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MERCEDES NAVARRETE motril@ideal.es
Domingo, 18 de abril 2010, 18:25
El futuro Pau Gasol del fútbol americano tiene raíces motrileñas. A sus 21 años, 2,08 metros de altura y casi 130 kilos de peso, Alejandro Villanueva Martín, de la familia de los Martín de Motril, podría hacer historia: es el primer jugador de cultura española que tiene oportunidades de fichar por la NFL, la liga nacional de fútbol americano. Ali, nacido en Estados Unidos de padre bilbaíno y madre motrileña, es la estrella del equipo del Army, la Universidad del Ejército de Estados Unidos. Ahora tiene la oportunidad de entrar en el draft, el proceso de selección de jugadores de la mayor liga profesional de fútbol americano considerada «como la más grande y prestigiosa propiedad deportiva de Estados Unidos», según la wikipedia, y con permiso de la NBA y el beisbol.
Además de ser un auténtico portento para el deporte, Ali se graduará el próximo mes de mayo como teniente e ingeniero industrial en la prestigiosa, selecta y mundialmente famosa academia militar de West Point.
¿Y cómo llega un americano criado en España a convertirse en uno de los 'elegidos' de West Point?
«Mi padre es militar, estaba en la Marina Española y yo nací en Meridian (Mississippi) donde él fue a realizar un curso de piloto naval», explica Alejandro. En esta ciudad americana pasó sus primeros cuatro años de vida y luego la familia regresó a España. La carrera militar de Ignacio Villanueva, el padre de Alejandro, les llevó a El Puerto, Cádiz, Zaragoza, Canarias... y a Bélgica, donde Alejandro comenzó a jugar al fútbol americano. Sus excepcioanales cualidades llamaron pronto la atención de los ojeadores y recibió ofertas de universidades amercanas como Iowa, Kentucky... Pero él eligió jugar en la Army, la universidad del ejército. Alejandro ha combinado así su faceta de atleta en la universidad americana -con una liga que en Estados Unidos tiene tantos seguidores como la profesional- con su estricta formación militar y académica como ingeniero.
Aunque su nacionalidad es estadounidense Alejandro tiene muy presentes sus raíces españolas. De hecho, hace 'motrileñismo' para orgullo de sus 'paisanos' de la Costa granadina.
«He ido a Motril dos veces al año durante toda mi vida. Mis dos abuelas son de Motril y ahí he pasado todos los veranos», comenta. La pasión se percibe en su voz cuando habla de esta tierra. Alejandro es un tipo grande en el amplio sentido de la palabra. Basta una simple conversación para darse cuenta. Talentoso, responsable, disciplinado, trabajador por encima de todas las cosas, cercano, todo un 'crack' del deporte y encima humilde... Menos mal que ahí están sus dos abuelas motrileñas, Esperanza y Matilde, para presumir de nieto. «Mis abuelas están orgullosas de todos los primos por igual. Ahora están ilusionadas por venir al día de la graduación, el próximo mes de mayo», cuenta Alejandro.
«Capital de Europa»
Motril es para este brillante deportista un «sitio de refugio». «Para mi es una ciudad muy especial, es el lugar donde veo a mis primos y a mis tíos. No sé que tiene Motril pero pensar o estar allí siempre me pone una sonrisa en la cara».
Y ahí va esta frase que, en boca de una auténtica estrella del fútbol americano, le va a valer a la Costa Tropical más que cinco campañas de promoción: «Nueva York está bien pero como Motril no hay nada. A mí me gusta mucho más Motril que Nueva York». Ahí es nada.
«¡Motril es capital de Europa! Es un privilegio pasear por Playa Granada. Aprecio mucho el clima y la calidad de vida. Todo está más cerca», añade.
Los juegos «entre las máquinas oxidadas» de la fábrica de azúcar del Pilar y las instalaciones deportivas del Club Náutico motrileño forman parte de los mejores recuerdos de la infancia de Alejandro. En la piscina del Club Náutico descubrió, siendo un crío, el placer de competir y su deseo de convertirse en un campeón. Allí, ganó sus primeros diplomas y trofeos.
El problema
Ya entonces era un fuera de serie que ahora tiene la oportunidad de entrar en el draft de la NFL, el proceso utilizado en los Estados Unidos para que los equipos de la liga de fútbol americano elijan a sus jugadores. Los expertos le auguran un futuro prometedor en este deporte. Pero existe un contratiempo. Y es que además de un excelente atleta, Alejandro también es militar y tras su graduación la normativa le obliga a pasar dos años en una misión exterior del ejército americano, probablemente en Afganistán.
Sabe que existe una oportunidad real para iniciar ya su carrera en la liga de fútbol americano, pero no va a hacerlo. El ejército ha pagado su educación y cree que, «por lealtad», tiene que cumplir con sus normas. Y en su familia le apoyan. Alejandro se siente un privilegiado por haber podido formarse en West Point, donde le han inculcado valores de «liderazgo, disciplina y compromiso».
La misión en Afganistán no le da miedo. «No lo pienso mucho», dice tranquilo. Simplemente, sabe que es su obligación y alega que era consciente de ello cuando decidió emprender una carrera militar. «Mi familia siempre me ha inculcado el orden y la disciplina, yo no hago un esfuerzo por ser responsable, me sale solo». Por fortuna, Alejandro Villanueva es aún muy joven y podrá retomar su carrera deportiva. «Muchos jugadores comienzan con 23 años». Por eso, para él la NFL puede esperar. Cuando le llegue el turno seguró que hará historia en la NFL, para orgullo de toda España y de 'su' Motril.
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