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José Antonio García durante su actuación en la plaza de toros de Úbeda en diciembre de 2015
El hombre de negro y luz

El hombre de negro y luz

vocalista de 091

Javier F. Barrera

Domingo, 24 de enero 2016, 19:30

La calle Escuelas de Granada es un lugar de culto. De peregrinación, porque Granada es la cuna de las tendencias musicales de este país desde el filo de los ochenta. Aquí recaló el mítico Joe Strummer de la banda The Clash y aquí surgieron desde los 091 a Los Planetas, desde el Festival de Rock del Zaidín hasta el Espárrago Rock. ¿Qué santos tiene esta pequeña vía granadina que une la Plaza de Derecho con el Jardín Botánico? El Pitos y Eric. El Pitos es el apodo del vocalista de 091 y Eric Jiménez es el batería de la otra mitad del mito: Los Planetas.

El primero trabaja en la tienda de ropa de segunda mano y el segundo ha montado un bar-museo que lleva su nombre. El primero atiende a la peña escoltado por dos enormes mecanos metálicos de Alien y Predator y desde hace dos largas décadas se deja ver y fotografiar por todos los fans que se dejan caer para ver al Elvis de la Alhambra, al Jim Morrison del Padul, donde nació al principio de la década de los sesenta. Tímido por naturaleza y todo actitud por decisión, José Antonio García es el príncipe que canta las letras que el rey Lapido, el guitarrista de los Cero, compone para él:

«Los hijos de la lluvia están

creciendo a mi alrededor.

Los días vienen y se van,

se desvanecen con mi voz»

Lo recogía, lágrimas sobre las teclas, J. J. G., el crítico de este mismo periódico, en la crónica de despedida de 091 en Maracena, veinte años ha: «Entristece pensar que no volveremos a disfrutar del saber estar y la elegancia escénica de José Antonio, que no dará voz, cuerpo y alma al espantapájaros que no sabía por qué cantaba su canción». Veinte años después, que se dice pronto, el paso del tiempo no ha hecho merma alguna ni en la banda ni en su vocalista, que siguen en plena forma y ensayan prácticamente a diario y en dosis dobles para estar a la altura de lo que, de repente se espera de ellos, donde él, tiene que dar el do de pecho y ponerle voz a esas guitarras eléctricas y más duras que nunca, a esa sección rítmica de Tacho a la batería y Joaquín al bajo, sin condiciones, a las guitarras de los Lapido.

Dicen los que le conocen bien que este tipo tranquilo y cercano, casado desde hace un montón de años, y que sin peinar canas ya tiene medio siglo largo de vida que brotó a la música desde el punk rabioso de los primeros ochenta, que «es un buen tipo». «Es el antihéroe», confía otro de ellos. «Es una antiestrella», confirma uno más. Damos fe desde aquí de todas y cada una de las frases.

Le hemos entrevistado cuando el Último Concierto de Maracena, y también cuando el penúltimo. Cuando el Zaidín Rock. Y siempre ha sido «una persona entrañable». El pasado domingo 3 de enero, en un hotel de la capital de La Rioja, tranquilo en su taburete mientras la banda tomaba cañas y picoteaba una cena improvisada, simplemente, miró directo a los ojos y tendió la mano, con toda la franqueza y una gran sonrisa. No había nada más. Ni falta que hace. Es actitud. Es oscuramente espectral, con gafas de sol perpetuas. Y solo sobre el negro escenario, bajo los focos, este hombre de negro y luz traduce con su voz las letras de ensueño de los acordes de 091, que son la banda sonora de al menos ya dos generaciones de Granada.

Música y más música

José Antonio García, que empezó con TNT y hace historia con 091, ha montado media docena de bandas y proyectos durante estas dos largas décadas, entre el Último Concierto de Maracena en 1996 hasta la presente Maniobra de Resurrección, ambas con los Cero: Sin Perdón, Mezcal, Guerrero García, Los Guerrero, montó un directo para el aniversario de TNT y su actual proyecto, que ya ha avanzado que no va a dejar pese a la gira con los Cero, es El Hombre Garabato.

En todos ellos, música y más música, viejos éxitos de los Cero y versiones increíbles de los mejores temas de los cantantes y bandas favoritas, varios discos en el camino editados, giras, conciertos y un disfraz de 'crooner' en su formación de 2013 en donde interpreta con «una voz sin baches» todos los viejos clásicos y que marca la madurez del músico que lleva dentro el Pitos.

Hasta que ha vuelto a subirse con los Cero a un escenario, donde ha resucitado todo el potencial de un músico excelente, de un trabajador honrado, de un hombre bueno que sigue moviendo las caderas, pegando unos saltos ante el micro, mirando a los ojos de la gente de la primera fila y gritando, en La Rioja este 3 de enero o en Maracena aquel mayo lejano del 96: «Estamos aquí porque sois los mejores. Estamos aquí por vosotros».

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