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INÉS GALLASTEGUI
Sábado, 4 de febrero 2006, 01:00
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer que el escritor Francisco Ayala, como la propia Granada, «es un símbolo de la mejor España, marcada por su historia pero también por la pasión por conocer y por convivir, dispuesta a perdonar, pero no a olvidar, para que la historia no se repita». Zapatero presidió ayer la celebración del Día de la Provincia en el Hospital Real, donde el casi centenario literato fue nombrado por la Diputación hijo adoptivo, mientras el Nobel portugués José Saramago recibió el título de hijo adoptivo.
El jefe del Ejecutivo aseguró que, al proponer la «alianza de civilizaciones», tenía presente «el ejemplo de Granada», que «durante siglos fue puente entre oriente y occidente», «el sueño de convivencia hecho realidad» y «un referente mítico que prueba que la utopía es posible».
Zapatero se mostró convencido de que «ese espíritu granadino marcado por la convivencia y el respeto ha sido esencial en la conformación del carácter y el pensamiento de Ayala». Calificó al ensayista como «uno de los ejemplos mas emocionantes de dignidad y de compromiso de la historia reciente de España». «No sólo supo ser fiel a sus principios, aunque le costara el exilio, sino que contribuyó con su labor intelectual a mantener las bases morales de un país que gracias a él y otros como él pudo finalmente convertirse en una democracia», resaltó.
De Saramago, alabó su «asombrosa» obra, en la que «reivindica la utopía de la fraternidad» y critica «las desigualdades del mundo», aunque siempre con «un espacio para la esperanza». El presidente, que intercaló citas de Lorca, Azaña, Borges y los propios homenajeados, afirmó que en la obra de estos dos intelectuales, «como en el legado que se respira en Granada, hay una llamada de atención contra los que alimentan el odio, el extremismo y la intolerancia». El Consejo de Ministros aprobó ayer la creación de una comisión para la celebración del centenario de Ayala, que el dirigente socialista calificó como «uno de los acontecimientos culturales más importantes del año».
Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, calificó a Ayala como «una mente privilegiada y polifacética», pero también «un humanista» y «una persona sencilla». Citando a Fernando Savater, recordó que el narrador permanece, a su edad, «lúcido, irónico, memorioso, dúctil, dotado del sentido del humor de los verdaderos sabios, viajero y cosmopolita, buen conversador, patriota de la humanidad, un español que transpira inteligencia e inspiración y que ha aplicado su perspicacia a la literatura y a la vida».
Chaves definió a Saramago como «un viajero incansable de itinerarios y amistades, un exacto conocedor de nuestra realidad y un excepcional testigo de la sociedad andaluza».
Recuerdos de la infancia
En un breve discurso, Francisco Ayala mostró su agradecimiento a las instituciones y al público presente por el «ambiente de familia», y quiso compartir algunos de los «remotísimos recuerdos» de su infancia, como las «meriendas campestres» o las «travesuras inocentes o no inocentes». «Recuerdo el encanto de un paisaje abierto y pintoresco, no sobrecargado como en la actualidad con edificaciones útiles y necesarias, pero no siempre del mejor gusto». El autor de 'El hechizado' explicó que el alejamiento de su ciudad natal en la juventud le parecía «perpetuo», hasta que «los azares del destino» le permitieron regresar.
José Saramago, en su castellano con fuerte acento luso, recordó que los portugueses «no dan las gracias», sino que dicen «obrigado» (obligado). No obstante, expresó su agradecimiento a su esposa, Pilar del Río; al alcalde de Castril, José Juan Mar, por nombrarle hijo adoptivo del pueblo y por crear el centro cultural que lleva su nombre; a David Aguilar, «que es magnífico no sólo como rector, sino por ser la persona que es»; y al presidente de la Diputación, Antonio Martínez Caler, que, a su juicio, «debería ser un personaje en una reedición mejorada de 'El Quijote'». Finalmente, el autor de 'Ensayo sobre la ceguera' expresó su «alegría enorme» por compartir el nombramiento con «un gran escritor y una gran persona» como Ayala, de cuya obra destacó «su exigencia moral y artística».
Otros galardones
Junto a los dos veteranos escritores, la Diputación entregó ayer su medalla de oro a la Fundación del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud, por su impulso a la investigación biosanitaria, una distinción que recogió el rector. También recibieron los galardones de la entidad provincial el municipio de Cúllar Vega, por su esfuerzo en la lucha contra la violencia doméstica -en este pueblo fueron asesinadas por sus ex maridos Ana Orantes y Encarnación Rubio-; la esquiadora María José Rienda, por su trayectoria deportiva y su papel de 'embajadora' de Granada; y la fiesta del Cascamorras de Baza y Guadix, por convertir un viejo conflicto en una fiesta singular.
Al acto, presentado por el cantante Miguel Ríos, asistieron numerosas personalidades de la política y la cultura, entre ellas la ministra Carmen Calvo.
A la salida, una docena de jóvenes que enarbolaban banderas españolas -algunas con el toro de Osborne- corearon consignas como «Menos talante y más España», «Unidad nacional» y «Andalucía no es de segunda», y calificaron a Zapatero de «traidor» y «separatista». Los manifestantes, rodeados por un cordón policial, acompañaron al presidente también al mitin que pronunció en el Palacio de Deportes.
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