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Estefanía, en la casa de una familia de La Zubia en la que se aloja.
Las tribulaciones de Estefanía

Las tribulaciones de Estefanía

Sola, sin trabajo, sin casa y con un niño de 10 años, esta vecina de La Zubia no sabe qué hacer para salir adelante

INMA SÁNCHEZ

Miércoles, 29 de octubre 2014, 01:47

La cuenta atrás para abandonar la casa en la que se aloja la tiene preocupada. Estefanía J. nunca ha tenido una vida fácil. Sus padres la dejaron en un internado cuando solo tenía ocho años y las cosas no le han salido muy bien desde entonces. Tuvo dos hijos con su primera pareja, que terminó por abandonarla con los dos niños. Y el padre de su tercer hijo tampoco se hace cargo del pequeño. Estefanía Jiménez llegó a Granada hace tres años buscando una vida mejor con su pequeño de diez años. Ha estado trabajando como limpiadora, pero se ha quedado sin empleo y sin la posibilidad de cobrar el paro por no tener las suficientes horas cotizadas. La falta de información hizo que se le pasara el plazo para solicitar la ayuda para los mayores de 45 años, que solo podrá pedir el próximo febrero.

Ahora se encuentra sola, sin ayuda, ni trabajo; solo cuenta con el apoyo de una familia de La Zubia que la acoge en su casa. Pero es consciente de que así no puede estar mucho tiempo. Está desesperada porque no encuentra el apoyo que necesita. Cada mañana prepara a su niño y andando más de media hora lo lleva al colegio, mientras intenta por todos los medios que el pequeño no sea consciente de las tribulaciones que la acosan y del futuro incierto al que no ve salida. Se ha recorrido La Zubia y los pueblos de la zona buscando un trabajo que no encuentra. Llegó a Sevilla procedente de su Barcelona natal para ayudar a uno de sus otros dos hijos mayores, hasta que él volvió a Cataluña y ella decidió venir a Granada. Entre los problemas personales y la crisis no sabe cómo afrontar una situación que se le va de las manos.

Está a la espera de que los Servicios Sociales puedan echarle una mano y de que salga la sentencia que obligue al padre del niño a hacer frente a sus gastos. Pero se le agota la paciencia de tanto esperar. Quiere que la familia de su expareja sepa por lo que están pasando. «Nunca le he pedido nada, solo desde que me he quedado sin trabajo, porque no puedo afrontar esta situación», explica. Ha tenido hasta tres empleos, pero la crisis se los ha arrebatado. Sin el apoyo del padre de sus hijos, que dejó de pagarle el alquiler y no se interesa siquiera por conocer «la situación en la que se encuentra su niño».

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