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M. V. Cobo
Lunes, 6 de febrero 2017, 02:26
Las obras del AVE entre Bobadilla (provincia de Málaga) y Granada arrancaron en 2004, después de tres años de tramitación administrativa y redacción de proyectos. Los primeros estudios datan del siglo pasado (1999). El inicio de los trabajos fue, concretamente, en marzo de 2004, momento en el que 'curiosamente' se celebraba una campaña electoral. Era ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos -aún el PP-, quien no pudo colocar la primera traviesa -se lo prohibió la Junta Electoral Central-, pero sí pudo fotografiarse dando un paseo por las obras. Después de él, las hemerotecas atesoran fotos de otros cinco ministros más inspeccionando los trabajos.
En marzo de 2016, Adif respondió a un cuestionario de este periódico en el que se informaba del grado de avance de las obras. La estación de Granada estaba al 40%, la entrada en Granada al 80% y el tramo de Loja al 20%. Esta semana, diez meses más tarde, facilitaron una nueva respuesta, esta vez a través del Portal de Transparencia. A diciembre de 2016, la estación se encuentra al 48,30% de ejecución -por lo que se habría avanzado cerca de un 8% en este año-. Lo curioso es que el tramo de Loja se encontraba en diciembre a un 18% de grado de ejecución y a lo largo de 2016 se había avanzado un 3,50%. Según estos últimos datos, en la primera respuesta el tramo de Loja debía haber estado al 15% de ejecución de las obras, no al 20% como señalaron desde Adif. Un increíble caso de obras menguantes poco común en las infraestructuras.
Magdalena Álvarez (PSOE) vino en mayo de 2007, cuando el Ejecutivo socialista proyectó la doble vía en todo el trazado. José Blanco (PSOE) también visitó los trabajos en febrero de 2011. Asistió a las obras del bitúnel de Quejigares, en Loja, del que ahora se tapará uno de los 'ojos' porque el AVE no será de doble vía. Ana Pastor (PP) recorrió obras del AVE en septiembre de 2013 y de nuevo en febrero de 2016, cuando ya habían pasado diez meses de 'desconexión ferroviaria'. A Rafael Catalá (PP), que apenas estuvo cuatro meses como ministro de Fomento, también le dio tiempo a visitar los trabajos del AVE de Granada en octubre de 2016. Y el sexto ministro que pasa por el 'tajo', Íñigo de la Serna, estuvo en Loja esta semana, cuando lleva menos de cien días como titular de Fomento.
Los cinco primeros se equivocaron en sus previsiones sobre el fin de los trabajos. Y de forma amplia. A Catalá le falló el cálculo por unos tres meses, de momento. Falta un año para saber si será Íñigo de la Serna el ministro que corte la cinta o que se monte en el primer tren de Alta Velocidad en la estación de Andaluces, algo que casi todos sus predecesores anunciaron que harían. Si acierta la previsión «realista» que ofreció esta semana, se cumplirán catorce años de obras en los 125 kilómetros de la línea. Habrá otro plazo aún más sangrante, porque Granada habrá estado 33 meses -casi tres años- sin circulación de trenes con el resto de España, ya que sólo hay tren directo a Almería.
De la Serna fue preciso en los tiempos. Aseguró que, con la intensidad actual de los trabajos, toda la obra civil habrá terminado en noviembre y sólo faltarán entonces los «dos o tres meses» de pruebas de seguridad que debe pasar cualquier infraestructura ferroviaria. No ha sido hasta la semana pasada cuando se ha podido comprobar sobre el terreno esa presencia de obreros en el caso del tramo de Loja.
Dos años en blanco
Transcurrido este tiempo, en el que la obra del AVE ha sufrido todo tipo de imprevistos y parones, cuesta ser optimista. Faltan por terminar algunas cuestiones de superestructura (electrificación y colocación de traviesas y balasto) en algunos tramos, pero el 'grueso' de lo que resta se localiza en el tramo de Loja y en la entrada a Granada y la estación de Andaluces.
Este periódico hizo varias preguntas al Ministerio de Fomento a través del Portal de la Transparencia para conocer el grado de ejecución de las obras y las respuestas llegaron el jueves, justo un día después de la visita de Íñigo de la Serna.
En esas respuestas se especifica cómo estaba el trazado a fecha diciembre de 2016. Así, en lo que respecta a la estación de Granada y la remodelación del haz de vías, se concluyó 2016 con un 48,30% de ejecución. Este contrato se adjudicó el 31 de octubre de 2014, hace más de dos años -27meses para ser exactos-.
En Andaluces ya se puede ver la estructura del nuevo pabellón de pasajeros que se construye en perpendicular a la antigua terminal y las traviesas para el haz de vías llevan ya meses apiladas en un lateral, donde debe ir el aparcamiento. Los 2,7 kilómetros que discurren por La Chana están ya muy avanzados también.
En cuanto al tramo de Loja, el auténtico quebradero de cabeza para el proyecto, la respuesta oficial de Adif es que se encuentra al 18% de ejecución al concluirse 2016. Durante todo ese año, según informa Adif, se habría avanzado un 3,50%. Ese tramo se adjudicó en enero de 2015, se cumplen dos años ahora. En el proyecto presentado por Adif, el margen de ejecución era de nueve meses, un dato casi anecdótico, a la vista de los hechos. Estos 27 kilómetros estuvieron sin actividad desde, al menos, enero de 2016 hasta el pasado mes de octubre, cuando el entonces ministro Rafael Catalá anunciaba que se había llegado a un acuerdo con la UTE adjudicataria para que se retomaran las obras inmediatamente.
Lamentablemente, estos datos confirman que estos dos años sin circulación ferroviaria han sido poco productivos para la obra. El problema tuvo su origen en una adjudicación a la baja -por la mitad del precio de licitación- que al final salió cara, porque las constructoras reclamaron más dinero y pararon las obras como medida de presión. Las empresas reclamaban un aumento muy superior al límite legal, que permite incrementar sólo un 10% los contratos públicos. En la estación se aprobó ese 10% relativamente pronto, pero en el caso de Loja, el conflicto se enquistó hasta el punto de que la empresa solicitó que se rescindiera el contrato. En octubre se llegó a un acuerdo, también dentro del 10% legal, aunque esos modificados todavía se estarían redactando, según la información oficial facilitada por Adif.
Una obra de catorce años
De ser atinadas las últimas previsiones ofrecidas por Fomento, y no surgir ningún imprevisto técnico en las obras que restan, los trabajos del AVE acumularán catorce años, más otros tres de tramitación. Desde que Álvarez Cascos diera un paseo por el inicio de las obras, que arrancaron en la provincia de Málaga, ha ocurrido un poco de todo. Curiosamente, la unión de empresas que ejecutó aquel primer tramo será la misma que haga el último, Dragados y Tecsa. Surgieron restos arqueológicos, aparecieron acuíferos, y estalló una crisis económica. Cascos planteó un AVE en vía única, y lo argumentó en el escaso tráfico que tenía la provincia granadina. Confiaba entonces el titular de Fomento en que la obra estaría terminada en 2007. Cuando Magdalena Álvarez (PSOE) llegó a la cartera de Fomento, aprobó dotar de doble vía el proyecto granadino, algo que obligó a redactar de nuevo los proyectos, estirando de nuevo los plazos. El horizonte se situaba ya en 2013.
A la malagueña le sucedió José Blanco como jefe de Fomento. Perseguirá para siempre al socialista las palabras que pronunció en campaña electoral, en abril de 2003, cuando 'sólo' era secretario de organización del PSOE y buscaba el voto para José Luis Rodríguez Zapatero. «En 2007 volveré a Granada para estar con todos vosotros y vendré en un AVE en debidas condiciones, en el AVE que va a hacer José Luis Rodríguez Zapatero», afirmó entre una ola de vítores en un mitin socialista. Sin embargo, como ministro de Fomento, ya se manejaba la fecha de 2013.
Blanco visitó obras en Granada en 2011, en los años más duros de la crisis. Eran contratos que ya llevaban tiempo adjudicados. Fue con Ana Pastor (PP), cuando Fomento sufrió un fuerte varapalo y se redujo en miles de millones de euros la dotación del ministerio. A Granada le quedaba también por terminar la A-7 y donde se podía recortar era en el AVE. Pastor lideró una campaña de realismo en todo el país, que aparcó los soterramientos. A Granada se le cayó la doble vía, la estación nueva y la Variante de Loja. A cambio, el Ejecutivo aseguraba que el AVE llegaría en 2015. Pero la política de ofertas a la baja de las constructoras, para luego reclamar más dinero, enquistó el proyecto. Ni 2015, ni 2016, ni 2017. Si no surgen imprevistos, el AVE de Granada cumplirá varios tristes récords.
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