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ELSÍNDROMEDEWATERLOO

Alatristísimo

JOSÉ VICENTE PASCUAL

Jueves, 21 de septiembre 2006, 04:44

HACE unos años, Arturo Pérez Reverte, en la columna que rubrica cada siete días en El Semanal, de la que me declaro incombustible seguidor, afirmaba con rotundidad (y con no poca razón), que «el cine español es una mierda... una mierda como el sombrero de un picador». No sé si a la vista del resultado conseguido por los guionistas, director y técnicos encargados de llevar a la pantalla las aventuras de su capitán Alatriste, seguirá pensando lo mismo. Un servidor, tras visionar atentamente la película, superando algún que otro bostezo y ciertas ganas que me entraron de pedir el libro de reclamaciones, continúa en la misma creencia. Sí señores: Como el mismito sombrero de un picador. Y lo peor, lo que más desalienta, no es que al salir de la sala de proyecciones uno se castigue con la inexcusable exégesis, «qué coñazo de película», sino que acuden al santiscario otras consideraciones más metafísicas, como por ejemplo: ¿Por qué demonios el cine español es tan malo, y por qué tenemos la impresión de que seguirá siendo malo, rematadamente inepto, por los siglos de los siglos y hasta el próximo cambio climático?

A ver, que yo me entere. En la película de referencia (me duele escribir el título, 'Alatriste', lectura muy entretenida y agradecida), se han invertido 24 millones de euros, un pastón, un récord en nuestra industria cinematográfica. Se ha contado con todo lujo de medios en la ambientación, rodaje en exteriores e interiores, fotografía, vestuario, utillería, dirección artística, no digamos los actores, un plantel de fábula... y el resultado es, ni más ni menos, aburrido. Un auténtico latazo, una historia laxa, sin ritmo, sin pasión, sin temperatura, casi sin argumento. Una pifia, como las faenas de 'El Platanito' cada vez que le daban una oportunidad, ya que estamos por los símiles taurinos.

Lo dicho, ¿cómo es posible invertir tantísimo dinero, contar con tantos medios, para que el efecto sea tan lamentable? A lo mejor, como sucede en ocasiones, sobre todo cuando los efectos apuntan a la dejadez como causa, habría que hablar primero de lo pequeño, esos detalles que nos indican el estilo, las ganas y la profesionalidad con que se ha 'rematado' la película. Veamos. 24 millones de euros invertidos en la faena, pero no había para trabajar un poco más en el estudio de sonido, de modo que la dicción de los actores fuera inteligible, o que al menos el declamado de muchos de ellos no recordase, funestamente, al tonillo de los pavos y pavas de 'Al salir de clase' y obras de similar trascendencia. O que los cañonazos sonasen a cañonazos, y los disparos a disparos, no a escopetas de feria, un arder de pólvora mojada que convertía en risibles momentos de pretendida tensión bélica. Y lo de risible no lo digo yo, lo decían, justamente, las risas que escuchaba tras mi cogote cada vez que un soldado, un corsario o un valentón batía la yesca de sus armas. En vez de estampidos, se escuchaban cómicos rebufidos, como de cuesquito de monja. Muy penoso.

Luego está, evidentemente, el asunto del guión. Lo de condensar cinco libros en una sola película no parece buena idea, a menos que uno cuente con los guionistas de 'Lo que el viento se llevó', o gente parecida, escritores capaces de atornillar al espectador en su asiento durante tres o cuatro horas, sin que medio patio se duerma y el otro medio consulte el reloj cada cinco minutos, desesperaditos. El capitán Alatriste es de suyo un personaje taciturno, escéptico y cabal pesimista. Pero eso no quiere decir, necesariamente, que el personaje cinematográfico sea un muermo; muy valiente y muy esforzado, no lo dudo, pero incapaz de transmitir un mínimo chispazo de emoción y viveza a quien ha pagado un dinerillo por verlo en su salsa. El mundo de Alatriste es la acción, un entorno de guerra, duelos, intrigas, aventuras de toda índole, pero el desvaído Viggo Mortensen transita dicho paisaje como alelado, como si no supiera qué hace allí, por qué fue llevado a escena, en virtud de qué azares y voluntades peregrina fantasmal por un argumento que le es tan ajeno, y tan incomprensible, que durante toda la película da la impresión de estar 'pasmao', a verlas venir, convencido de que se las van a dar todas en mismo lado de la jeta. Comparado con el Viggo Mortensen de la saga de Tolkien, 'El señor de los anillos', aquel memorable Aragorn que tampoco sonreía pero actuaba con nervio y mucha sangre en las venas, como un héroe, este Alatriste resulta de menguada casta, no un antihéroe sino, más bien, un pringadillo. Menos mal que al final de la película casi se redime de la pereza cuando, al ofrecimiento de honrosa rendición a sus vapuleadas tropas por parte de los gabachos, responde bastante gallardo: «Gracias, pero somos un Tercio español». Algo es algo, aunque, en este caso, no cuela lo de «mejor tarde que nunca». Tarde se me hizo para merendar con mi tío Rogelio, que siempre invita a té helado y trufas. Qué arrepentido estoy.

Total, que hemos multiplicado por cero la calidad del cine patrio. Ni teniendo como base del guión a unas novelas de mucho éxito, de indudable arrastre comercial, escritas por el autor que más vende en España, invirtiendo cantidades astronómicas en la composición del artificio y contando con actores consagrados. Resultado: Otra vez será.

Queda pendiente desentrañar, si pudiera ser, qué maldición nos acecha y no nos deja levantar cabeza, porqué todo sigue igual y cada vez que se entra en un cine con expectativas de ver una película española espectacular, digna y bien hecha, salimos con la misma impresión de que alguien nos ha tomado el pelo. Todo lo que no sea ficción ligera, y barata, es frustración. Y de la ficción ligera, desde Alfredo Landa en calzoncillos hasta Pedro Almodóvar y sus traumas de infancia, está el respetable hasta el gorro. Yo tengo mi particular teoría, en línea con el pesimismo histórico sobre la cultura hispana en general y la cinematografía en particular. A estos 'mataos' les regalas la ONCE y a las doce ya la han arruinado. Es la fatídica palabra de siempre: Chapuzas.

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