previstas para los próximos meses por el centro, que en sus dos primeros años de vida ha atraído a más de 100.000 personas.
Más recientemente, a finales de octubre de 2014, el Ayuntamiento malagueño inauguró en el distrito de Churriana la Casa Gerald Brenan, tras invertir 2 millones de euros en la compra y rehabilitación de la que fuera residencia del hispanista entre 1935 y 1970. Además de recordar al autor de 'Al Sur de Granada', el inmueble tiene la vocación de convertirse en un espacio abierto a todo tipo de manifestaciones culturales.
La oferta se completa con otras instalaciones públicas y privadas de tema variado abiertas en el siglo XXI, como el Museo Revello de Toro (2010) -142 obras del al retratista malagueño ubicadas en la casa-taller de Pedro de Mena-; el Museo del Vino (2008) -más de 400 piezas relacionadas con el patrimonio vitivinícola local en el Palacio de los Biedmas, del siglo XVIII-; el del Vidrio y el Cristal (2009); el del Automóvil, en la antigua Tabacalera (2010); el Museo Interactivo de la Música (2002), una colección de más de 300 instrumentos de todas las épocas: y el del Patrimonio Municipal (2007). Más antiguo es el Museo de Artes y Costumbres Populares, que data de 1976.
Nuevos museos
Respecto a las nuevas pinacotecas que abrirán sus puertas en 2015, el Museo Pompidou y el Museo de Arte Ruso son fruto de la iniciativa y la inversión del Ayuntamiento, mientras que el Museo de Málaga, que acogerá en sus instalaciones el de Bellas Artes y el Arqueológico, pertenece al Gobierno central, aunque será gestionado por la Junta de Andalucía.
El Centro Pompidou contará con una colección permanente de unas 90 obras de los fondos de arte moderno y contemporáneo de la 'casa madre' de París, de autores como Picasso, Chagall, Bacon, Magritte, Kahlo, Giacometti, Tápies o Miró. La colección permanente se renovará cada dos años y, además, habrá dos o tres exposiciones temporales cada año.
Las obras del edificio en el Muelle Uno costaron unos 5 millones de euros y estuvieron varios meses paralizadas por orden del Puerto de Málaga. Esta pinacoteca costará anualmente 4,2 millones de euros a la ciudad. El Ayuntamiento aportará 3, de ellos un millón que recibirá el museo parisino en concepto de canon de la marca y préstamo de obras y otros 2 millones para pagar al personal, el servicio de vigilancia el mantenimiento y los gastos corrientes. El resto, 1,2 millones de euros, es lo que se espera recaudar en venta de entradas y patrocinios. El Ayuntamiento cuenta con el informe económico de una consultora que prevé que el museo Pompidou recibirá 250.000 visitantes anuales y supondrá un retorno económico de 18,5 millones de euros anuales.
En cuanto a la sede malagueña del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo, en los próximos meses ocupará el edificio de Tabacalera, rehabilitado hace años para acoger al fallido Museo de las Gemas y que desde 2010 acoge el Museo Automovilístico. Durante la vigencia del convenio, de 10 años, el Ayuntamiento pagará a la pinacoteca de San Petersburgo 400.000 euros anuales a cambio de la cesión en exclusiva para España de un centenar de piezas que constituirán el fondo 'permanente' de arte ruso de los siglos XV-XX -con obras de artistas tan conocidos como Chagall o Kandinsky-, que se renovará cada año. Además, el museo, con 7.000 metros cuadrados de superficie, acogerá dos exposiciones temporales en 2015: la primera será 'Arte ruso de la época de Diaghilev', integrada por 69 obras del primer cuarto del siglo XX, y la segunda estará dedicada a Pável Filonov, un excéntrico artista de vanguardia. El transporte y el seguro de todas las piezas costará este primer año unos 900.000 euros.
La financiación de estos proyectos no está exenta de polémica. El grupo municipal socialista, en la oposición, ha criticado el modelo de museos franquicia y ha asegurado que con este proyecto se «hipoteca» la ciudad con un coste muy alto para una infraestructura cultural con fecha de caducidad, dado que el convenio tiene una duración de cinco años prorrogables.
El Museo de Bellas Artes de Málaga, fundado en 1916, ocupó diversos edificios antes de asentarse en el Palacio de los Condes de Buenavista, de donde fue desalojado al ser elegido ese inmueble como sede del Museo Picasso. Algo similar le ocurrió al Arqueológico, cuyos fondos se trasladaron de la Alcazaba al Convento de la Trinidad. De este modo, las 2.000 obras de arte del primero y las 15.000 piezas históricas del segundo llevan embaladas desde 1997 y 1999, respectivamente, y su puesta a disposición del público se ha convertido en una reivindicación ciudadana. Ambos se fusionaron en una sola institución, el Museo de Málaga, de titularidad estatal pero cuya gestión pertenece a la Junta de Andalucía desde 1984.
La rehabilitación del Palacio de la Aduana comenzó en 2008 y acumula tres años de retrasos, por lo que está previsto que el museo reabra a finales de este año. Su presupuesto roza los 34 millones de euros, incluidos 6 del proyecto museográfico.
También ha habido en Málaga proyectos fallidos, que fueron anunciados a bombo y platillo pero no llegaron a cuajar. El Museo de las Gemas -que estuvo abierto seis horas y atrajo a cuatro visitantes, tras una inversión de 40 millones de euros en las obras de la antigua Tabacalera-, la sucursal del Museo del Prado en La Aduana -que no llegó a concretarse- o el Caixaforum de la plaza de la Merced, que finalmente se abrirá en Sevilla, como estaba previsto en un principio.
Mientras tanto, en Granada...
El Museo de Bellas Artes de Granada, creado en 1839 con fondos procedentes de la desamortización de Mendizábal, ocupó diferentes sedes -incluida la Casa de Castril, compartida con el Arqueológico- antes de instalarse en el Palacio de Carlos V en 1958. Con un fondo de más de 2.000 obras de entre los siglos XVI al XX, poco más de un centenar están expuestas. Entre 2003 y 2008 permaneció cerrado para acometer unas obras de climatización y adecuación museográfica que en principio debían durar un año y se prolongaron más de cuatro. Los trabajos costaron 3,8 millones de euros, aportados al 50% por el Ministerio y la Junta.
El Arqueológico no ha tenido tanta suerte. Tras su cierre en mayo de 2010 por problemas estructurales, el Gobierno y la Junta han estado mareando la perdiz sobre quién debe pagar las obras urgentes que permitirían una reapertura parcial del edificio de la Carrera del Darro. Finalmente, el Ministerio de Cultura consignó 200.000 euros y la Consejería, 159.000 para acometer esos trabajos. Por el momento, una intervención integral en el edificio y una modernización de su proyecto museográfico -que todos los implicados admiten anticuado- están descartadas por ambas administraciones en estos momentos, por falta de dinero. Si las obras discurren según lo previsto, el museo podría abrir algunas salas en la primera planta a lo largo de 2016. La situación del museo es tan penosa que ha propiciado la creación de una plataforma por su reapertura. Un grupo de personas comunica las novedades sobre el Arqueológico a través de las redes sociales y se manifiesta regularmente ante sus puertas cerradas.
El Centro José Guerrero, única institución dedicada al arte contemporáneo en la capital, también ha sufrido lo suyo, aunque nunca ha llegado a cerrar. La crisis entre los herederos del artista y el anterior equipo de gobierno de la Diputación Provincial mantuvo en vilo la cesión del legado del pintor expresionista abstracto durante varios años. Tras expirar el primer comodato en 2009, la negociación del segundo se complicó con nuevas pretensiones por parte del área de Cultura dirigida por la diputada de IU Asunción Pérez Cotarelo, que quería integrar el museo en una Fundación Granadina de Arte Contemporáneo. La llegada del PP al gobierno de la corporación provincial y la implicación de otras instituciones -especialmente, la Junta y el Ejecutivo central- calmó los ánimos y permitió la renovación del contrato entre la familia Guerrero y la institución el pasado diciembre: los 40 óleos, 20 dibujos y el archivo personal del creador se quedarán entre nosotros al menos diez años más.
El único gran museo de la ciudad que vive y crece sin grandes incidencias es el Parque de las Ciencias, que afronta este año la construcción y puesta en marcha del BioDomo, el gran acuaterrario que albergará más de 200 especies de animales y plantas en tres niveles: acuático, terrestre y aéreo. Esta quinta fase de ampliación supone una inversión de 12,5 millones de euros, de la que el 80% la aporta el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), y debería estar concluida a finales de 2015.
Completan la oferta granadina el Museo de la Memoria de Andalucía de CajaGranada, creado en 2009; la Casa de los Tiros; el Museo San Juan de Dios de la Casa de los Pisa; la Casa Museo Manuel de Falla; la Fundación Rodríguez Acosta; el Museo de las Cuevas del Sacromonte; la Huerta de San Vicente; y, en la provincia, las casas-museos dedicadas a Federico García Lorca en Fuentevaqueros y Valderrubio. Recientemente se han creado dos museos dedicados al pasado judío de la ciudad: el Centro de la Memoria Sefardí y el Palacio de los Olvidados.
La gran apuesta de la provincia es el Centro Lorca de la Plaza de la Romanilla, un nuevo espacio museístico que acogerá todo el patrimonio de la fundación dedicada al poeta -que ahora está en Madrid- y está llamado a convertirse en un gran espacio de la cultura internacional abierto a todo tipo de actividades. Con una inversión de 22 millones de euros financiada por el Gobierno central, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Granada y, en menor medida, la Diputación, además de los 4,5 millones de los fondos nórdicos para equipamiento, el Centro Lorca abrirá probablemente en junio, tras innumerables parones que han retrasado el proyecto siete años sobre lo previsto.
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