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Dos operarios de la planta de Sulayr Global Service.
La basura plástica como instrumento de futuro

La basura plástica como instrumento de futuro

Sulayr Global Service, una empresa de reciclaje situada en Valle del Zalabí, duplica su facturación desde su origen en 2009

Antonio Sánchez

Miércoles, 17 de febrero 2016, 00:23

Entre el cuarto trimestre de 2008 y el de 2009 hubo cerca de tres mil personas de Granada del sector industrial que perdieron sus puestos de trabajo. En ese año se forjó Sulayr Global Service, una empresa que nace en Valle del Zalabí fruto de la crisis económica y que desde entonces ha logrado duplicar su facturación de 60.000 euros durante el primer año a siete millones de euros en 2015. Alberto Ariza, Serafín García, José Raya y Antonio Cabrera, sus cuatro socios fundadores, siguen yendo a una seis años después de haber descubierto una nueva manera de sacarle rendimiento a la basura.

Juntos descubrieron que el Pet multicapa, el plástico en el que se envuelven algunos alimentos como pizzas o quesos, podía reciclarse y sacar varios productos de él. «Nos planteamos qué problema industrial conocíamos que no estuviera solucionado y sabíamos que este producto no se reciclaba. Montamos un pequeño laboratorio y empezamos a investigar sobre esto», explica Serafín García, quien conocía que había unos determinados plásticos procedentes de la industria agroalimentaria que acababan incinerados porque nadie era capaz de encontrarles utilidad.

Ahora, en la planta de reciclaje de esta compañía, este residuo se convierte en diferentes productos. La empresa granadina cierra el ciclo del envase y destruye el producto, pero también abre otro mercado. «Creamos nuevos plásticos similares a los que se han destruido y enviamos planchas a las industrias alimentarias para que vuelvan a fabricar los mismos envases», narra García. En el proceso de trabajo surge granza de polietileno, un material que sirve para generar bolsas de basura y tuberías.

La empresa ha patentado el invento y convive con intentos de copia y compra. Los cuatro socios tienen claro que no quieren que Sulayr deje de ser granadina y piensan en el futuro de la compañía. «Cualquier analista de ubicación de plantas nunca habría colocado aquí este punto de reciclaje, pero nosotros somos de aquí y esta es la razón fundamental que ha pesado para continuar», cuenta García.

La empresa tiene previsto abrir varias plantas de reciclaje en los próximos años. Una de ellas ya ha iniciado su actividad en Austria. Allí se ha diseñado un calco de la fábrica de trabajo de Granada a la que llegarán los plásticos del centro y Este de Europa y que permitirá una redución de costes de transporte. En paralelo se está diseñando una factoría en EE UU para el reciclado de cápsulas de café. García confía en que las restricciones de la Unión Europea sobre el reciclaje se mantengan: «Los materiales difíciles de reciclar van a tener una barrera, ya que subirán las tasas por vertidos, lo que va a obligar a las empresas a que lo reciclen». Así, esta empresa espera que otras sociedades lo vean como un aliado en el que apoyarse para darle salida a la basura, el tesoro con el que esta sociedad trabaja a diario.

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