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La avalancha de pateras recibida en estos últimos días - solo ayer había 300 inmigrantes embarcados a la deriva en el mar de Alborán de los cuales 54 llegaron a Motril- ha obligado a abrir las puertas de parroquias y oenegés para dar cobertura «digna» a estas personas que llegan a las costas granadinas huyendo de la miseria y las guerras. El plan puesto en marcha por el área municipal de Servicios Sociales para coordinar recursos y dar una buena atención a este colectivo ha disparado una oleada de solidaridad brutal en esta provincia.
Solo en la capital granadina parroquias como el Carmen, Santa Micaela en la Chana, Misioneros Combonianos, Jesús Obrero, los Hermanos Claretianos, los Capuchinos de Fray Leopoldo, Jesuitas, los Hermanos Obreros de María... toda una amplia red han puesto encima de la mesa más de doscientas plazas de emergencia para primera acogida de inmigrantes. «Esto es lo que ya hay, pero estamos trabajando porque creemos que pueden habilitarse más plazas para dar una acogida temporal a estas personas que arrastran auténticos dramas tras un largo viaje jugándose la vida», apunta Esteban Velázquez, jesuita y una de las personas volcadas con este proyecto.
Ciudad de los Niños Ofrecen literas para dormir, sin especificar el número.
Parroquia del Carmen Ofrece dos salones con más de 50 plazas.
Antigua residencia de Fray Leopoldo Se ofrecen 60 habitaciones durante seis meses, antes de que una empresa privada se haga con estas instalaciones.
Misioneros combonianos Ofrecen alojamiento para ocho personas con posibilidad de ampliar a cuatro más.
Claretianos Ofrecen un salón parroquial.
Parroquia de Santa Micaela Ofrecen un anexo a la parroquia donde fueron alojados parte de los 54 inmigrantes abandonados en la Estación de Autobuses el 30 de mayo. Además de los citados, hay colegios mayores de los jesuitas y más asociaciones dispuestas a ceder más plazas.
2065 inmigrantes han llegado hasta ayer, frente a los 1.050 de 2017
50 Más de 50 personas trabajan en el protocolo de emergencia de acogida
No solo hay recursos de alojamiento. El área municipal de Bienestar Social está aglutinando traductores, psicólogos, alimentos, asesoramiento jurídico y otros medios para tratar de darle una respuesta «adecuada» a esta población los días que permanezcan acogidas en Granada. «La mayoría vienen de paso hacia otros destinos como Francia o Almería», apunta la edil de Servicios Sociales, Jemi Sánchez.
Manuel Velázquez | Responsable de Migraciones
Los últimos datos del Ministerio del Interior son escalofriantes. Solo en cinco meses y medio de 2018 han arribado a las costas granadinas 2.065 inmigrantes embarcados en pateras huyendo de la pobreza y las guerras. En el mismo periodo del pasado año fueron 1.050 personas las que se jugaron la vida para pasar de África a Europa haciendo escala en Granada. La llegada masiva de pateras no va a cesar. El buen tiempo y el cierre del paso en las costas italianas y griegas está derivando al litoral andaluz a muchos inmigrantes.
Este domingo se va a divulgar por las parroquias de toda la geografía granadina una carta firmada por el Vicario territorial, Francisco Tejerizo, y el delegado de Migraciones, Manuel Velázquez, solicitando apoyo de todo tipo: alojamiento, acompañamiento y alimentación. «Se hará un llamamiento en parroquias para compartir más recursos».
Esteban Velázquez | Jesuita
La situación en estos momentos en Motril es de emergencia absoluta. La patera que llegó ayer con 54 inmigrantes, la atendida de madrugada y la recibida el jueves han colapsado el Cate -Centro de Acogida Temporal-. «Hay que hacer un llamamiento a la Administración para que promueva alojamientos dignos, alejados de los CIEs (Centros de Internamiento) y los calabozos policiales, porque esta gente no son inmigrantes. Nuestra obligación es ayudarlos y hacerlo nos humaniza», señala Manuel Velázquez.
A este movimiento de iglesia hay que sumar los esfuerzos que están haciendo también otras asociaciones como Derechos Humanos, Granada Acoge, Fundación Vivienda Digna, Dar Al Anwar... y otras muchas que no han querido quedarse fuera de este proyecto coordinado desde el área municipal de Bienestar Social.
El abandono a su suerte de 54 inmigrantes en la Estación de Autobuses de Granada tras su llegada al Puerto de Motril el pasado 30 de mayo se resolvió alojándolos en la iglesia de santa Micaela de la Chana, la mezquita de Cartuja y un hostal. El Ayuntamiento de Granada abonó los billetes para que continuaran su viaje hacia Francia y buscó traductores a través de oenegés para comunicarse con ellos. Ninguno quedó abandonado.
«Hay que arrimar el hombro y debemos acostumbrarnos. Estamos ante un fenómeno de justicia social y no podemos mirar para otro lado ante este drama», concluye el párroco Manuel Velázquez.
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