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Francisco Hernández Guerrero trabaja en sus despacho con un pie en el mundo de papel y otro, en el virtual. :: ALFREDO AGUILAR
«Los menores deben saber que nada es gratis en Internet»
Francisco Hernández Guerrero, Fiscal especializado en criminalidad informática

«Los menores deben saber que nada es gratis en Internet»

«Actividades como la captación y el almacenamiento masivo de datos por Wi-Fi, aparentemente, huelen muy mal»

CARLOS MORÁN

Martes, 22 de junio 2010, 04:29

«Hay quien piensa que soy 'friki'». Existen datos en la personalidad y la biografía del fiscal Francisco Hernández Guerrero (Almería, 1962) que apuntalarían la hipótesis de su supuesto 'frikismo': es oyente habitual de clásicos radiofónicos del misterio como 'La Rosa de los Vientos' o 'Milenio Tres' (y antes lo fue del legendario programa 'Medianoche', de Antonio José Alex); habla de Internet con la autoridad de un 'hacker' -pirata informático- y el ordenador oficial que la Junta de Andalucía colocó en su despacho está totalmente 'tuneado'. Se quedaba corto para sus necesidades y fue añadiéndole 'prótesis' pagadas de su propio bolsillo.

Pero Francisco Hernández no es un 'friki'. Su dominio de Internet le sirve, ante todo, para perseguir el tráfico de pornografía infantil o el acoso sexual a menores en la Red, las 'ciber estafas'... Es un experto en criminalidad informática, un lobo con piel de... ¿friki? No hay mejor camuflaje para perseguir delincuentes en ese universo paralelo que ya es Internet.

-Supongo que es usted autodidacta en materia informática...

-Totalmente.

-¿Y qué fue primero el informático o el jurista?

-Primero, el informático. A ver, no informático como programador ni nada de eso, si no como usuario. Desde 1986 o 1987, empecé a estudiar los primeros libros que aparecieron sobre esta materia. Y en 1995, siendo ya fiscal, me dediqué a ello más seriamente. Me impulsó nuestro jefe, Luis Portero, que en paz descanse. Preparé el tema de delincuencia informática para los cursos de formación de Policía Nacional y Guardia Civil a raíz de la entrada en vigor del nuevo Código Penal. A partir de ahí, cogí el hilo y fui especializándome. Por ejemplo, he prestado servicios en la Fiscalía General del Estado, elaborando planes de seguridad informática y protección de datos.

-¿Es cierto que las autoridades cuentan con el asesoramiento de piratas informáticos arrepentidos o es sólo una leyenda urbana?

-Es cierto que 'hackers' reconvertidos han encontrado una vía laboral en la empresa privada, pero lo que sí es mito es que nosotros les pidamos ayuda para asuntos concretos. No llegamos a tanto. Además, las unidades policiales que se dedican a esto en España son pocas pero muy cualificadas. Otra cosa es que les falten medios...

-¿Qué pasa con Google? Varios directivos de la compañía han sido condenados en Milán por la exhibición en Youtube de un vídeo vejatorio de un niño autista, pero en otros países europeos, caso del nuestro, no hay sentencias similares. En cambio, en España sí se está investigando si la multinacional estadounidense 'espío' a usuarios de redes inalámbricas Wi-Fi cuando sus coches recogían datos para su servicio 'Street View'...

-La ley española tiene casi los mismos contenidos que la ley italiana o la de cualquier otro país europeo. Toda nuestras legislación está unificada por normativa comunitaria. Lo que sucede es que la transposición a los ordenamientos internos de cada estado es una tarea complicada y puede haber alguna diferencia. Lo que yo creo es que el gran problema que tiene Internet es la aplicación de esa legislación por parte de nosotros, de los responsables jurídicos. Es una materia muy compleja. Se nos escapa. No entendemos cómo funciona el aparato. Así que difícilmente podemos saber qué delito se ha cometido. Dicho esto, el punto de referencia es el conocimiento efectivo que tenga el operador, Google o Youtube en este caso, de la existencia de una actividad con un contenido ilícito. Eso es lo que regula la ley. La responsabilidad del operador comienza cuando tú le comunicas que entre los millones de vídeos de Youtube uno es ilegal, pero él no colabora con la autoridad judicial. No es lo habitual. Todos los proveedores de servicio (redes sociales, motores de búsqueda, etc) suelen actuar sin necesidad incluso de que haya una orden judicial. Basta con que exista la comunicación de una incidencia, por ejemplo, en protección de menores, y ellos mismos actúan. Hay una colaboración casi total. No podemos tener queja en ese sentido.

Y sobre actividades como la captación y almacenamiento masivo de datos por Wi-Fi... aparentemente, eso huele muy mal.

-Dicen que los buenos siempre van un paso por detrás de los malos. ¿Es aún más ancha esa brecha en la delincuencia informática?

-Sí. Hay dos niveles de criminalidad: la que es controlable por el Estado sin medios extraordinarios (los hurtos, los robos con fuerza...) y la que sí requiere medios extraordinarios, caso de la criminalidad organizada. Con la delincuencia informática pasa lo mismo. Tenemos un nivel doméstico que puede ser controlable por los poderes públicos (injurias, acoso... incluso consumo de pornografía infantil), pero hay otros niveles que se nos empiezan a escapar, que están muy relacionados con el crimen organizado e incluso el terrorismo. Y cuando hablamos de crimen organizado nos referimos, por ejemplo, a estafas como el clonado de tarjetas, que, por cierto, en Granada tienen una alta incidencia: más de lo que debería ser normal por el volumen de actividad económica de la provincia. Pues a partir de estafas organizadas como esa ya se torna muy difícil la investigación. No existe una forma de cuantificar qué es delito informático y, en consecuencia, no se pueden disponer los medios adecuados para perseguirlo. Así que lo primero que hay que hacer es decir qué vamos a considerar delitos informáticos. Para mí, una estafa por medio de tarjeta es un delito informático, pero para la Policía y los jueces es una estafa normal y corriente.

-¿Hay delitos que son exclusivos de Internet, que nacieron con la red?

-Sí, los ataques contra los propios sistemas de información. O el ataque que conocemos como robo de identidad, que no existe como delito en el Código Penal. Ahora se acaba de recoger como delito el contacto de un adulto con un menor con propósitos sexuales. Hasta ahora, teníamos que esperar a que se produjera un ataque a la integridad sexual del menor. El mero contacto preparatorio no era delito, ahora sí... Pero vuelvo a lo que decía antes, al origen: vamos a definir qué es un delito informático, vamos a definir con qué herramientas podemos perseguir los delitos informáticos, vamos a definir si hay necesidad de contar con poderes excepcionales: por ejemplo, la posibilidad de infiltrar a un agente en foros de pederastas y que pueda intercambiar material pornográfico. Eso es algo que ahora no está previsto, pero que, sin embargo, sí se hace en las investigaciones de tráfico de drogas.

-¿Puede hacer algo la Justicia para proteger los derechos de los menores que pertenecen a redes sociales o la responsabilidad es sólo de los padres?

-Internet es el equivalente a nuestro mundo. Y para las generaciones de nativos digitales es su mundo. Así que es absolutamente ineficaz negar a nuestros hijos que estén en Internet. Lo mismo que no les podemos negar que salgan a la calle. En algún momento tendrán que salir solos a la calle. Y lo que nosotros hacemos es prepararlos y educarlos para saber cómo tienen que comportarse en la calle cuando no están acompañados. Eso es lo que nos toca hacer también con Internet. Tú no aceptas en el mundo real que un desconocido te pare en la calle y te haga un regalo. Desconfías. Lo mismo pasa en Internet. Tenemos que enseñar a nuestros hijos que no existen regalos en Internet. Los menores deben saber que nada es gratis en Internet. O pagas con dinero, o pagas con información personal o con otro tipo de enlaces...

Aparte de eso, podríamos exigir menos codicia a las empresas. Decir a los operadores que sería bueno que existiera un consentimiento conjunto, el del menor y el de su padres, para entrar en una red social. A lo mejor es necesario, aunque el proceso sea más lento.

-La pregunta es sólo para el jurista, ¿era mejor y más sencillo el mundo antes de Internet?

-El jurista tiene que estar en la sociedad. Soy un apasionado de Internet. Permite el acceso a la cultura de cualquier ciudadano en cualquier parte del mundo. Y el beneficio que eso supone es inconmensurable.

-¿Cuántas horas dedica a navegar?

-No lo sé. Es como decir que cuántas horas dedicas a llevar el reloj encima. Vives ahí, con un pie en cada uno de los mundos.

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