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BALONMANO DIVISIÓN DE HONOR B

Esperpéntico final de temporada del 'Uni'

Pepe Pozo se despidió en el que fue su último partido en casa como jugador en activo

MIRIAM OCHOA

Domingo, 7 de mayo 2006, 02:00

Un esperpento, según la Real Academia de la Lengua, es un hecho grotesco o desatinado y más desatinado o esperpéntico no pudo estar ayer el Universidad en el que fue su último partido en casa de la temporada y en la División de Honor, por lo menos de momento. La actitud y concentración mostrada por la gran mayoría de los jugadores universitarios brilló por su ausencia. Brazos caídos, ritmo cansino -trote cochinero se diría en la jerga futbolística- y excusas para lo inexcusable fueron los argumentos que exhibió la escuadra granadina para perder un partido más por un gol -10 a lo largo de la campaña- ante el Tres de Mayo, un equipo de montón y anárquico, pero que tiene las ideas muy claras: gana y arriesga cuando tiene necesidad de hacerlo. De la quema general, se salva, una vez más, Pepe Pozo que, en su despedida como jugador de balonmano, dio todo lo que lleva dentro, como siempre.

El Tres de Mayo llegaba a Granada con la imperiosa necesidad de vencer para evitar la promoción y desde el primer minuto fue a por el partido. El Universidad comenzó bien el partido, aunque pronto mostró su verdadera cara, la que le ha llevado al descenso. Cinco minutos tardaron en irse del partido, que abandonaron el liderazgo en el marcador a los siete minutos de juego (3-4). El ataque era nefasto y casi para olvidar a pesar de que los tinerfeños tampoco son un equipo que se emplee con dureza atrás, pero cuando no hay no se le puede pedir peras a un olmo.

Aguas en defensa

El 5-1 defensivo de los granadinos comenzó a hacer aguas por todas las esquinas. Cuando el ataque insular superaba al hombre avanzado el gol era seguro, bien desde el centro o desde los extremos. Los insulares mantuvieron cortas diferencias durante muchos minutos hasta que el Universidad logró empatar a 9 e incluso llegaron a ponerse por delante (10-9), pero en los cinco minutos finales volvieron a las andadas y a perder el norte.

En el descanso, el Tres de Mayo conocía ya algunos resultados que le eran favorables y que le permitían salvar la categoría sin necesidad de acudir a la promoción y eso se notó en el desarrollo de la segunda mitad, que se inició con un 2-0 de parcial para ellos (14-18). Bajaron los brazos con un equipo en pista lleno de suplentes y los granadinos aprovecharon para hacer un 4-0 que le condujo hasta el 18-18 (m. 37). Sin embargo, la ilusión de los contados asistentes al encuentro pronto se truncó porque, sin hacer nada del otro mundo, tan sólo siendo constantes, los insulares lograron ponerse con dos goles de ventaja en el marcador a los 29 minutos de este periodo (30-32). La suerte ya estaba echada y el ridículo también estaba hecho.

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