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En los cañones del Gollizno

En los cañones del Gollizno

Las estrechas gargantas del río Frailes abren un escondido paso entre las sierras de Jaén y el poniente granadino

Juan Enrique Gómez

Miércoles, 6 de agosto 2014, 00:53

El sonido del agua se refleja en las rocas de las grandes grutas. Se mezcla con el graznido de las grajillas y el silbido penetrante e insistente de las golondrinas. Bajo los grandes tajos de piedra modelada por el paso de milenios, el río Frailes alterna su cauce entre rápidos y remansos, para regar sauces, granados, alamedas y huertas. Nació en tierras de Jaén y camina hacia el encuentro del río Cubillas que, a su vez, alimentará el Genil. El agua encontró la mejor forma de franquear las sierras que desde hace milenios separan las tierras del sur de la provincia de Jaén y el Poniente de Granada, un camino del agua que se convirtió en paso franco para los hombres del Neolítico y en senda para pastores y arrieros desde los íberos al siglo XXI.

En Moclín, Tózar y Olivares, al río Frailes le llaman Velillos y al camino entre gargantas y cortados, los cañones del Gollizno, un paraje natural, cargado de historia, teñido por sangrientas leyendas de bandidos y arrasado por las crecidas de un río que se vuelve destructor en épocas de lluvias y tormentas. Pero también es un espacio que posee el poderoso atractivo de mostrar la fuerza del agua en toda su plenitud. Las viejas sendas, solo aptas para el paso de caballerías, se han convertido en caminos habilitados para senderistas y trazan una pequeña red de comunicaciones entre las tres localidades y los puntos clave de su historia.

Es fácil acceder a los cañones del Gollizno, que también se llaman garganta de la Hoz. No es necesario realizar las rutas de varias horas marcadas en los carteles informativos situados en los pueblos para adentrarse en las cerradas del río Velillos. Basta con un pequeño recorrido desde la localidad de Olivares, donde es posible llegar en coche hasta las inmediaciones de un viejo molino situado en el carril de bajada al río. Desde allí, comienza un recorrido a pie, por un camino agrícola bordeado de vegetación de ribera en la que se han naturalizado algunas especies de huerta y jardín como granados, higueras y frutales. Es la forma de llegar a una antigua central hidroeléctrica que aprovechaba los saltos de agua para generar energía limpia.

(Reportaje completo, fotogalería, ¿Dónde está? ¿Cómo llegar? Coordenadas de situación, vídeos y fichas de fauna y flora en Waste Magazine)

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