«Me gusta calzarme las zapatillas y patearme el Albaicín junto a mi esposo y mis hijos»

María Francisca Carazo, Marifrán Carazo para el común de los mortales, es la mayor de tres hermanos. Su acento la delata: nació en Valladolid hace 41 años, aunque se considera granadina de los pies a la cabeza. Con 18 años vino a Granada a estudiar Óptica y Optometría, aunque, tras picarle el gusanillo de la política en 1996 –año en el que se afilió al Partido Popular–, acabó licenciándose en Ciencias Políticas y Sociología. Marifrán, que se llama como su madre, está casada con Jota Carmona, compañero de estudios en la facultad. Tienen dos hijos, Cecilia, de ocho años, y Gonzalo, de cinco. Su familia es su gran sostén. Con ellos le gusta ponerse las zapatillas para patearse el Albaicín. También para tomar unas tapitas y unos caracoles en un barrio que, para Marifrán, representa el alma de «Graná». «Esta ciudad siempre sorprende; es un lujo», asegura.

Marifrán considera que la gente pide cambio en Andalucía, «ya que los andaluces están cansados de cuarenta años de socialismo». Una alternativa que, bajo su punto de vista, no pasa en ningún caso por Ciudadanos, «un partido que ha apuntalado al PSOE en la Junta en la última legislatura, ha votado los presupuestos y ha propiciado que Francisco Cuenca alcance la alcaldía de Granada con tan sólo ocho concejales». Carazo fue edil en el consistorio granadino entre 2007 y 2012 y desde ese año es parlamentaria regional.

El deporte es importante en la vida de Marifrán. Sale a correr durante una hora dos veces a la semana y también intenta sacar otra horita para jugar al pádel. Su lectura favorita ahora mismo es la misma que la de su pequeña Cecilia, la colección de «Martina». «Leo un párrafo yo y otro párrafo ella». También le encanta la música indie. Entre sus grupos de cabeza, Lori Meyers, Supersubmarina, Vestusta Morla y sobre todo Los Planetas, que suenan en sus cascos durante sus sesiones de running.