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Dos espectaculares escenarios y miles de personas cantando y bailando
Una suerte de Corpus indie

Una suerte de Corpus indie

El festival bate récord de asistencia con las más de 15.000 personas que acudieron al recinto ferial en la primera de dos noches de música

leo rama

Sábado, 19 de septiembre 2015, 01:08

El Granada Sound celebró ayer la primera de dos noches. Es su cuarta edición y estrena ubicación, quedando atrás los problemas de espacio. Este año se ha presentado como una suerte de feria de día y de noche. Su localización en el recinto del Corpus, donde antes estaban los mercadillos dominicales de la Zona Norte, ha proporcionado al festival un espacio enorme en el que celebrar los conciertos, con las consiguientes quejas vecinales. La música de Zahara, Sidonie, Nacho Vegas o Izal protagonizó la velada en un lugar repleto de posibilidades extraculturales en las muchas carpas patrocinadas por diversas y conocidas empresas privadas.

Botellón, meadas e indignación vecinal

  • Varios miles de asistentes al Granada Sound calentaron fuera, junto a la entrada del recinto, con las bebidas que se llevaron en bolsas. Un botellón que fue creciendo con la transición de la tarde a lo noche mientras disminuía la cola para recoger las entradas adquiridas por Internet, que llegó a medir más de 250 metros. Larga, pero rápida. «Está mejor organizado que otros años», cree Jaime, de 21 años y vecino del barrio. Aunque Jaime piensa que «para dos días, no pasa nada», comprende el enfado de otros habitantes del distrito de Almanjáyar. Anoche unos cuantos estaban indignados. En una de las calles aledañas al recinto, algunos vecinos apostados en los porches de sus casas gritaban a los que trataban de hacer sus necesidades fisiológicas. «¡Guarros! ¡Ahí no!». Los Gómez estaban muy indignados. Comentaban que bastante tienen con la feria de la ciudad, lamentando las «muchas meadas, la gente vomitando». «Y aún queda el segundo día», decían.

Dentro del recinto hay de todo. Tiendas de camisetas, zapatillas, gorras. Varios comercios textiles junto a puestos de shawarmas, hamburguesas, bocadillos y pizzas. Hasta un puesto de papel de liar, para tabacos y lo que surja. Una rampa para monopatines, exhibiciones incluidas, o terrazas donde fumar cachimbas de sabores. Y barras, un buen puñado por todo el recinto. En ella que se dispensan refrigerios, cervezas y combinados a cambio de Token, la moneda habitual de los festivales: 1 por 2 euros. También una zona para muy importantes personas, que podían ver los conciertos desde la zona VIP, más elevada y con una barra de bajo coste.

En aquel lugar de colores, el ambiente fue festivo. Cientos de jóvenes paseaban repartidos por todo el lugar cuando no estaban sentados en las mesas de merendero, en el suelo o en las gradas, una de las obras que ya se han acometido para el proyecto que el Ayuntamiento ha planteado en el recinto ferial. El cableado de la feria y los farolillos dibujaban siluetas en el cielo, y sobre aquello se alzan, uno al lado de otro, los dos grandes escenarios del Granada Sound, que cuenta con un tercero más pequeño en el otro extremo del terreno.

Levantar los brazos

Fue ahí, en el escenario secundario, donde empezó la noche pasados pocos minutos de las cuatro de la tarde. Las bandas más modestas actuaron sobre un autobús: Holögrama, Kuve, Analogic y Mechanismo. Tras sus directos, hubo pinchada de Sendas Espirales. Fue también en un autobús, pero fuera, en la entrada del recinto, donde más discjockeys amenizaron la espera de los aguardaban para conseguir sus entradas reservadas.

Sábado 19

  • programa de hoy

  • Escenario Desperados

  • 19 30-20

  • 22 05-23

  • 01 20-02

  • 03 45-05

  • Escenario Inside

  • 16 30-17

  • 18 10-19

  • 20 45-22

  • 23 50-01

  • 02 45-03

  • Red Bull Tour Bus

  • 16 15-16

  • 17 15-17

  • 18 20-19

  • 20 45-21

  • 23 45-00

  • 02 45-03

Si se contaban por cientos los espectadores del escenario pequeño, la cifra se multiplicaba ante los escenarios grandes, enormes. Separados por descansos de cinco minutos, los conciertos fuertes se sucedieron, empezando por la banda sevillana Bittersweet, a la que siguieron los locales Aurora y Royal Mail. La dulce Zahara arrancó los primeros coros sonados de la jornada. Con sus movimientos y una voz exacta, consiguió pactar una conexión con el público, que levantaba sus dedos índices en las frases míticas de canciones como 'Merezco' o 'El leñador y la Mujer América'. Otra que hizo un repaso selecto de su cancionero clásico fue Nacho Vegas. Empezó enfundándose en el traje beige con 'Me he perdido' y siguió en la senda hasta 'Ciudad vampira', rescatando 'Actores poco memorables'. El retorno a la psicodelia se hizo palpable en la actuación de Sidonie, a los que siguieron el conjunto mallorquín L.A., un entremés para unos de viejos conocidos del festival: Izal, probablemente el mayor reclamo del cartel del viernes.

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