El puente sobre la Bicha

O el señor alcalde de esta nuestra ciudad no se explica o yo no le entiendo. Vamos a ver: ese puente ¿necesario? que ha de cruzar el Genil para unir la Bola de Oro con la Carretera de la Sierra, ¿va a atravesar el Camino de la Fuente de la Bicha, sí o no? Porque leyendo IDEAL, me encuentro con la siguiente afirmación, atribuida al alcalde: «el denominado corredor del colesterol no se verá entorpecido por el proyecto porque por esa zona no habrá circulación rodada, sino que el Ayuntamiento instalará allí un semáforo o un paso de peatones». Y digo yo, si no habrá circulación rodada ¿para qué un semáforo? ¿Para regular la circulación aérea?

No sé si el alcalde ha paseado alguna vez por el Paseo de la Fuente de la Bicha, pero es un lugar que reúne a decenas de personas todos los días, convirtiéndose los fines de semana en uno de los parajes más concurridos de la ciudad, los abuelos paseando con sus nietos; los bebés, con sus felices padres y los solteros, con sus parejas. ¿Cuántos chavalines no habrán dado sus primeras pedaladas por ese Paseo, mientras sus madres aprovechan para relajarse, sabiendo que, una vez pasado el Puente Verde, ya no hay peligro!

Muchas veces nos hemos quejado de la molesta presencia de los 'amotillos' o de los camiones que frecuentan el tramo entre El Asadero y Pinos Genil, precisamente, por lo variado de la gente que se concita en la Ruta del Colesterol. Y ahora llega el Ayuntamiento, que se supone está para servir a los ciudadanos, y va a facilitar que todo el tráfico de entrada y salida a Granada por la zona de la Sierra, Cenes incluida, atraviese uno de los pocos paseos tranquilos que hay en toda Granada. Eso sí, poniendo un semáforo o un paso de peatones, algo que tranquilizará enormemente a esos padres que, por fin, podían soltar libremente a sus churumbeles para que corrieran a su aire.

Cuando todas las ciudades modernas del mundo intentan reducir el tránsito motorizado en su interior, nuestro Ayuntamiento ha decidido que lo más conveniente para Granada es exactamente lo contrario. De fábula. Y, mientras, todos los alrededores del pabellón de deportes de Bola de Oro -al que ni siquiera le han puesto unas canastas de baloncesto, para que luego nos quejemos del nivel de la cantera del básket granadino- están hechos un espantoso y desértico erial.

Yo no sé si hay intereses especulativos en el asunto del puente sobre la Bicha, pero lo que sí se percibe es un notable desconocimiento de las necesidades reales de una ciudad, ahogada en cemento y hormigón, contra la que este consistorio no hace sino atentar una y otra vez. Menos mal que en mayo, cuando más se disfruta de la Ruta del Colesterol, tenemos elecciones municipales. A ver quién se lleva entonces el puente al agua.

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