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ISABEL ALCÁNTARA
Jueves, 19 de agosto 2010, 04:46
«La villa de Lapeza ofrecía un espectáculo tan risible como admirable, tan grotesco como imponente, tan ridículo como aterrador. Hallábanse cortadas todas sus avenidas por una muralla de troncos de encina y de otros árboles gigantescos, que la población en masa bajaba del monte vecino, y con los que formaba pilas no muy fáciles de superar. Como la mayor parte de aquel vecindario se compone de carboneros, y el resto de leñadores y pastores, la operación indicada se llevaba a cabo con inteligencia y celeridad verdaderamente asombrosas». Con estas palabras describió Pedro Antonio de Alarcón cómo se preparó La Peza para batallar contra los franceses en la Guerra de la Independencia.
Corría el año 1810 y una vez conquistada Guadix, los franceses quisieron expandir su mando. Los víveres escaseaban en tierra accitana y Napoleón reparó en los pueblos cercanos «aún por conquistar». De esta manera La Peza se convirtió en el punto de mira de las tropas francesas. Uno de los pueblos que «vegetan al pie del colosal y siempre nevado Mulhacén» y que «es y era renombrado en veinte leguas a la redonda, por el carácter indómito de sus moradores», detalló Alarcón.
Una historia de valentía que hizo enfrentarse a los lugareños provistos con poco más que piedras, navajas y algún trabuco a las bien armadas tropas napoleónicas que se acercaban en caballería. Manuel Atienza, alcalde carbonero de la localidad por aquellos tiempos, fue el principal instigador a la defensa de sus territorios. La batalla fue dura y acabó, en un primer momento, espantando a los franceses que quedaron vivos.
Vuelve la invasión
Ahora se cumplen 200 años de aquel episodio histórico y La Peza revive el capítulo. «El 28 de agosto el pueblo entero sabe que los franceses vienen a invadirnos y todos están llamados a participar», comenta Celia Santiago, alcaldesa de la localidad. Están preparando la recreación el significativo acontecimiento. Y no faltará ni el más mínimo detalle. Actores, vestuario y atrezzo que simulen al de la época conseguirán enviar, como si de una máquina del tiempo se tratase, dos siglos atrás al municipio granadino. Se está trabajando desde hace días y preparar el vestuario es una las cuestiones principales. La Peza se llenará de campesinos, carboneros, leñadores, sirvientes, mesoneros o escuderos dentro =de una semana.
Desde Quéntar y de Bailén, vendrán los encargados de encarnar a los franceses. Grupos de estas dos localidades, habituales en las recreaciones napoleónicas, darán vida al bando contrario. Fiesta e historia se mezclarán para asegurar la diversión y el aprendizaje. «Pretendemos que tanto vecinos como visitantes conozcan el acontecimiento y vean la importancia que tuvo el por entonces alcalde, que no se amilanó ante los invasores», concluye la responsable del Consistorio. Lugareños y forasteros están llamados al espectáculo.
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