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PACO SOTO
Martes, 17 de octubre 2006, 05:20
Artur Mas y José Montilla, los dos candidatos con posibilidad de presidir la Generalitat de Cataluña, arrancaron ayer sus campañas electorales confiados en obtener mayoría suficiente para gobernar en solitario. El presidente de CiU firmó ante notario su rechazo a pactar con el PP y el candidato del PSC señaló que su partido aspira a gobernar «con las mínimas hipotecas». Un deseo que choca con lo que apuntan las encuestas, que no otorgan a ningún candidato la mayoría absoluta.
Los últimos sondeos indican un práctico empate entre socialistas y convergentes, y a bastante distancia les seguirían ERC, PP e ICV, partidos que tendrían la llave de la gobernabilidad. Con este panorama, los partidos centraron sus actos no tanto en defender sus programas como en plantearse lo que harán tras el 1 de noviembre.
Ningún candidato quiso hablar abiertamente de pactos postelectorales, pero, directa o indirectamente, todos apuntaron en esta dirección. Artur Más quiso despejar una incógnita y firmó ante notario su promesa preelectoral de «no firmar ni establecer ningún pacto permanente o estable con el PP para gobernar Cataluña durante la próxima legislatura». La promesa, según Mas, no pretende «estigmatizar al PP», sino aclarar que los nacionalistas no pueden colaborar con una formación «que ha jugado con Cataluña por intereses partidistas». El candidato de CiU también se comprometió a renunciar a ser presidente si su formación no gana, y en caso contrario, a ejercer un «buen gobierno» mediante la recuperación de «la confianza de los ciudadanos».
Montilla no se lo cree
Con notario o sin notario, el candidato del PSC a la Generalitat, José Montilla, apuntó que la palabra de Mas es un farol de cara la galería. Apeló a la «responsabilidad» de CiU para que no pacte con el PP y «deje por un momento los intereses partidistas y piense en los intereses de Cataluña». Mas «va al notario porque es consciente de que los ciudadanos no se lo creen», señaló Montilla.
El presidenciable socialista, que mezcló intencionadamente los comicios con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2007, se dirigió al secretario general y número dos de la federación nacionalista, Josep Antoni Duran i Lleida, para que influya en la política de pactos de CiU e «igual que ha advertido que el DVD (de propaganda electoral) no es la mejor forma de hacer campaña, vuelva a tener otra oportunidad para marcar una inflexión y no votar con el PP».
El candidato de ERC a la Presidencia de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, valoró como «un signo muy positivo» los resultados que señalan las encuestas para su partido y reafirmó la voluntad de los independentistas de ser la llave de la futura gobernabilidad catalana. ERC ha mantenido durante toda la precampaña una postura equidistante entre socialistas y convergentes para dejar la puerta abierta a pactar con CiU o reeditar el tripartito con el PSC e ICV-EUiA.
Según algunos sondeos, los votantes prefieren, por este orden, un gobierno PSC-CiU, la reedición del tripartito, un Ejecutivo CiU-ERC o un pacto gubernamental CiU-PP. Sobre esta última opción, el candidato de los populares, Josep Piqué, advirtió a los nacionalistas que el PP no dará «un cheque en blanco» ni «votos gratis» a CiU. Piqué, que calificó de «pantochada» la decisión de Mas de confirmar sus promesas electorales ante notario, señaló que los votantes de CiU «se podrían encontrar que con su voto acaban haciendo 'conseller en cap' (primer ministro) a los republicanos Josep Lluís Carod-Rovira o Joan Puigcercós».
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