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Pedro Martínez Montávez, arabista :«Debemos concebir a Al-Andalus como un objeto común con los árabes»

El especialista en el mundo islámico contemporáneo .presentó dos libros de la Universidad de Granada sobre .cuestiones relacionadas con el Magreb y el pasado andalusí

JUAN LUIS TAPIA

Martes, 16 de mayo 2006, 02:00

El arabista, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y reciente doctor honoris causa por la de Granada, Pedro Martínez Montávez, fue el encargado de presentar en la Feria del Libro los títulos 'Entre Oriente y Occidente' y 'Sociedad civil, derechos humanos y democracia en Marruecos'. Se considera un intelectual independiente que declara conforme a conciencia y rigor académico, más allá de convencionalismos políticos y sociales. Dice que algunas veces se siente como «un arabista de emergencias, porque los medios de comunicación sólo se acuerdan de estos especialistas cuando suceden acontecimientos relacionados con el mundo islámico. «Pretenden que seamos como los bomberos y que apaguemos el fuego de cuestiones que no tienen una fácil solución», comenta. Surgen las cuestiones sobre el mundo árabe contemporáneo, desde las posibilidades democráticas en el Islam hasta la alianza de civilizaciones o la crisis de Irán.

-¿Qué opina sobre quienes consideran a los países islámicos como territorios para implantar la democracia occidental?

-La posibilidad no se puede negar y en ese sentido no hay una absoluta imposibilidad de aclimatación de lo que genéricamente llamamos democracia al mundo islámico. Es un fenómeno extraordinariamente difícil, porque concurren varios motivos. Uno de ellos es que la democracia es vista por los países árabes como un producto occidental, y por lo tanto de importación, y lo ven ajeno a su cultura política y económica. Por otra parte, mientras occidente impone la democracia también se impone un nuevo reto colonial por parte de Estados Unidos. También hay que tener en cuenta que el acceso a la democracia no en todos los países europeos se hizo al mismo ritmo y procedimiento, y ahí está el caso de España. Con esto quiero decir que en el mundo islámico la democracia se aceptará y practicará mediante las adaptaciones regionales y nacionales, y por eso no hay que hacerse 'medias lunas' (por cruces).

-¿Cómo observa el comportamiento del mundo occidental con el islámico?

-En occidente se desconoce y olvida la historia de los países islámicos, y el hecho de que este mundo islámico aplicó fórmulas democráticas en el periodo de entreguerras, y en un momento parecido al actual, cuando Europa defendía la democracia mientras mantenía un proceso colonial. Lo que se puede ver de aquellas modalidades democráticas que intentaron instalarse no arroja un saldo muy positivo.

-¿Cómo se pueden implantar las libertades occidentales en los países islámicos?

-Será un proceso largo y de adaptación, que irá conformando el tiempo, pero sobre todo se necesita respeto mutuo, porque la búsqueda de esa democracia para el mundo islámico se lleva cabo mientras se pone en marcha un proceso neocolonial.

-¿Cuál es su opinión sobre el proyecto de la alianza de civilizaciones?

-A la mayoría de ese tipo de congresos y proyectos van muy pocos arabistas. La idea me parece positiva y buena si es puesta en práctica. Es necesario el acercamiento de las culturas y el conocimiento mutuo, porque ya está bien de tanta barbarie y violencia. Al mismo tiempo, observo que es una propuesta que ha nacido en un marco político, lo que no quiere decir que la haga inviable, pero sí que es excesivamente politizada en cuanto a las estrategias e interlocutores. No obstante, la propuesta no está siendo muy pertinentemente bien llevada, y no hablo por despecho.

-¿Se asimila la historia de Al-Andalus como perteneciente a la española o todavía no es muy considerado el pasado islámico?

-Creo que es una vieja polémica. En este país siempre hemos pasado de la morofobia a la mayor morofilia. Desgraciadamente, el español es extremista. No hay planteamientos racionales y seguimos instalados en la visceralidad. Hay múltiples libros de una gran carga documental y erudita, pero bien leídos y con la ayuda de la semántica interpretativa tienen un gran mensaje ideológico. Hay unos autores, de esos que escriben quince libros al año, que consideran que Al-Andalus no formó parte de nuestro pasado, cuando, nos guste o no, forma parte de nosotros y es parte de nuestra historia, manera de ser y cultura. Hay que hacer interpretaciones racionales de todo esto. Debemos concebir Al-Andalus como un objeto común con los árabes, y hay que compartirlo con ellos. Esto hay que verlo como una cuestión intelectual y no como forma de confrontación política. Nunca se ha celebrado una aproximación intelectual a Al-Andalus, un gran congreso donde fuera analizado como un objeto intelectual. También debemos aceptar que Al-Andalus es un objeto terminado en el tiempo, pero no en el imaginario árabe, y ahí vive y mucho, y cada vez más, y ese Al-Andalus aún no está estudiado.

-¿Qué opina sobre la crisis de Irán?

-Estoy en contra de toda proliferación de armas nucleares, de todas, pero lo que no se puede justificar es que dentro de la misma región si se les haya permitido acceder a estas armas a determinados países y a otros se les prohíba. No se puede aceptar que Israel sea una potencia nuclear, con riesgo de aplicación, y se opongan a que otros países tengan un proyecto nuclear aún en desarrollo.

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