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DAMIÁN RUIZ FÁJULA
Lunes, 30 de noviembre 2015, 00:58
Mientras que buena parte de los agricultores de la Costa pasan penurias para regar sus cultivos, por la presa de Rules de vez en cuando se dejan caer grupos de personas a los que las canalizaciones les suena a chino. Se trata de deportistas que acuden desde diversos puntos de Granada e incluso de otras provincias a la llamada del viento para practicar en las tranquilas aguas del embalse lo que tanto aman: el windsurf.
Así, una infraestructura muy demandada se ve reducida a una gran piscina tras su construcción, en 2003, toda vez que los ansiados encauzamientos siguen sin llegar. Tres años más tarde la Junta y el Gobierno central firmaron un protocolo para impulsar las conducciones, comprometiéndose el inicio de las obras en 2008, algo que no se cumplió. Ya en 2012, y tras muchas promesas, el ejecutivo andaluz 'renegó' de las competencias de Rules y advirtió que era el Gobierno quien debía ejecutarlas.
Ahora, en vísperas de las elecciones generales, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente firmó el pasado jueves un convenio con la empresa pública Acuamed y la Comunidad de Regantes del Bajo Guadalfeo en el que expresa su voluntad de acometer la obra e impulsa la redacción del proyecto de las conducciones. Este protocolo, surgido tras tres años de reuniones, no contó con el apoyo de la Junta al considerarlo electoralista.
Ajenos a estos vaivenes políticos, a los únicos movimientos a los que se enfrentan los windsurfistas son los que les dictamina el aire, llegando a alcanzar los 61 km/h de slalom. «Este sitio es el único que tiene viento todos los días desde abril a septiembre; es un embudo natural, además del único lugar de esta índole en la península», destaca Manuel Ruiz, presidente del Club de Windsurf Granada y propietario de la escuela en la que enseñan a unas cien personas a manejarse sobre una tabla. Una práctica que llevan realizando desde hace cuatro años, sólo uno después de que comenzaran los escarceos en Rules.
«Cuando se autorizó la navegación en el embalse había que solicitar unos permisos a la Agencia Andaluza del Agua realizando una declaración de responsabilidad, pero actualmente las tablas de windsurf están exentas de realizar dicha declaración, lo que agiliza mucho el trámite para poder navegar», recuerda Ruiz sobre esta práctica deportiva que congrega, de media, unas 30 personas «entre 30 y 50 años, aunque cada vez más jóvenes» los días que se dan las condiciones idóneas para su disfrute. «Los 'spot' (sitios óptimos) de la costa de Granada suelen ser de gran dificultad por las olas, por lo que es complicado para iniciarse, pero aquí es ideal ya que facilita evolucionar», añade.
Adaptación
Acceder al agua con todo el material, como se pueden imaginar, no es fácil. Para tal fin los windsurfistas aprovechan, como pueden, dos caminos, «uno de ellos abierto por nosotros», para poder llevar las velas, tablas y arneses. «No existe un área recreativa aunque sé que hay un proyecto», desvela el responsable del club. ¿Y les afectaría una posible canalización de la presa? «Se cree que el agua está estancada pero todos los días se suelta. Para nosotros el único inconveniente es que bajaría el nivel de agua, por lo que tendríamos que adecuar cada vez más los accesos», detalla Ruiz.
La actividad en la presa de Rules se reduce durante el invierno, todo lo contrario que a medida que llega el buen tiempo. «Esperamos a marzo para navegar todos los días los 500 metros de orilla a orilla y nos quedamos hasta finales de septiembre», narra Enrique Rodríguez, vecino de Vélez de Benaudalla enamorado del windsurf. «Desde las 12.00 hasta las 17.00 horas salta un viento mayor que en Tarifa», afirma José Luis Morales, de Dúrcal, quien revela que a través de una 'app' móvil coordinada con la estación meteorológica del dique ven qué días pueden o no ir.
«Hay veces que hago 400 kilómetros sólo para estar aquí, es una pasión», relata Jesús Sánchez, jienense. «Aquí hay aire fresco, sol, viento... empecé hace un año y las condiciones del pantano permiten que haya regularidad para practicarlo, y por tanto, progresar», comenta Julia Moller, de Molvízar. «Me gusta ir a toda velocidad», dice Erika, de nueve años.
Este sábado parte del grupo se reunió para despedir la temporada frente a la presa para una foto de familia acompañada de un almuerzo. En primavera, con el calor, volverán a surcar las aguas de Rules, con o sin canalizaciones.
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